Traducción: PAULA ZAPATERO SANTOS (2016)
(Silvère Mercier (2016): “Un livre recommandé par un bibliothécaire a 17 fois plus de chance d’être emprunté“. Bibliobsession)
Este apasionante artículo informa sobre un estudio llevado a cabo en las bibliotecas de la ciudad de París. Hasta donde yo sé, se trata de la primera investigación que pone de relieve el funcionamiento de la teoría de la Larga Cola a partir del comportamiento de los usuarios cuando sacan un libro de la biblioteca en lugar de analizar el comportamiento de venta, como se ha hecho tradicionalmente. Para los que se pregunten qué es eso de la Larga Cola, le he dedicado ya varios artículos a este apasionante fenómeno que tanto ha cambiado mi visión de la profesión de bibliotecario. Siempre planteo dos hipótesis:
- La Larga Cola se aplica a las bibliotecas y a sus usuarios.
- Es posible establecer una base teórica sobre la transición de la era logística a la era mediática.
¡Este estudio confirma mis dos hipótesis! Dicho estudio trata sobre los libros que se tomaron prestados en las bibliotecas municipales de la ciudad de París (Francia) entre los meses de enero y abril del año 2012. Lleva la firma de Lumeau Marianne, Thierry Clémence y se titula «La demande de livres de fiction en bibliothèques». Réseaux 2/2015 (n° 190-191), p. 275-298. Desafortunadamente, es de acceso bloqueado. El tamaño del catálogo de las bibliotecas de París es considerable.
«Por tanto, teóricamente, los usuarios pueden elegir títulos entre los 2,7 millones de ejemplares impresos que componen el catálogo. Para establecer una comparativa, Brynjolfsson et al. (2003) indican que una tienda tradicional dispone de entre 40 000 y 100 000 volúmenes, mientras que un sitio de venta en línea, como Amazon o Barnes & Noble, ofrecen 2,3 millones de libros impresos».
El artículo destaca que los préstamos siguen una distribución a priori similar a la de los catálogos comerciales.
Sin embargo, hay un efecto de concentración menor en relación al tradicional 80/20 del principio de Pareto.
«Tradicionalmente, la literatura académica considera que la demanda de bienes culturales sigue una distribución conforme al principio de Pareto. Esta regularidad estadística corresponde normalmente a una proporción 80/20. El 20 % de los títulos concentran el 80 % de la demanda total. Por ejemplo, según el estudio de la distribución de las ventas registradas en los títulos de la temporada literaria francesa de 2005, Benghozi y Benhamou (2010) muestran que el 16 % de las obras acumulan el 83 % de las ventas. La tabla 3 indica que, en el caso de la demanda de libros en las bibliotecas parisinas, el 20 % de las obras registran el 66,44 % de los préstamos totales. Por tanto, la demanda de libros en las bibliotecas de París parece estar distribuida de forma relativamente poco concentrada.
¿Cómo se explica que esta concentración sea menor? Los autores plantean tres hipótesis:
- La oferta es más variada y los usuarios dirigen de forma natural sus elecciones hacia otras obras distintas a los best seller de la cabeza de la Larga Cola que son, por definición, de difícil acceso debido a su alta demanda. Por ello, los usuarios se decantan por los títulos menos conocidos gracias a la función de descubrimiento de la biblioteca.
- La población parisina, debido a su composición sociológica, se inclina hacia la diversidad.
- El trabajo de mediación de los bibliotecarios contribuye a este fenómeno.
Esta última hipótesis ha sido objeto de un examen más exhaustivo a partir de los siguientes mecanismos de mediación (que, de hecho, no son muy numerosos).
El impacto de estos mecanismos en la mediación queda claramente reflejado:
«Los títulos que más se han tomado prestados se han beneficiado, de lejos, de una ubicación favorable en las estanterías. De este modo, entre los 1 069 títulos que cuentan con esta recomendación, 502 de ellos forman parte del 10 % de las obras prestadas. Asimismo, la tabla 4 muestra que los títulos más prestados cuentan con un etiquetado favorable. De hecho, de entre los 50 favoritos de los bibliotecarios, 27 obras representan el 10 % de los títulos que más se han tomado prestados en este periodo. Estos resultados sugieren que los dos tipos de recomendaciones salidas de manos de los bibliotecarios influyen de forma positiva en la demanda de títulos en las bibliotecas por parte de los usuarios».
El estudio se centra además en la forma en la que los usuarios de las bibliotecas se ven influidos por la exposición mediática relativa a los premios literarios (nominaciones y galardones). El resultado es el siguiente:
«Los libros que más se han tomado prestados han sido también los más premiados. De hecho, entre los 42 títulos galardonados con un premio literario entre 2006 y 2010, 31 (es decir, el 74 % del volumen total) están presentes en el 10 % de las obras que más se han sacado de las bibliotecas. Este tipo de recomendación parece que influye de forma positiva en las elecciones de los usuarios. Además, la tabla 5 muestra que, entre los 319 títulos que se han tomado prestados y que han sido nominados a un premio literario en 2006 y 2010, sólo 124 (un 39 % del volumen total) forman parte del 10 % de las obras más sacadas en las bibliotecas. Finalmente, la tabla 6 indica que, entre los 416 títulos que han registrado mejores ventas entre 2006 y 2010, 350 forman parte del 10 % de los libros que más se han tomado prestados en la biblioteca. Este resultado muestra una correlación positiva entre el préstamo y la compra, en el sentido en el que los títulos que más se toman prestados serían también los más comprados en periodos anteriores.
Por último, los autores del estudio investigaron el impacto de las distintas formas de recomendación, entre mediación externa e interna a las bibliotecas. Me parece que este aspecto es esencial:
«A la luz de estos resultados, las recomendaciones de los bibliotecarios parecen tener un impacto más importante que el de los expertos en el número de veces que un libro se tomará prestado. Si comparamos los coeficientes, se observa que un titulo que ha sido seleccionado y destacado en un expositor por un bibliotecario (respectivamente señalado con un etiquetado favorable) se tomará prestado 17 veces más que otro que no goce de esta visibilidad, frente a las 11 veces más para un título que cuente con el beneplácito de los expertos».
Veo en este estudio un gran incentivo para desarrollar mecanismos de mediación que permitan favorecer las circulaciones en la bibliodiversidad según un esquema que podría parecerse a algo así:
La teoría de la Larga Cola se planteó inicialmente para el ámbito digital, por tanto, no surge la pregunta de si se debe aplicar o no. Está claro que el reto es hacer que nuestra capacidad de recomendación se desarrolle en beneficio de la circulación de ideas en la Larga Cola. Para terminar, este estudio también subraya que un mecanismo como el Préstamo Digital no permite en ningún caso beneficiarse de la diversidad cultural ligada a la recomendación en la Larga Cola. El catálogo que adquiere cada biblioteca es pobre debido al coste de los títulos. Asimismo, el sistema de fichas, en lugar de favorecer la búsqueda para acceder a la bibliodiversidad, sanciona económicamente la influencia de la mediación en las obras que se toman prestadas. Con un modelo de acceso de estas características, cuanta más mediación ejercen los bibliotecarios, menos pueden hacerlo. ¿Supondrá el libro digital propuesto en estas condiciones el fin de la capacidad de recomendación e influencia de los bibliotecarios en el acceso a la bibliodiversidad de contenidos?