Cuando nos enfrentamos a los cuidados y necesidades de una persona que sufre algún tipo de demencia provocada por la edad, la situación se hace delicada.
Una de las principales dudas que surgen en estos casos es la de dónde se encontrará mejor atendido el dependiente, si lo estará en su propia casa o si es mejor recurrir a los servicios de una residencia habilitada para este tipo de problemas de salud mental.
La respuesta no es fácil y dependerá de muchos detalles. Incluso la mejor decisión puede variar dependiendo de cada persona. Hoy, con la ayuda de Vitalhogar, una empresa que proporciona servicios de internas para cuidar ancianos en Valencia, vamos a intentar aclarar algunas dudas al respecto y ayudar así a la toma de una decisión correcta.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de decidir sobre el cuidado de una persona con demencia?
En primer lugar y como factor importante, debemos tener en cuenta que hay que reflexionar profundamente y valorar diversos aspectos antes de tomar la decisión de sacar a un anciano de su hogar (si llega el momento de hacerlo).
Para una persona con demencia, si la enfermedad no está muy avanzada y todavía reconoce personas y lugares, pasar el mayor tiempo posible en el lugar donde ha vivido toda la vida es muy positivo y reconfortante para su salud mental. Los estudios así lo demuestran e indican claramente que los índices de felicidad de quienes viven en su propio hogar multiplican por mucho a quienes residen en centros de la tercera edad.
Pero se ha de ser conscientes de las limitaciones que una casa no adaptada puede tener para estas personas, por lo que un primer factor a considerar es si tenemos la oportunidad y los medios económicos suficientes para habilitar la residencia habitual del anciano a sus necesidades particulares. En caso afirmativo, una gran parte de la decisión ya podría estar tomada.
Otro aspecto fundamental, sobre todo cuando se trata con personas aquejadas de problemas de demencia, es su asistencia. Lo habitual suele ser que algún familiar se ocupe de ello, pero esto normalmente no es lo ideal ya que, salvo que tenga formación profesional en este tipo de cuidados especiales, el familiar no tendrá los conocimientos adecuados y la capacidad para hacer que las necesidades del enfermo estén cubiertas las 24 horas del día.
Aquí es cuando entra en juego el sector de los cuidadores internos, un servicio profesional y especializado en este tipo de asistencias que pueden complementar a la perfección la labor de los familiares, o realizar asistencias a tiempo completo.
¿Por qué mejor en casa que en residencias?
Fundamentalmente porque en un centro adaptado para la tercera edad, todo es mas frío y el dependiente puede comenzar a sentirse desubicado y solo.
Además, no son pocas las personas que, tras lo vivido en las residencias de ancianos como consecuencia del Covid-19 no tienen la confianza suficiente en que sus mayores estén 100% seguros en estos centros. La realidad es que la inmensa mayoría de ellos están preparados para hacerse cargo de los residentes y su personal se desvive por ellos, pero tal y como se ha visto en las noticias estos últimos meses, siempre hay algún centro donde la profesionalidad brilla por su ausencia.
Esto en su propia casa no sucede, principalmente porque la familia tiene mucha mas accesibilidad al dependiente de la que existe en las residencias, donde hay horas y días específicos para visitas y horarios que cumplir.
Además, económicamente hablando, y aunque pudiese parecer lo contrario, contar con una persona interna para el cuidado de los mayores no suele necesitar una mayor inversión que la que supone el ingreso en un centro geriátrico.
Por todo ello, la recomendación de que un anciano con demencia viva el mayor tiempo posible en su propia casa, suele darse más a menudo que la de hacer uso de una residencia de la tercera edad.
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