De sobra es conocida la recomendación de los médicos y expertos sobre cuánto debemos de dormir diariamente. Son 8 las horas recomendadas y, en quienes lo cumplen, se ha demostrado que poseen unas arterias más flexibles y menos rígidas. Esto viene aparejado con na menor posibilidad de padecer enfermedades cardíacas que los que no cumplen con el descanso recomendado.
Un estudio que se presentaba en el último Congreso Mundial de Cardiología del Colegio Americano de Cardiología ofrecía estos resultados. Dicho estudio mostraba como las personas que dormían menos de 6 horas o más de 8, ya fuese en camas con colchón individual o en aquellas con colchón viscoelastico para parejas, presentaban mayores probabilidades de acumular placa en las paredes arteriales de la Carótida. Además, añadían que un mal patron de sueño o dieta y la falta de ejercicio agravaban este riesgo.
Amplio análisis del sueño donde participaron cerca de 2.000 personas
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores monitorizaron los patrones de sueño de casi 2.000 participantes de la región de Corintia en Grecia, a los que ofrecieron completar un formulario desarrollado conjuntamente por cardiólogos, médicos de atención primaria y enfermeros. Los participantes se dividieron en grupos diferenciados por sus patrones de sueño habituales y representaban al amplio espectro de la población.
Los participantes también se sometieron a un examen de ultrasonidos para conocer el grosor de su pared arterial previamente a la monitorización de los especialistas. El grosor de las arterias va asociado a un mayor riesgo de sufrir un colapso cardiovascular y otros tipos e enfermedades cardíacas.
Tras el estudio, los investigadores descubrieron un patrón con forma de U entre la duración del sueño de los participantes y los indicadores tempranos de aterosclerosis, lo que pone en evidencia la necesidad de cumplir con un sueño equilibrado. El grosor de la pared arterial y la acumulación de placa fue superior en los grupos donde la duración del sueño no era la adecuada en comparación con los que si dormían justo lo suficiente.
De esta forma, los investigadores han demostrado de nuevo que el patrón de sueño correcto en la población adulta se encuentra entre las 6 y 8 horas (por la noche) diarias. Este espacio de tiempo actual como un factor de protección ante posibles fallos coronarios, lo que se traduce en una mayor esperanza de vida y una mejora sensible de la salud.
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