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Los peligros de la grasa abdominal

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Frecuentemente cuando se nos habla de sobrepeso u obesidad nos viene a la mente una persona con mucha grasa por todas sus partes del cuerpo.

No obstante, es normal que en ocasiones, buena parte de la grasa corporal se acumule en un determinado sitio, como puede ser el abdomen, tema del cual vamos a tratar por lo riesgos que implica la grasa localizada en esa zona.

Hay que tener en cuenta que cuando se acumulan muchos ácidos grasos en la zona abdominal es cuando más peligro se sufre de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Por ello si es nuestro caso debemos iniciar una dieta de adelgazamiento para acercarnos a nuestro peso ideal de manera inmediata. Pero, ¿cómo sabemos si tenemos una barriga prominente o no?

 

Una de las claves: el perimetro abdominal

Lo que se conoce como perímetro abdominal es la longitud de la circunferencia de nuestro abdomen. Para conocer cuál es el nuestro, necesitaremos una cinta métrica (o un cordón largo en su defecto) que pasaremos justo por la altura del ombligo, estando de pie y habiendo expulsado el aire. En el caso de los hombres, se cifra un límite de 102 centímetros mientras que para las mujeres se reduce hasta los 88 centímetros, según datos de la Sociedad Española de Cardiología.

También se ha de tener en cuenta que tener menos cm. de barriga no significa necesariamente que uno ya esté sano, porque como hemos comentado la grasa se puede distribuir por otras partes como las nalgas, los muslos o los brazos.

De esta forma, para aquellas personas obesas con un perímetro abdominal menor que el máximo ya mencionado, se dice que sufren obesidad periférica. En cambio, si una persona, además de padecer sobrepeso, también supera los límites del contorno abdominal, entonces se habla de obesidad central. Este último tipo de obesidad es precisamente peor que la obesidad “normal” (o periférica), dado que se tiende a acumular mucha grasa en órganos vitales, se favorece la hipertensión e incluso aparecen problemas respiratorios.

A todo esto hemos de sumar la estrecha relación entre mortalidad/obesidad que ya ha sido demostrada científicamente en varias ocasiones en países desarrollados.

Expuestos todos estos datos, es fácil deducir que a los pacientes con un perímetro abdominal mayor que el aconsejado se les recomienda perder peso.

Y una vez más, no existe una forma mágica para adelgazar esos kilos de más ni tampoco para reducir 10 centímetros de cintura en unos días.

Lo que sí se debe hacer es empezar una dieta saludable y que ayude a prevenir las posibles enfermedades cardiovasculares derivadas de la obesidad abdominal y/o periférica (en casos de obesidad seria y/o obesidad abdominal recomendamos encarecidamente la ayuda de un personal especializado como un dietista o nutricionista).

Además no se debe olvidar hacer un planning de ejercicio aeróbico continuo, que preferiblemente incluya más de una actividad (caminar rápido, bicicleta, natación, etc.) para no aburrirnos rápidamente y así adelgazar más rápido.

Por último, si bien no es posible adelgazar “solo” de barriga, sí que existen ciertos trucos para atacar ese tejido graso abdominal de forma más concreta. El primer consejo será el de evitar una toma muy alta de hidratos de carbono, especialmente después de la tarde, dado que al cuerpo no le da tiempo a quemar esa energía y la transforma en reservas grasas. Otros consejos son los de evitar el estrés en la medida de lo posible (se suele relacionar con un mayor perímetro abdominal) y realizar algún ejercicio abdominal, que ayudará a luchar contra problemas de espalda y reducirá la típica flacidez abdominal.

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