Existen multitud de animales legendarios. Unos que realmente existen o existieron y otros sacados de la mitología o de la imaginación. Todos tienen una historia detrás que está asociada a su nombre y se encuentra llena de curiosidades. Hoy quiero hablaros un poco de uno de mis preferidos, un pez profundamente arraigado a una cultura: la oriental.
Soy un gran admirador de todo lo que tenga que ver la sociedad oriental. Sus costumbres, sus tradiciones, sus símbolos. Especialmente lo relacionado con Japón. Si existe un símbolo animal para los japoneses, ese es el Koi, un colorido pez que puebla todos los estanques del país del sol naciente.
Lo que cuenta la leyenda del Pez Koi
El pez Koi no es símbolo exclusivo del “japonismo”. Tiene influencia en todo el sureste asiático, incluyendo China. Este animal está tan unido a la cultura oriental que quedó inmortalizado uno de sus símbolos, el del Ying Yang. La representación de los colores blanco y negro de este símbolo asociado al Feng Shui son dos peces Koi, un macho y una hembra entrelazados y con sendos ojos vigilantes.
Pero su leyenda es mucho más profunda. Se dice que, en la antigüedad, cientos de peces Koi nadaban en las aguas del Huang He, de forma que su color destellaba con los reflejos del sol. Esto producía un efecto como si de joyas se tratase, dando al río una belleza sin igual. Sin embargo, cuando los peces llegaron a una gran catarata, imposible de salvar contra la corriente, muchos de ellos desistieron y fueron arrastrados río abajo por las aguas del río, perdiéndose para siempre.
Pero hubo un grupo de 360 Koi que no se rindieron y lucharon por salvar el imponente obstáculo que se había interpuesto en su camino. Una y otra vez saltaban enérgicamente para llegar hasta lo más alto de la cascada. El ruido alertó a los demonios, que se burlaron del esfuerzo de los Koi y vilmente aumentaron la altura de la cascada. Sin embargo, los peces Koi nunca se rindieron y siguieron esforzándose por superar el obstáculo durante todo un siglo. En un acto heroico, un pez Koi consiguió llegar hasta la cima, llamando la atención del Dios Hebo, deidad del Río Amarillo. Como premio a su esfuerzo, Hebo lo transformó en un dragón de oro. La tradición dice que ese Koi transformado en dragón pasa sus días persiguiendo la sabiduría en los cielos.
Esta leyenda ha inmortalizado al pez Koi como un auténtico animal de leyenda, símbolo de la lucha ante la adversidad e imagen de que en la vida todos podemos alcanzar cualquier objetivo que nos propongamos. Espectacular, ¿no crees?