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Factores de crecimiento en tratamientos regenerativos

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Los Factores de Crecimiento son proteínas de diferentes tipos producidas en las células. Cada una de estas proteínas es específica de la célula que la fabrica, sin embargo sus efectos pueden afectar a diversos tejidos.

Los primeros tipos aislados de Factores de Crecimiento fueron los denominados Factores de Crecimiento Plaquetario, responsables de la formación de las plaquetas sanguíneas. También son conocidos por su acrónimo inglés PDGF (Platelet Derived Growth Factor). Dos son las características destacables de estas proteínas; una, su gran capacidad regenerativa tisular. La segunda, su potencia antiinflamatoria que actúa sobre varios tejidos del organismo: muscular, óseo, cartilaginoso o tendinoso.

 

¿Cómo se usan los factores de crecimiento en tratamientos específicos?

Desde hace más de dos décadas, se utilizan los Factores de Crecimiento como tratamiento complementario, ya sea regenerativo o preventivo, en las alteraciones del aparato locomotor. Son muy utilizados para las terapias de recuperación de lesiones en deportistas de élite, por ejemplo.

Esta técnica terapéutica comienza con una extracción de sangre del paciente, similar a la realizada para un análisis. A la sangre obtenida se le añade un producto que evita su coagulación y, a continuación, se centrifuga con el fin de extraer la parte más rica en contenido de plaquetas.

Una vez completado todo el proceso con el añadido de cloruro cálcico para su activación, se obtiene un producto en forma de gel que contiene los Factores de Crecimiento dispuestos para ser infiltrados en la zona lesionada o afectada por una patología. Los Factores de Crecimiento actúan como estimuladores de la reparación de los tejidos, favoreciendo la producción del ácido hialurónico de las articulaciones o la cicatrización de las lesiones tendinosas.

El tratamiento con Factores de Crecimiento carece de efectos secundarios por tratarse de un producto extraído del propio paciente. En general, se lleva a cabo de manera ambulatoria y consta de tres infiltraciones con un intervalo de descanso de una o dos semanas. Sus indicaciones terapéuticas abarcan una amplia gama de patologías, entre las que cabe destacar:

  • Condropatías, osteocondritis y artrosis.
  • Lesiones ligamentosas de la rodilla y de otras articulaciones.
  • Lesiones musculares y tendinosas.
  • Alteraciones de la consolidación ósea: pseudoartrosis, retardo de consolidación.
  • Regeneración cutánea: úlceras de decúbito, alteraciones de la cicatrización.
  • En cirugía tendinosa y artroscópica como tratamiento complementario.

Después de una evaluación de los resultados obtenidos con el uso de Factores de Crecimiento en pacientes afectados de artrosis de rodilla, se ha observado que más de un 70% de los pacientes tratados refieren una clara mejoría en aspectos como el dolor, o el incremento de la movilidad articular.

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