Cuando se arranca un proyecto web se ha de ser consciente de muchos aspectos. El primero y más obvio es que el sitio web es tu imagen. A través de él darás a conocer a tus potenciales usuarios aquello que quieras que piensen de ti. No hay nada peor para un negocio, marca o información que una web mediocre. Cuidarla y mimarla a diario es un trabajo de obligado cumplimiento.

Pero no solo basta con tener una web atractiva y con contenido interesante para que las visitas empiecen a llegar y el sitio a funcionar. Nada más lejos de la realidad. Si no trabajas otros aspectos y solo te centras en la imagen y el contenido, tu trabajo no servirá de nada. Necesitas que los potenciales usuarios y clientes te encuentren y a nadie escapa que, hoy en día, la mayor fuente de tráfico es el que proviene de las búsquedas orgánicas. Es en ese momento cuando entra en escena el SEO.

Pero, ¿que es el SEO?.¿Cómo trabaja un experto en SEO?

SEO son las iniciales de Search Engine Optimization, en castellano optimización para motores de búsqueda. Resumiéndolo mucho, podríamos decir que es darle a un website todo aquello que necesita para que los buscadores, en especial Google por ser el principal, coloque esa página web en los primeros puestos de la búsqueda de una determinada palabra o frase. Esto, que parece tan simple, esconde todo un mundo de técnicas y requiere de un alto nivel de conocimientos, esfuerzo, trabajo y dedicación. Tanto es así que de ello ha nacido una de las nuevas profesiones del milenio, el experto SEO.

La función principal de un experto SEO es esa, posicionar adecuadamente una web. Se trata de un trabajo en ocasiones ingrato, pues los resultados no pueden verse a corto plazo. Se estima que es entre seis meses y un año de trabajo incansable lo que de media tarda una web en conseguir posicionarse. Este es precisamente uno de los motivos del fracaso del 99% de las páginas webs, una mala estrategia SEO o falta de paciencia por la falta de visitas.

Para que el trabajo de un consultor SEO sea productivo y consiga resultados, este debe saberse manejar en multitud de campos. Un buen especialista SEO debe dominar, o al menos tener nociones avanzadas, de marketing digital, programación, diseño y optimización web o análisis y consultoría entre otras. Además, debe saber manejar las diferentes herramientas disponibles para monitorizar los parámetros SEO: métricas, autoridad web, links, etc. Se trata de un profesional que depende 100% del conocimiento y la experiencia y que, además, está en constante reciclaje, pues las técnicas SEO cambian de forma muy rápida, debiendo adaptarse a estos cambios de forma inmediata.

Contar con el trabajo de un experto SEO a tu lado te asegura, no solo un aumento del tráfico de tu web, sino también una mejora de los leads (u objetivos), lo que se traducirá en un aumento de los clientes, que al final es de lo que se trata. Además, el trabajo SEO lleva aparejado un mayor visibilidad de marca, haciendo que el sitio web y la empresa, si hubiera alguna detrás, tenga un reconocimiento mayor. Es, sin duda, una inversión rentable por el cashback que ofrece.

Si tienes o en algún momento piensas montar una página web, ya sea para un negocio o para compartir información sobre algo, busca un buen profesional que te oriente y que te haga alcanzar tu objetivo. Merecerá la pena.

Cuando se trata de cambiar de teléfono móvil, una de las características a la que más gente le da importancia es a la calidad de su cámara. Y es que, para muchos de nosotros, la cámara de un móvil es más que suficiente para cubrir nuestras necesidades habituales. Es más, probablemente la cámara de nuestro móvil, sea la mejor que podamos conseguir para un uso general. Hablamos siempre, claro está, de teléfonos de gama media-alta.

Las cámaras de los móviles de última generación ofrecen resultados  tan buenos como las cámaras fotográficas profesionales. El desarrollo de la tecnología asociada a estos dispositivos y la potencia de procesamiento que ofrecen dan para mucho más que simples selfies. Además, en la actualidad ya estamos viendo la capacidad que ofrece un teléfono para incorporar lo que se denomina multicámara. Habrás podido comprobar cómo los últimos modelos vienen equipados con hasta tres o cuatro cámaras.

Pero, ¿cómo funciona un teléfono para sacar el máximo partido a las multicámaras? ¿Pueden ofrecer resultados tan extraordinarios como prometen? Vamos a verlo.

El desarrollo de la tecnología multicámara en teléfonos móviles.

Tenemos que tener en cuenta que un teléfono móvil no es el espacio más adecuado para integrar una óptica de una calidad de imagen profesional. Sus dimensiones son reducidas y es imposible que puedan contener las piezas y lentes que se requieren. Esto ha llevado a los fabricantes a tener que dar un giro de tuerca para seguir avanzando en la calidad de imagen que pueden aportar los nuevos modelos. La solución ha sido brillante, integrar varias cámaras en el dispositivo.

Muchos no saben cuál es el funcionamiento de este mecanismo o tienden erróneamente a pensar que funcionan por separado. No es así. Cada una de las cámaras es distinta y está pensada para detectar diferentes características de la escena. Después, un software avanzado con el que cuentan los teléfonos compondrá toda la información captada por cada cámara para reunirla en una foto perfecta. Y todo esto sin que repercuta en las dimensiones del teléfono. Es como si llevásemos una cámara con objetivos intercambiables en el bolsillo.

Esto, obviamente requiere un procesamiento extra y una mayor potencia de los recursos del teléfono. El microprocesador debe ser potente y la memoria RAM suficiente para estas tareas. Esto hace que este tipo de funciones solo estén disponibles en gamas altas, aunque cada vez más empiezan a verse también en equipos de gama media.

Lo que está claro es que esto no ha hecho más que comenzar. En el futuro, con la mejora del software y el aumento de la potencia de procesamiento, los teléfonos seguirán incorporando más cámaras que permitirán un sinfín de posibilidades. Si en su día ya acabaron con el mercado de las cámaras compactas, el siguiente objetivo es dejar obsoletas las cámaras reflex. No queda demasiado camino por recorrer para que esto suceda.

Cuando se trata encontrar un nuevo trabajo o de mejorar el que ya se tiene, nunca está de más conocer cuales son las tendencias actuales del campo en el que nos ocupamos. Por ejemplo, hoy voy a hablaros de los lenguajes de programación que suelen demandarse actualmente en el mercado.

Teniendo en cuenta que estas tendencias suelen cambiar cada poco tiempo, el campo de los lenguajes de programación normalmente se mantiene estable de una forma bastante acusada. En gran medida esto se debe a la importancia que tienen en el mercado los que actualmente existen. Pero dado lo cambiante de la tecnología, no debemos olvidarnos de actualizar nuestros conocimientos o corremos el riesgo de quedarnos fuera del mercado.

Lenguajes de programación más demandados

JavaScript sigue siendo el rey. Dominarlo es básico para un programador puesto que es el lenguaje de programación que más puertas puede abrirte hoy en día. Se utiliza en multitud de plataformas, con especial repercusión en los entornos web. Si no puedes trabajar con JavaScript tendrás problemas para encontrar tu hueco profesional en este campo.

Pero no solo de JavaScript debemos hablar. Python destaca por su facilidad de aprendizaje y flexibilidad. Java (no confundir con JavaScript) es otro de los situados arriba en el ranking de importancia, junto con C y sus variantes y derivados (C++ y C# por ejemplo).

Si nuestro perfil se dirige más hacia el mundo web, se nos hace imprescindible dominar HTML5, PHP y CSS. Estos lenguajes son la base del 90% de las webs en la actualidad. Google premia a las webs con el código mejor optimizado de cara a los resultados de búsqueda, por lo que dominarlos es una herramienta básica para el SEO.

Otros quizás menos conocidos y que deberías empezar a aprender ya (si aún no lo has hecho) son Go, que va de la mano de Google, y Elixir, que es un lenguaje relativamente joven pero muy interesante y que está ganando popularidad a marchas agigantadas.