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La mejora de las cámaras en los teléfonos móviles

estabilizacion-optica

 

Si hay un elemento que, desde que aparecieron, siempre se ha considerado un elemento clave a la hora de elegir un nuevo teléfono móvil, esa es la cámara fotográfica. Las mejoras de esta característica han sido brutales y se han sucedido de manera muy rápida. Desde las primeras que captaban fotografías muy básicas hasta las multicámara que montan hoy en día cualquier teléfono de gama media, mucha tecnología ha pasado en muy poco tiempo.

Los progresos en un primer momento se centraron principalmente en aumentar el número de megapixels de los sensores ópticos. Si al comienzo de la era de los smartphones era difícil ver un teléfono con una cámara superior a 2 megapixels, en estos momentos se superan ya los 100 en las gamas altas, mientras que los teléfonos de gama media cuentan con cámaras que superan los 30, número más que suficiente para tomar fotografías de gran tamaño y calidad.

 

La óptica, el gran caballo de batalla.

Cuando ya no se hace necesario aumentar la sensibilidad de las ópticas, se ha puesto el foco en otros aspectos a la hora de mejorar las cámaras de los teléfonos móviles. Actualmente es la calidad de la lente, la apertura o el procesado que el software del teléfono hace de la fotografía lo que buscan mejorar los fabricantes. Pero hay algo que se ha colado en la primera posición, la estabilización óptica y su eficacia.

Obtener una fotografía nítida no debe tratarse de contar con un trípode o un soporte que permita eliminar el efecto del pulso de la mano del usuario. Es incómodo tener que llevar estos accesorios a todos sitios y nunca sabes cuándo puedes necesitar hacer esa foto perfecta. Por lo tanto, el desarrollo de sistemas de estabilización óptica se ha vuelto esencial para los fabricantes.

En este sentido, las posibilidades, igual que sucede con el aumento óptico, son dos: la estabilización óptica y la electrónica. Estas funciones hacen que el objetivo pueda mantenerse lo más abierto posible durante mayor riesgo pero minimizando las posibilidades de que la foto salga borrosa.

En la estabilización óptica es un juego de imanes quienes realizan el trabajo. Se colocan junto al objetivo de tal manera que hacen como si este flotara. De esta forma se consigue que el objetivo permanezca más tiempo en la posición correcta para tomar la fotografía. Pero, al igual que sucede con la electrónica, este funcionamiento presenta algunos problemas. Los principales es la necesidad de espacio en unos dispositivos que precisamente tratan de reducirlo al máximo y la velocidad a la que trabaja el mecanismo.

En cuanto al sistema digital, el sistema se basa en la eliminación de los bordes del sensor y concentrar la fotografía en el centro. Es el software del teléfono el que estudia la imagen y aplica las correcciones necesarias para anular el movimiento indeseado del objetivo. El problema de este método reside en la pérdida de calidad de la imagen al concentrarla en la zona central.

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