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Entrevista con Maxime Lathuilière, fundador de Inventaire.io

Traducción: JAVIER SILVESTRE PAVÓN (2016)

(Silvae (2016) “Entretien avec Maxime Lathulière”. Bibliobsession)

La biblioteca de igual a igual es una idea recurrente que me gusta de manera especial. Está ahí para recordarnos que lo fundamental del servicio ofrecido por las bibliotecas no es el préstamo sino la mediación. Después del caso Booxup, del que Lionel Maurel informó en su blog, me apetecía saber más sobre Inventaire.io, un nuevo proyecto que su fundador, el francés Maxime Lathuilière, ha tenido la amabilidad de presentarme. Creo que sus elecciones, su entusiasmo y las dificultades que ha tenido para acceder a los datos ilustran de maravilla la página web de intercambio de conocimientos frente a las páginas web de las compañías emergentes, cuyo único fin es la escalabilidad a cualquier precio.

inventario

¿Puede presentarnos Inventaire.io?

Inventaire.io es una aplicación web que permite crear un inventario con tus libros y compartirlo con tus amigos y grupos, o incluso públicamente. Permite detallar si un libro está disponible para la donación, el préstamo o la venta. Se trata de cartografiar los recursos y hacer visibles todos los que sean posibles. Y todo ello, apoyándose y contribuyendo al conocimiento libre: los datos sobre los libros y los autores proceden principalmente de Wikipedia y de su proyecto hermano para la web de datos Wikidata. Esta es una de las mayores diferencias respecto a las muchas páginas web que tratan de libros. Más que alimentar una base de datos cerrada, condenada a desaparecer una vez que la página muere (todas las webs mueren algún día, en un plazo de tiempo mayor o menor), los usuarios de Inventaire están invitados a corregir  y enriquecer el conocimiento compartido. Por el momento, los recursos son solamente acerca de los libros y los inventarios son los de particulares, pero sueño con ver  las bibliotecas y a los vendedores de libros sumarse al proyecto. Un poco más abajo hablamos de ello emo1.

¿Quién está detrás de esta página? En definitiva, ¿es usted una empresa, una asociación, un colectivo? emo2

Se trata de un proyecto que inicié solo pero dejando abiertas todas las puertas posibles: el código es público y bajo licencia libre, la evolución del proyecto se discute de forma pública y la traducción de la web es colaborativa. Por eso, gente que se había interesado por el proyecto ha entrado de forma espontánea, lo que es bastante curioso: yo soy aún el único desarrollador del proyecto, pero  la web ya tiene versiones en francés, inglés, alemán, sueco y las versiones en italiano, danés, noruego y español están en su etapa inicial. Aún no hay la suficiente organización legal como para respaldar este proyecto. Mientras yo estoy solo a tiempo completo no hay ningún  problema, pero el objetivo es intentar conseguir una organización económica viable para poder remunerar a los colaboradores a tiempo completo, sin tener que recurrir al Capital Riesgo. Evidentemente, requerirá más tiempo que para las compañías emergentes clásicas, que sólo tienen grabadas en la cabeza las palabras «obtención de fondos», pero yo no tengo prisa.

 

 

 

¿Cuáles son o van a ser sus fuentes de financiación?

Por el momento ninguna, aparte de la RSA (Renta de Solidaridad Activa de Francia), que me ha ingresado dinero cada mes. No obstante, se están estudiando varias vías para conseguir una viabilidad económica a largo plazo. Empecemos por las vías que han sido descartadas de antemano: no serán ni la publicidad ni la reventa de los datos de los usuarios. Queda la posibilidad de obtener una comisión de las ventas si éstas se realizan a través de la plataforma, o incluso el cobro de prestaciones en el seno de empresas o de entes territoriales que deseen utilizar la plataforma y necesiten usar servicios periféricos concretos como la presentación de la herramienta,  que sería gratuita, o ayuda para ponerla en marcha. Por último, si estas vías no fueran fructíferas o resultaran contradictorias con lo que podríamos considerar como la «misión de servicio público de iniciativa privada» del proyecto, queda el modelo Wikimedia basado en las donaciones. De lo contrario, tendríamos que hablar de renta básica y de prestación contributiva para este tipo de proyecto, lo que en efecto resolvería muchos problemas.

 

¿Cómo se diferencia de Booxup, que recientemente ha suscitado una gran polémica?

Empecemos directamente por lo malo. Al no tener iPhone, nunca pude probar la app, por lo que me resulta bastante difícil responder a esta pregunta emo3.  Dicho esto, creo que, aparte de esa función común de compartir libros, los dos proyectos no tienen demasiado en común.  A ellos les dejo con mucho gusto  el título del  Tinder o el Uber de los libros (¿Tunber?). Por mi parte, sueño con encajar la pieza del puzzle que falta entre Wikipedia y OpenStreetMap, permitiendo cartografiar los recursos del conocimiento libre, y a partir de ahí poner rumbo tranquilamente hacia la civilización postconsumista. Las estadísticas sobre los 15 últimos campeonatos les dan muchas más oportunidades para tener éxito a esos proyectos, pero creo que mi idea mola mucho más.

 

En su página web anuncia que podrían participar bibliotecas o librerías, ¿puede contarnos más?

En su estado actual, la aplicación está destinada solamente a particulares, entre otras cosas porque es mucho más simple. Aún no me ha pedido nadie importar datos en UNIMARC o utilizar Z39.50. En cuanto a las librerías, eso es otro asunto. Hay varias iniciativas a las que nos podría resultar interesante unirnos como placedeslibraires.fr u otras, pero hasta donde yo sé no se pueden obtener los datos brutos de los libros disponibles o alguna aproximación. Sin datos brutos, lo único que se puede hacer es crear un vínculo a una página web, no integrar directamente los resultados en una aplicación o combinar los datos para publicar el conjunto en una carta o qué sé yo. Así que ahí va mi lista para las Navidades de 2016 (me estoy adelantando, pero hay que hacerlo): los datos brutos de disponibilidad de los libros en las bibliotecas y librerías,  accesibles a través del ISBN o con el usuario de Wikidata, en HTTPS, respondiendo con JSON (o en su defecto XML). Datos brutos, públicos, gratuitos, no una retorcida asociación de «1000 € al año para comenzar». La OCLC ya ha intentado venderme así la moto. El objetivo que no hay que perder de vista es que cualquiera, a través de Inventaire.io u otro lector de contenidos, pueda saber lo que la librería o biblioteca de la esquina (o incluso en un futuro no muy lejano, todo comerciante) tiene en sus estanterías sin tener que solicitar una autorización ni que discutir durante tres años o aprender un protocolo obsoleto y reorganizar todo eso como bien le parezca a uno, complementando todo eso con datos procedentes de los siete rincones de la página web.

 

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