Los entendidos en materia de colchones dicen que debemos de cambiar el nuestro cada 8 o 10 años. A partir de este plazo, los materiales de los que se compone empiezan a perder efectividad, Incluso podrían no solo perjudicar nuestro descanso, sino provocarnos daños y secuelas físicas. El mío tiene cerca de 20 años. No os digo más.

Ha llegado la hora de hacer un cambio. A priori pensaba que sería fácil pero nada más lejos de la realidad. Hoy en día pasa lo mismo cada vez que queremos cambiar algún artículo o aparato de uso cotidiano. La cantidad de marcas y modelos entre las que elegir es tan grande que se hace realmente complicado decantarse por uno u otro.

Lo primero es tener claro las medidas que necesitamos. Esta es la base de la compra y, si nos equivocamos en esto, tocará devolución. Eso siempre que el vendedor la ofrezca, que no siempre es el caso cuando se trata de colchones. Después toca decidir entre viscoelásticos, látex, muelles, espuma…. un sinfín de posibilidades.

Eligiendo mi nuevo colchón

En medio de toda esta “follón” del que uno no sabe bien como salir, empiezan a destacar opciones que hacen ver la luz al final del túnel. A mi me sirvió de mucho leer y leer opiniones de aquellos que habían pasado por la misma situación poco antes, por lo que me dedique a empaparme de sus experiencias.

Empecé leyendo opiniones del colchón Emma, un vicoelástico que es todo un superventas en Europa. Todos sus usuarios recientes destacaban la comodidad de este colchón y la magnífica relación calidad-precio que tiene. El hecho de que pudiese probarlo durante tres meses sin compromiso también me pareció interesante.

Después estuve buscando y leyendo con atención opiniones de otros, como Elite Viscografeno, un colchón ¡con partículas de grafeno! (wtf), pero algunas personas se quejaban de su dureza. Manejé también algunas opciones dentro de los fabricados en látex, pero mi presupuesto no alcanzaba a los que mejores opiniones tenían. Los de muelles me parecieron atrasados en el tiempo, a pesar de que su tecnología haya progresado y sigan siendo muy utilizados.

Después de mucho buscar y buscar, preguntar, leer… y marearme, decidí cortar por lo sano y quedarme con Emma. Ahora mismo estoy en la primera semana de uso y, de momento todo va excelente. Ya os contaré que tal más adelante.

Cada día procuro mantener una buena imagen, sin importar a qué lugar me dirija; bien sea al trabajo, a una fiesta, a una farmacia, en casa, etc. Considero que una buena imagen habla mucho de una persona, y da igual si se trata de un hombre o una mujer.

De hecho, muchas personas consideran que parte del éxito profesional esta ligado a una buena imagen. Cada persona debe exteriorizar lo que quiere llegar a ser, es decir, si quiere llegar a ser el presidente de la compañía donde trabajas pues entonces cuida tu imagen como si ya fueras el presidente de tu compañía.

Adicionalmente, se cree que la comunicación entre dos personas mejora considerablemente cuando se tiene una buena imagen, ya que está demostrado que las personas prestan más atención a otra cuando tiene buena presencia.

La imagen es tan importante, que incluso puede llegar a ser un arma poderosa. La mayoría de las personas son muy subjetivas y se dejan llevar por lo que una persona aparenta. Por ejemplo, una táctica habitual en el mundo de los abogados es hacer, de cara a un juicio, que la persona que va a ser juzgada tenga apariencia de inocente pues, de forma subjetiva, es un punto a su favor.

Todos los días, millones de personas que tienen una vida social muy expuesta. Parte de su éxito depende de tener y mantener una buena imagen. Entre ellos están los políticos, los artistas, cantantes, entre otros.

Consejos para mantener una buena imagen en el trabajo

Existen muchos consejos para mantener una buena imagen en el trabajo, aunque se podría decir que los consejos claves serían en primer lugar vestirse para un objetivo. Como ya he comentado anteriormente, es importante que en el trabajo nos hagamos ver como si ya tuviésemos el puesto al que estamos aspirando.

El segundo consejo seria tener un perfecto control en el uso de las combinaciones de los colores. Aunque parezca mentira existe una psicología de los colores que ayuda a combinarlos adecuadamente según el momento y la intencionalidad que queramos dar a ver.

Otro consejo muy importante es tener dominado las texturas que nos favorecen. Esto se debe a que cada tipo de textura trasmite un tipo de sensación diferente, igual que hemos explicado con los colores. Luego está el hecho de saber que nos puede quedar bien y que no. Para esto es de suma importancia conocer a la perfección nuestro propio cuerpo.

Poner mucha atención a los detalles, es uno de los consejos más importante para mantener una buena imagen. Aunque no lo creamos el simple hecho de tener una pequeña arruga en la camisa, una mancha o alguna otra cosa pequeña puede destruir nuestra imagen.

Se acaba el verano. El otoño está a la vuelta de la esquina y con él, como cada año y de forma inevitable, viene una nueva temporada de gripe. Y a mí, como siempre, me tocará sufrirla varias veces.

La gripe es una infección respiratoria cuyos síntomas se manifiestan principalmente en la nariz, la garganta y los pulmones. Es una de las enfermedades de mayor y más fácil propagación y está causada por el Influenzavirus. La mayor parte de estos contagios se producen por contacto directo o inhalación de partículas que provienen de un infectado, ya sea por tos o estornudos.

La mejor forma de prevenir el contagio es tener una higiene adecuada y regular. Lavarse las manos varias veces al día es fundamental, puesto que evitaremos que los restos que hayan quedado en ellas después de haber tocado algún objeto contaminado, acaben en nuestra boca, nariz u ojos, con el consiguiente riesgo de contagio.

Si sientes dolores en el cuerpo, escalofríos, mareos, dolores de cabeza o tienes fiebre, tienes muchas posibilidades de haber sido contagiado. Particularmente, cuando esto me ocurre, procuro tomar mucho liquido y permanecer en reposo el mayor tiempo posible. Si la fiebre no aparece o no es demasiado alta, normalmente no necesito ir al medico ni medicarme, ya que en tres o cuatro días de cuidados suele desaparecer. En el momento en que aparece fiebre y las molestias se acentúan si que acudo a mi doctor.

Quizás la parte más molesta sea la secreción de mucosidades, que suele ser constante y conllevar un gasto de pañuelos de papel considerable  . Los lavados nasales en este tipo de situación me vienen fenomenal y te los recomiendo sin dudarlo.

Por otro lado, si tu también eres como yo y la sufres varias veces durante cada otoño/invierno, considera la posibilidad de vacunación. En tu centro de salud te darán más información a este respecto.