Cuando sucede una catástrofe o alguna situación imprevisible e inesperada, siempre hay quienes terminan resultado beneficiados a la vez que muchos otros son perjudicados. La diferencia entre unos y otros está en la respuesta que saben dar al problema concreto y las estrategias que siguen para sobreponerse. Incluso antes de que la problemática aparezca.
La situación que vivimos desde hace casi dos meses es buena prueba de ello. Un reciente estudio ha sacado a la luz que las empresas que vieron venir la pandemia, que se prepararon y que apostaron por seguir trabajando de forma telemática, han tenido un impacto económico mucho menor que aquellas que fueron arrastradas por la tormenta. Estas últimas se han visto forzadas a remar a contracorriente, intentando remolcar una situación que ha desbordado todas las previsiones.
Internet la alternativa que no entiende de crísis
Hace años que los hábitos de compra de los consumidores vienen cambiando, en gran parte por la entrada en juego de los grandes ecommerces. Ahora, cuando el coronavirus ha aparecido, a muchos consumidores no les ha quedado más remedio que recurrir al comercio online, cambiando radicalmente sus hábitos de consumo cotidianos.
Esta necesidad ha hecho que, como comenta la agencia diseño web Barcelona, las peticiones de soporte de los comercios para abrir urgentemente nuevas tiendas online se haya disparado. De hecho, la demanda de profesionales relacionados con el diseño web es una de las pocas que han crecido durante los meses de marzo y abril. Se estima en un 80% el crecimiento del sector respecto a la misma época del pasado año, unas cifras que hasta este momento no se habían alcanzado en la historia. Ni siquiera cuando empezó la fiebre del comercio electrónico.
También, y gracias a las posibilidades infinitas del mercado digital, las empresas han aprovechado para buscar diversas alternativas a la publicidad tradicional. La mayoría de ellas han enfocado sus estrategias promocionales a tratar de fidelizar a los cientos de miles nuevos clientes del sector online, con la clara intención de que este no retorne al comercio tradicional y que opte en mayor medida por seguir comprando y consumiendo por internet.
Se trata de una oportunidad histórica para la economía global ya que nadie sabe a ciencia cierta cuánto más pueden durar los efectos causados por la pandemia. Tampoco si volverán a repetirse a corto plazo, aunque muchos expertos están seguros de esto último. Por lo tanto, quedarse de brazos cruzados a esperar a que pase el vendaval es un suicidio. Lo inteligente es engancharse al ámbito de lo digital.
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