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Controlar la fiebre

fiebre

 

El aumento de la temperatura corporal es un método de nuestro cuerpo para combatir los virus y patógenos que ponen en peligro nuestra salud y, en muchas ocasiones, nuestra vida. Es algo natural, pero en ocasiones, si no ponemos freno a ese exceso de temperatura, puede causarnos muchos problemas. Por eso, ahora que el Covid-19 vuelve a expandirse y que la temporada de Gripe está a la vuelta de la esquina, no viene mal tener a mano unos consejos que nos puedan sacar de un apuro en un momento concreto.

Ponte en situación: dolor de cabeza, congestión, molestias… Te pones el termómetro y queda más claro todavía: tienes fiebre. ¿Cómo puede solucionarse rápidamente? De ninguna forma, pues este malestar es algo que ha de pasarse con calma y sin prisas, aunque es cierto que se puede tratar para que las molestias sean menores y para que desaparezca lo más pronto posible.

Comprar un Medicamento para bajar la fiebre es una muy buena opción, por no decir que es una esencial si se desea que desaparezcan los síntomas de la fiebre y la temperatura vuelva a estabilizarse. Pero, ¿qué ocurre cuando no se puede ir a la farmacia o cuando surge cuando la de guardia está demasiado lejos?

En estos casos, lo primero y mejor es recurrir al paracetamol o al ibuprofeno, ya que son buenos aliados para combatir esta molestia y sus efectos. Además de esto, también se puede recurrir a ciertos métodos caseros que van bastante bien y que, de hecho, consiguen buenos resultados en muy poco tiempo.

 

Trucos para bajar la fiebre de andar por casa

Darse un baño de agua templada es algo que va fenomenal para combatir la fiebre tanto en niños como en adultos. Del mismo modo, beber agua para mantenerse siempre hidratado y no excederse cubriéndose. Las personas más calurosas lo pasan mucho peor si se tapan más, sobre todo cuando tienen fiebre, ya que su temperatura corporal está por encima de lo habitual.

Los médicos también recomiendan muchísimo aplicar paños de agua y colocarlos en la frente para reducir los dolores de cabeza y bajar la fiebre, como también prohíben terminantemente ir a la calle cuando hace frío con el fin de bajar la temperatura del cuerpo. No es una buena opción, ni por asomo.

Por supuesto, aunque sea molesta y, en ocasiones, dolorosa, la fiebre no es algo a lo que haya que tener miedo, salvo que lleve a unas temperaturas que superen holgadamente los 39 grados. Es una reacción natural del cuerpo, algo que llevan a cabo las defensas para evitar ataques de agentes externos o cuando detectan una anomalía.

Si estás pasando por un día de fiebre, recuerda estas soluciones caseras, pero recuerda también que, si se prolonga durante varios días y aparecen síntomas extraños como dificultades respiratorias, manchas cutáneas o una temperatura excesivamente alta, hay que acudir al médico más cercano con total rapidez para poner remedio.

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Factores de crecimiento en tratamientos regenerativos

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Los Factores de Crecimiento son proteínas de diferentes tipos producidas en las células. Cada una de estas proteínas es específica de la célula que la fabrica, sin embargo sus efectos pueden afectar a diversos tejidos.

Los primeros tipos aislados de Factores de Crecimiento fueron los denominados Factores de Crecimiento Plaquetario, responsables de la formación de las plaquetas sanguíneas. También son conocidos por su acrónimo inglés PDGF (Platelet Derived Growth Factor). Dos son las características destacables de estas proteínas; una, su gran capacidad regenerativa tisular. La segunda, su potencia antiinflamatoria que actúa sobre varios tejidos del organismo: muscular, óseo, cartilaginoso o tendinoso.

 

¿Cómo se usan los factores de crecimiento en tratamientos específicos?

Desde hace más de dos décadas, se utilizan los Factores de Crecimiento como tratamiento complementario, ya sea regenerativo o preventivo, en las alteraciones del aparato locomotor. Son muy utilizados para las terapias de recuperación de lesiones en deportistas de élite, por ejemplo.

Esta técnica terapéutica comienza con una extracción de sangre del paciente, similar a la realizada para un análisis. A la sangre obtenida se le añade un producto que evita su coagulación y, a continuación, se centrifuga con el fin de extraer la parte más rica en contenido de plaquetas.

Una vez completado todo el proceso con el añadido de cloruro cálcico para su activación, se obtiene un producto en forma de gel que contiene los Factores de Crecimiento dispuestos para ser infiltrados en la zona lesionada o afectada por una patología. Los Factores de Crecimiento actúan como estimuladores de la reparación de los tejidos, favoreciendo la producción del ácido hialurónico de las articulaciones o la cicatrización de las lesiones tendinosas.

El tratamiento con Factores de Crecimiento carece de efectos secundarios por tratarse de un producto extraído del propio paciente. En general, se lleva a cabo de manera ambulatoria y consta de tres infiltraciones con un intervalo de descanso de una o dos semanas. Sus indicaciones terapéuticas abarcan una amplia gama de patologías, entre las que cabe destacar:

  • Condropatías, osteocondritis y artrosis.
  • Lesiones ligamentosas de la rodilla y de otras articulaciones.
  • Lesiones musculares y tendinosas.
  • Alteraciones de la consolidación ósea: pseudoartrosis, retardo de consolidación.
  • Regeneración cutánea: úlceras de decúbito, alteraciones de la cicatrización.
  • En cirugía tendinosa y artroscópica como tratamiento complementario.

Después de una evaluación de los resultados obtenidos con el uso de Factores de Crecimiento en pacientes afectados de artrosis de rodilla, se ha observado que más de un 70% de los pacientes tratados refieren una clara mejoría en aspectos como el dolor, o el incremento de la movilidad articular.

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Vencer al sedentarismo

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Sin duda, la época en la que vivimos contribuye al sedentarismo. Algunas causas son el trabajo de oficina, el uso del coche o pasar horas sentado frente al ordenador. Lo que hay que tener en cuenta es que este tipo de vida, inactiva físicamente, tiene repercusiones en nuestra salud y nuestro cuerpo que pueden verse reflejadas en enfermedades cardíacas, obesidad o diabetes.

Muchas veces, además de estar varias horas inmóviles en el trabajo, no nos queda tiempo para hacer ejercicio debidamente. Pero hay que ser optimista y tratar de hacernos un hueco para ejercitarnos o por lo menos, cambiar nuestra rutina para que sea un poco más dinámica.

 

Comienza a moverte

Lo ideal sería hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio diario, ya sea caminar, trotar, nadar o montar en bicicleta, actividades que involucran gran cantidad de masa muscular. Sal a pasear o correr aprovechando el buen tiempo. Para cuando llueva o haga frío puedes optar por comprar una bicicleta estática profesional y conseguirla por poco dinero.

También puedes tomar clases de gimnasia, hacer yoga o directamente ponerte un poco de música movida y comenzar a bailar en tu casa. Si no tienes ese tiempo, como mencioné antes, hay pequeñas acciones para modificar tu sedentarismo.

Realizar los quehaceres de la casa es bastante útil pues puede implicar mucho gasto energético. Ya sea lavar el coche, rastrillar el jardín, barrer tu casa, etc., es un modo sencillo y útil de mantenerse en actividad. También puedes reordenar la disposición de tus muebles, lo que hará que te muevas bastante.

Cuando hagas las compras procura ir caminando. O si tienes que hacer un trámite, no conduzcas el coche solo por unos metros, ve caminando y te beneficias tanto tú como el medio ambiente.

 

Tips para el trabajo

Puedes optar por ir en bicicleta a tu trabajo, o si es muy lejos y vas en bus, te puedes bajar unas paradas antes para disfrutar una caminata previa a entrar. Si trabajas en una oficina, opta siempre por las escaleras. Camina hasta la oficina de tu jefe en lugar de llamarlo por teléfono y levántate cuántas veces puedas del asiento.

Conviene siempre llevar una pequeña porción de comida sana para el almuerzo, si comienzas a comprar fuera, no solo significa un mayor gasto económico sino también un descontrol en los alimentos que ingerirás.

Que el almuerzo sea un momento para socializar. Come con tus compañeros a un ritmo lento mientras conversas. También es recomendable respetar un horario de almuerzo para cada día para manejar las visitas al baño correctamente y de forma regular. En esos ataques de hambre que vienen por la tarde, hay que optar por alimentos sanos como una manzana y zanahorias, o siempre algo que tenga pocas calorías.

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La donación como última esperanza

donar ovulos valencia

 

Hace unos días me animé a hablar un poco sobre un tema de actualidad como es la reproducción asistida y los problemas que muchas parejas tienen a la hora de poder ser padres y formar una familia mas amplia. Como la entrada ha tenido muy buena acogida y me han llegado algunos mensajes de felicitación, hoy he decidido ahondar un poco más en la temática.

Hoy vamos a mirarlo desde otro punto de vista. El que se produce cuando la infertilidad es debida a razones naturales y no es posible alcanzar el embarazo por medios tradicionales, con o sin ayuda médica. En estos casos se hace fundamental la ayuda de una tercera persona: el donante.

 

Fecundación in vitro  y donación, técnicas de éxito

Cuando los profesionales recurren a la posibilidad de la donación, ya sea de semen u óvulos, normalmente se trata de la opción final, habiendo agotado previamente los otros recursos que se recogen en las técnicas de reproducción asistida.

Tal y como me cuentan desde la clínica donar óvulos valencia, el empleo de una donación hace necesaria la entrada en juego de la fecundación in vitro, realizada bajo control en laboratorio y que posteriormente se inserta en el útero de la futura madre. Es una técnica que ha avanzado mucho durante los últimos años en efectividad y actualmente es la forma más efectiva de conseguir el objetivo del embarazo utilizando la reproducción asistida.

Como he dicho anteriormente, aquí se hace muy importante la entrada en juego del donante. Normalmente, cuando se trata de infertilidad, las donaciones suelen ser de óvulos. Las donaciones de semen en mayor medida son utilizadas por mujeres solteras que quieren ser madres, aplicándolas sobre sus propios óvulos.

El proceso de fecundación in vitro sobre un óvulo procedente de donante se hace en laboratorios de clínicas especializadas. En primer lugar tiene lugar la extracción del óvulo maduro de la mujer donante, que se recolectan de los ovarios de esta. Dichos óvulos se congelan y almacenan a la espera de ser necesarios para una pareja con problemas reproductivos.

Cuando el óvulo es requerido, se realiza un proceso de descongelación, para posteriormente fecundarlo con los espermatozoides del padre, en caso de que sean aptos. Después, este óvulo (u óvulos ya que pueden ser varios para ampliar las posibilidades de éxito) se implanta en la matriz de la futura mamá. Todo este proceso suele durar unas tres semanas aproximadamente.

Si todo va bien y los factores de éxito son los óptimos, existen grandes posibilidades de obtener el embarazo. Sin embargo las condiciones más óptimas rara vez son las presentes en el proceso, y esto puede conllevar un largo tiempo de espera. Otros puntos en contra de esta técnica es su alto costo y que resulta mucho más invasiva que el resto de técnicas. Pero como digo, suele ser la última esperanza para las personas que quieren se padres, por lo que poca importancia suelen tener estos aspectos desfavorables para ellos.

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Alteraciones del sueño

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Dormir bien es esencial para llevar una vida completa y satisfactoria. Actualmente se está empezando a dar la importancia que requieren todos los problemas relacionados con el sueño nocturno. Por desgracia, hasta que esto no ha sucedido, son millones las personas que han sufrido durante años los trastornos provocados por una falta de descanso constante y que no les han permitido realizar una vida normal.

La Unidad del Sueño es un área dedicada a hacer diagnósticos y aplicar tratamientos a aquellos pacientes que tienen algún tipo de alteración en su sueño. Los trastornos más característicos que se tratan en este servicio son principalmente apneas del sueño y los síndromes de hipoventilación, seguidos por el insomnio, narcolepsia y el síndrome de piernas inquietas. Otros problemas tales como la epilepsia, la enuresis, el sonambulismo, etc. son también objeto de estudio en la Unidad del Sueño.

La valoración clínica inicial condicionará la conducta diagnóstica a seguir, siendo la prueba convencional a realizar la polisomnografía. Esta prueba se realiza en la Unidad del Sueño durante la noche y consiste en la medición de numerosas variables fisiológicas del sujeto mientras duerme, tales como el electroencefalograma, el tono muscular, los movimientos oculares, movimientos respiratorios, el flujo de aire por la boca y la nariz, el nivel de oxigenación en sangre, etc. La interpretación conjunta de estas variables permitirá realizar un diagnóstico y sugerir un tratamiento.

 

¿Cuándo se considera que el sueño es de calidad?

No es fácil definir lo que es sueño de buena o mala calidad; lo que es importante es el grado de satisfacción que uno tenga con su sueño. Decimos que el sueño de una persona es el adecuado cuando se encuentra alerta y despejada durante todo el día.

Algunas personas no consiguen conciliar el sueño, mientras que otras se duermen cuando deberían permanecer despiertas. Tanto unas como otras pueden recibir un tratamiento eficaz si se diagnostican correctamente.

Las recomendaciones médicas indican que, si se sufre alguno de los síntomas que mencionaré a continuación, se ha de consultar con su médico de atención primaria, puesto que podría tratarse de una alteración del sueño:

  • Ronquidos intensos
  • Somnolencia diurna
  • Pausas respiratorias reconocidas por su compañero/a de habitación
  • Cefaleas/Cansancio matutino
  • Lentitud intelectual y trastornos en la memorización
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Combatiendo la infertilidad

reproduccion asistida

 

Durante estos últimos meses muchas cosas han cambiado en nuestra sociedad. Principalmente al respecto de cómo es ahora nuestra vida y de como nos proteger nosotros mismos nuestra salud, pero sobre todo a los demás; a nuestra familia, a nuestros hijos.

Lo que no ha cambiado nada es la esperanza de muchas parejas españolas por construir un hogar y de tener hijos. Más de medio millón lo desean pero por razones naturales no pueden. La infertilidad es un problema cada vez más habitual debido al tipo de vida que, casi sin darnos cuenta, llevamos y la falta de tiempo para dedicarnos a nosotros mismos y a lo que realmente debería importarnos.

Más allá de la preocupación por las cifras elevadas en problemas de fertilidad y las estadísticas sobre el descenso de la natalidad, las técnicas de reproducción hace años que surgieron como solución parcial a estos problemas. Cada año son más los que pierden el miedo y las reticencias a visitar una clinica de reproduccion asistida. Lo que antes era prácticamente algo tabú y que normalmente se guardaba en secreto, se ha hecho normal a la hora de combatir los problemas reproductivos.

 

¿Cuales son las principales causas de infertilidad?

En primer lugar cabe aclarar que este tipo de problemas afectan indistintamente tanto a hombres como a mujeres, lejos de la creencia popular que dice que son ellas las que las sufren en una amplia mayoría. En estos momentos las cifras indican que de cada 10 personas que tienen problemas para poder reproducirse, 6 son mujeres y 4 son hombres, con cada vez más tendencia a alcanzar un 50%-50%.

Cuando se habla de las causas de infertilidad en mujeres, los problemas principales que suelen encontrarse son la edad avanzada, lesiones en el aparato reproductor, enfermedades de transmisión sexual (ETS), obesidad o trastornos alimenticios y problemas en el proceso de ovulación.

En cuanto a los hombres, la primera causa es la alteración en las funciones testiculares, seguida por la obstrucción de conductos deferentes, infecciones, anomalías genéticas, obesidad, tabaquismo, estrés y, en general, hábitos de vida poco saludables y nada recomendables.

Muchas de estas causas son reversibles y bastará con mentalizarse en adoptar una nueva forma de vida, con hábitos saludables, para que la función reproductora se restituya. Pero en otros casos no es así, y se hace imprescindible recurrir a la ayuda de profesionales médicos que hagan posible el embarazo, bien para mejorar las funciones reproductoras o para intentar técnicas de reproducción artificial.

De tener que ser así, no es algo de lo que haya que avergonzarse ni ocultar, pues de igual forma, es contraproducente para que el tratamiento tenga efectividad. Hay que verlo como algo totalmente normal y complementario a la naturalidad. Al final, de lo que se trata, es de completar la familia y cualquier ayuda debe ser bien recibida.

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Investigación contra el Covid-19 en el Hospital Universitario

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Buenas noticias para Salamanca. Y la verdad es que es para sentirse orgullosos.

El Hospital Universitario de Salamanca junto con otros centros a nivel nacional están llevando a cabo una investigación terapéutica con células madre extraídas de tejido adiposo con las que se pretendo tratar a pacientes de Covid-19 en estado crítico.

En su ensayo, autorizado y supervisado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, han conseguido demostrar que en tres de cada cuatro pacientes que han sido sometidos a esta terapia, la inflamación disminuyó y aumentó la actividad de su sistema inmunitario, lo cual es un completo éxito.

 

Ventajas del uso de células madre contra el Covid-19

La investigación se ha centrado en evaluar la tolerancia y la seguridad de la administración de células madre mesenquimales procedentes de la grasa corporal. Estas células tienen una alta capacidad de renovacion y son conocidas como células multipotentes. Se conoce su eficacia para provocar efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores. Además se puede acceder a ellas fácilmente y tienen gran capacidad de expansión sin pérdida de características.

A los pacientes se les ha administrado entre una y tres dosis de estas células, procedentes de donantes sanos. Tras dos semanas de convalecencia, muchos de los pacientes mejoraron sensiblemente e incluso salieron de la UCI.

Este es el primer estudio con resultados positivos publicados siguiendo esta técnica de tratamiento y abre la puerta a una posible vía de investigación para conseguir una reducción del grado de mortalidad de esta enfermedad que tantos problemas está causando en la actualidad.

Mas detalles sobre esta gran noticia en la sala de prensa de la USAL.

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Grandes epidemias y pandemias en la historia

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A pesar de que el Covid-19 ha provocado una situación que la práctica totalidad de nosotros no habíamos vivido nunca o incluso nada parecido, lo cierto es que esta no es una de las enfermedades causantes de más muertes de la historia.

En nuestra era, las causas de muerte más habitual es la cardiopatía isquémica junto con las afecciones cerebrovasculares, popularmente conocidas como ictus, que se calcula que causan entre 6 y 7 millones de muertes anuales en todo el mundo. Estas no son enfermedades causadas por virus u otros patógenos, sino que, a pesar de que la genética también puede propiciarlas, provienen en su mayoría de malos hábitos alimenticios y sedentarismo.

 

Enfermedades enormemente letales

A lo largo de la historia la humanidad ha sobrevivido a innumerables plagas, pandemias, epidemias… que en su momento provocaron la muerte de millones de personas. Muchas de estas plagas, como las provocadas por el Cólera, se repitieron varias veces en los últimos siglos. Está se llevó por delante la vida de 40 millones de personas y, aún hoy, sigue presente en nuestra vida, con indices de mortalidad que llegan hasta las 140.000 personas a pesar de considerarse como una enfermedad con tasas bajas de mortalidad.

El VIH o SIDA, es otra de las enfermedades que mas muertes ha causado en los últimos tiempos. Se calcula que otros cuarenta millones de personas sucumbieron ante esta enfermedad desde 1980 hasta 2015. Las cifras hablan de que unos 37 millones de habitantes en todo el mundo sufren esta enfermedad en la actualidad, de las cuales un 70% están bajo tratamiento. El índice de muertes anuales en la actualidad se sitúa en torno al millón de personas, la gran mayoría en el continente africano.

La Gripe es otra de las grandes epidemias de las que se tiene constancia. La suma de muertes causadas por este virus llega hasta los 100 millones de personas. De las cuatro variantes de la gripe (A, B, C y D) solo las dos primeras suponen una amenaza para la salud humana. La variante C causa solo infecciones leves y la D, de momento, solo se conoce en ganadería, sin que consten casos de personas afectadas. De las dos variantes peligrosas, la A y B, la primera es la que tiene más mortalidad. La pandemia más famosa causada por este virus fue la de la denominada “Gripe Española” que acabó con la vida de, al menos, 50 millones de personas, aunque algunos expertos aseguran que su impacto se acercó a los 100 millones.

Un paso por delante de la Gripe se encuentra la Peste, conocida también como una de las epidemias más mortíferas de la historia y que acabó con la mitad de la población europea del siglo XIV. Esta enfermedad no solo afectó a Europa, sino que alcanzó también Asia y el norte de África. La infeción, que se transmite entre animales y humanos a consecuencia de la picadura de pulgas, contacto con afectados o por transmisión respiratoria, se estima que causó en torno a 250 millones de muertes. Actualmente se dan unos 3.000 casos anuales de peste en el mundo, de los que un 30% suelen ser mortales.

El siguiente escalón lo ocupa una enfermedad que, por suerte, se considera erradicada. Hablo de la Viruela, causa de la muerte de 500 millones de personas desde su descubrimiento en el siglo XVI hasta que se consiguió acabar con ella. El último caso del que se tiene constancia data de 1977 y fue en 1979 cuando se declaró erradicada.

 

Las pandemias más mortíferas de la historia

La Tuberculosis, además de ser una de las enfermedades más antiguas de las que se tiene constancia, también es una de las más mortíferas con sus 1.000 millones de víctimas a lo largo de la historia. Se tiene constancia de que ya en el Egipto de los faraones existía la Tuberculosis y se tienen pruebas de momias que han llegado hasta nuestros días y que son de personas muertas por Tuberculosis. En la Europa de los siglos XVII y XVIII se sostiene que el 25% de las muertes que tuvieron lugar se relacionaban con la Tuberculosis. Hoy sigue siendo una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, con unos 10 millones de casos al año con una tasa de mortalidad del 16%.

Por último, la enfermedad más devastadora de la historia de la humanidad, es la Malaria. Hasta 50.000 millones de personas podrían haber sido víctimas mortales de la Malaria, que también es una enfermedad que ha convivido con nosotros prácticamente desde nuestra existencia. Según las estadísticas y las investigaciones realizadas por los científicos, la Malaria ha podido ser la causa de la muerte de la mitad de la población que ha existido durante toda la historia de la humanidad. En la actualidad se estima que unos 220 millones de personas enferman de Malaria cada año, estando su tasa de mortalidad, gracias a los avances de la medicina y medicamentos, por debajo del 0,5%.

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Los peligros de la grasa abdominal

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Frecuentemente cuando se nos habla de sobrepeso u obesidad nos viene a la mente una persona con mucha grasa por todas sus partes del cuerpo.

No obstante, es normal que en ocasiones, buena parte de la grasa corporal se acumule en un determinado sitio, como puede ser el abdomen, tema del cual vamos a tratar por lo riesgos que implica la grasa localizada en esa zona.

Hay que tener en cuenta que cuando se acumulan muchos ácidos grasos en la zona abdominal es cuando más peligro se sufre de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Por ello si es nuestro caso debemos iniciar una dieta de adelgazamiento para acercarnos a nuestro peso ideal de manera inmediata. Pero, ¿cómo sabemos si tenemos una barriga prominente o no?

 

Una de las claves: el perimetro abdominal

Lo que se conoce como perímetro abdominal es la longitud de la circunferencia de nuestro abdomen. Para conocer cuál es el nuestro, necesitaremos una cinta métrica (o un cordón largo en su defecto) que pasaremos justo por la altura del ombligo, estando de pie y habiendo expulsado el aire. En el caso de los hombres, se cifra un límite de 102 centímetros mientras que para las mujeres se reduce hasta los 88 centímetros, según datos de la Sociedad Española de Cardiología.

También se ha de tener en cuenta que tener menos cm. de barriga no significa necesariamente que uno ya esté sano, porque como hemos comentado la grasa se puede distribuir por otras partes como las nalgas, los muslos o los brazos.

De esta forma, para aquellas personas obesas con un perímetro abdominal menor que el máximo ya mencionado, se dice que sufren obesidad periférica. En cambio, si una persona, además de padecer sobrepeso, también supera los límites del contorno abdominal, entonces se habla de obesidad central. Este último tipo de obesidad es precisamente peor que la obesidad “normal” (o periférica), dado que se tiende a acumular mucha grasa en órganos vitales, se favorece la hipertensión e incluso aparecen problemas respiratorios.

A todo esto hemos de sumar la estrecha relación entre mortalidad/obesidad que ya ha sido demostrada científicamente en varias ocasiones en países desarrollados.

Expuestos todos estos datos, es fácil deducir que a los pacientes con un perímetro abdominal mayor que el aconsejado se les recomienda perder peso.

Y una vez más, no existe una forma mágica para adelgazar esos kilos de más ni tampoco para reducir 10 centímetros de cintura en unos días.

Lo que sí se debe hacer es empezar una dieta saludable y que ayude a prevenir las posibles enfermedades cardiovasculares derivadas de la obesidad abdominal y/o periférica (en casos de obesidad seria y/o obesidad abdominal recomendamos encarecidamente la ayuda de un personal especializado como un dietista o nutricionista).

Además no se debe olvidar hacer un planning de ejercicio aeróbico continuo, que preferiblemente incluya más de una actividad (caminar rápido, bicicleta, natación, etc.) para no aburrirnos rápidamente y así adelgazar más rápido.

Por último, si bien no es posible adelgazar “solo” de barriga, sí que existen ciertos trucos para atacar ese tejido graso abdominal de forma más concreta. El primer consejo será el de evitar una toma muy alta de hidratos de carbono, especialmente después de la tarde, dado que al cuerpo no le da tiempo a quemar esa energía y la transforma en reservas grasas. Otros consejos son los de evitar el estrés en la medida de lo posible (se suele relacionar con un mayor perímetro abdominal) y realizar algún ejercicio abdominal, que ayudará a luchar contra problemas de espalda y reducirá la típica flacidez abdominal.

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La resiliencia, el arte de aprender de las malas experiencias

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Seguro que a lo largo de nuestra vida todos nosotros hemos conocido u oído testimonios de personas que a pesar de haber vivido situaciones adversas o altamente estresantes que suponían un importante cambio en sus vidas como perder a un ser querido, padecer una enfermedad, sufrir una ruptura sentimental o perder su trabajo han conseguido adaptarse a los cambios. Es decir, encajarlos, superarlos y seguir viviendo incluso a un nivel superior, como si hubieran aprendido y crecido a partir de esa experiencia. A este tipo de personas se las conoce como resilientes.

Pero, ¿qué es exactamente la resiliencia? ¿Qué características tiene una persona resiliente? ¿Qué diferencia a una persona resiliente de la que no lo es? ¿Se nace siendo resiliente o se puede aprender a serlo?

La resiliencia se define como la capacidad que tienen las personas para atravesar situaciones difíciles y condiciones adversas, superarlas y salir fortalecidas de ellas. Cabe destacar que ser resiliente no significa no sentir malestar, tristeza, culpa, ira o confusión ante las adversidades, sino experimentar estas emociones sin dejar que se vuelvan permanentes o que le sobrepasen. La investigación ha demostrado que las personas resilientes conciben y afrontan la vida de un modo más optimista, entusiasta y enérgico. Son personas curiosas y abiertas a nuevas experiencias caracterizadas por experimentar un mayor número de emociones positivas. Y si bien podría pensarse que estas personas experimentan emociones positivas por el hecho de ser resilientes, se ha visto que estas utilizan las emociones positivas como estrategia de afrontamiento ante las situaciones adversas.

Por el contrario, las personas no resilientes atribuyen las dificultades a los demás, a la mala suerte o a la injusticia, de forma que no dan ningún paso para superarlas. Son personas más inflexibles a las que les cuesta adaptarse a los cambios constantes. Normalmente, no confían en sus propios recursos para superar las dificultades, por lo que consideran los problemas como amenazas con las que hay que acabar lo antes posible. Asimismo, dejan que sus emociones les embarguen impidiéndoles pensar de forma realista.

 

Cómo conseguir potenciar tu resiliencia

Mejorar las relaciones sociales: Dedicar tiempo a las amistades y tener buenas relaciones familiares con las que se pueda contar cuando se encuentre en una situación difícil.

Usar un pensamiento constructivo: Ante una dificultad, pararse a pensar: ¿Cuál es el problema? ¿Qué puedo hacer para mejorar esta situación? ¿Qué consideraría un resultado satisfactorio? Es importante interpretar las situaciones de forma realista. Es decir, no ver los problemas o las crisis como catástrofes terribles e insoportables que durarán para siempre, sino como retos a superar. Del mismo modo, nos ayudaría tener una perspectiva amplia y flexible a la hora de buscar posibles soluciones.

Plantearse metas y objetivos aceptando la realidad: Las metas establecidas deben ser realistas, pues quién se niega a aceptar la realidad nunca podrá cambiarla. Por ejemplo, ante una situación irreversible como perder a un ser querido o padecer una enfermedad crónica, la solución no puede consistir en salir de esa situación. Sería importante que empezáramos a considerar que hay situaciones que no podemos cambiar, o que de hacerlo, se necesita algún tiempo para observar los cambios. En estos casos es importante dar pequeños pasos en la dirección hacia la que se desea avanzar.

Actuar: Una vez elegidas las posibles soluciones u objetivos a conseguir es hora de actuar. No importa que al principio no se obtengan los resultados esperados, aunque si la situación se prolonga en el tiempo sería conveniente analizar qué cosas se están haciendo mal o qué más se podría hacer, y cambiar la estrategia.

Confiar en uno mismo: A veces un problema parece tan difícil de resolver que pensamos que será imposible hacerlo. Este modo de pensar puede conducir a un sentimiento de impotencia o indefensión, haciéndonos creer que no hay nada que nosotros podamos hacer para cambiar la situación en la que nos encontramos. Para evitar sumirse en esos sentimientos de desesperanza, resulta esencial confiar en las capacidades y recursos propios para hacer frente a las dificultades.

Ser optimista: Implica esperar que ocurran cosas buenas en su vida. Creer que eres capaz de controlar tu vida y llevar a cabo los cambios necesarios para que la situación mejore en el futuro.

Aprender de las adversidades: Por supuesto, a nadie le gusta que ocurran cosas malas, pero si ocurren, al menos pueden aprovecharse para aprender algo de ellas. Esto es posible si los problemas o las crisis se conciben como retos que se presentan en la vida y que empujan a sacar lo mejor de uno mismo, a ser fuerte, a pensar y buscar soluciones, a actuar. A menudo nos obligan a cambiar la forma en la que percibimos, haciendo que seamos más flexibles, maduros y realistas. También puede ocurrir que tras situaciones altamente estresantes, las personas cambien su sistema de valores o sus prioridades valorando en mayor medida a las personas que les rodean.

Entrenar la resiliencia no es fácil, implica experimentar malestar, estrés y hacer un esfuerzo consciente para cambiar formas de percibir, pensar y actuar. No obstante, con un poco de práctica y esfuerzo se puede afrontar las situaciones difíciles y aprender de ellas.

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