En esta sección, reivindicamos para los traductores y la traducción algunas de las características míticamente atribuidas a los alquimistas y a la alquimia: la capacidad para transmutar la materia en algo de sustancial valor, el esfuerzo por tornar la quimera de la intraducibilidad en un brillante atrevimiento, el sueño de transportar la magia de las palabras a nuevos horizontes, transformándose, la combinación de conocimientos diversos como mezcla reactiva y re-creativa.
En definitiva, adoptamos el proceso de experimentación de la alquimia para probar que la traducción, ya sea literaria, científica, o de cualquier otro ámbito humano, nos enriquece cuando se efectúa con responsabilidad, lealtad y aprecio por las letras, las ideas y las personas, últimas destinatarias.