Con la llegada del invierno, inevitablemente aparecen también el frío, la lluvia y la nieve. Ante esto, se hace necesario el tomar ciertas precauciones y tener preparado el coche para distintos imprevistos, como las tormentas, el hielo o las nevadas. Las carreteras pueden convertirse, gracias a estos elementos, en trampas mortales si no estamos suficientemente preparados.
Es imprescindible, sobre todo para los que residimos en la mitad norte del país, el llevar un juego de cadenas siempre en el maletero. Ya no solo por seguridad, sino también porque circular sin ellas por tramos nevados o con hielo puede suponer una multa de hasta 500 euros.
Pero no son las cadenas las únicas herramientas que tenemos para prevenir posibles accidentes debido a la mala climatología. Aunque muchos no los conocen, existen los neumáticos de invierno. Estos cuentan con unas gomas que, gracias al dibujo especial que tienen, tienen una mayor capacidad de evacuación de agua, mejorando la adherencia al asfalto en situaciones de lluvia. Además, su composición especial se adapta mejor a las bajas temperaturas.
¿Es obligatorio el uso de neumáticos de invierno?
De momento, la dirección general de tráfico no obliga al uso de estos neumáticos especiales en ningún caso, aunque si que recomienda calzarlos en el coche durante los meses de mayor cantidad de lluvia y frío, o cuando el estado de las carreteras así lo aconsejen.
Según pruebas de rendimiento, se calcula que los neumáticos de invierno, en condiciones de lluvia, tienen una eficiencia de frenada superior a los tradicionales y mejoran en 31 metros la distancia en la que el coche queda completamente detenido ante un frenazo brusco.
La verdad es que puede ser bastante tedioso el reemplazar los neumáticos cada cambio verano/invierno, pero si tu seguridad realmente te importa y en la zona donde habitas el agua y el frío son protagonistas, es algo que deberías plantearte.