El concepto de que el hecho de comer ciertos alimentos pueda servir por si mismo para perder peso, sin más, resulta tentadora. Para muchos, sería magnífico poder comer todo lo posible sabiendo que mientras más comas, más adelgazas.
Pero lo bueno nunca suele ser real y, aunque la terminología de las “calorías negativas” últimamente se haya puesto de moda, la realidad es que no existen los alimentos que funcionen de esta forma.
La idea de calorías negativas está relacionada con la ingesta de determinados alimentos que requerirían más energía para poder digerirlos que la que aportan al organismo. De esta forma, el balance calórico sería negativo y el cuerpo tendría que recurrir a las reservas de grasa para compensar dicho balance. Esto provocaría, a su vez, pérdida de peso.
Los alimentos mencionados en las dietas que buscan este balance negativo son principalmente vegetales. Apio, lechuga, cebollas, pepinos o cítricos están prácticamente en todas ellas, pues son bajos en calorías, tienen mucho contenido en agua y, además, son ricos en fibras. Pero todos ellos, absolutamente todos, necesitan para procesarlos menos calorías de las que proporcionan al organismo.
No existen alimentos que proporcionen calorías negativas.
Aunque es correcto el hecho de que la digestión de los alimentos necesita un aporte calórico de nuestro cuerpo, no lo es tanto que dicho aporte pueda ser mayor que los que proporcione la comida. La naturaleza es sabia y este tipo de alimentos serían contraproducentes.
El cuerpo humano es energéticamente eficiente. Esto quiere decir que es capaz de adaptar el gasto energético que tiene en función de las calorías que se consume a diario.
Hay ciertas sustancias, como el chile y la cafeína, que están en estudio, pues se piensa que desencadenan procesos digestivos que incrementan el gasto energético. El té es otro de los alimentos que pueden producir un aumento del metabolismo.
Aún no hay comentarios.