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La evolución de la fotografía

fotografo en Salamanca

 

La llegada de la era digital cambió por completo muchos aspectos de la vida tal y cómo la conocíamos hace dos décadas. Uno de los campos que más han evolucionado desde entonces ha sido la fotografía. La llegada de los nuevos equipos, cada vez más sofisticados y precisos, dieron un vuelco de 180º a la industria fotográfica. Tanto que hasta enormes multinacionales quedaron por el camino.

Pero estos avances no solo suponen un cambio en la forma de trabajar, sino también en los resultados que los clientes esperan cuando contratan a un buen fotógrafo. Cuando un profesional trabaja para capturar imágenes para si mismo, es libre de tomar las luces, encuadres o ángulos que considere oportuno. Pero esto no sucede siempre, sobre todo en trabajos tan tradicionales como pueden ser las bodas u otras celebraciones íntimas.

 

¿Se puede innovar en la fotografía?

Pues la respuesta general a esta pregunta es sí. Incluso en las ceremonias mas tradicionales, el fotógrafo profesional ha tenido que readaptarse a los nuevos tiempos. Antes bastaba con congelar los momentos concretos más importantes. Ahora no basta con eso, los posados frontales y fotos aburridas pasaron a la historia. Ahora siempre se trata más de buscar la improvisación, los momentos espontáneos, los gestos que convierten en una fotografía bonita en una foto especial.

Esto ha cambiado la forma en fotógrafo trabaja. Se trata de pasar desapercibido la mayor parte del tiempo. Nadie fuerza una sonrisa si no sabe que le están fotografiando. Pero para eso hay que disparar mucho más que en la época del carrete. Juan Gavira, un experimentado fotógrafo en Salamanca, lo deja claro. Si antes se tiraban 10 o 12 carretes en una boda (equivalente a unas 350 fotos aproximadamente), hoy han pasado a ser más de 3.000 instantáneas por evento. Es la única forma de poder captar esos momentos especiales.

Pero no solo se trata de buscar los sentimientos más profundos. Cada vez hay mayor interés en conseguir momentos divertidos. Gestos que guarden el recuerdo de lo excelente que fue ese día y lo que disfrutaron tanto los protagonistas como los invitados. En este sentido también ayuda mucho la complementación con el vídeo, que hace que echar un vistazo unos años después a todos esos recuerdos no se convierta en algo tedioso y aburrido.

Con todo esto, la tecnología sigue evolucionando y cada vez se incorporan más medios para cubrir un evento, sea de la tipología que sea. Ahora están en auge los drones, que permiten capturar tanto imágenes como vídeos desde puntos de vista que, hasta ahora, eran imposibles. De esta forma el trabajo es mucho más completo. También es ya una realidad el poder proyectar pequeños videoclips realizados durante el evento en el propio evento, prácticamente en directo, gracias a las herramientas de edición con las que se cuentan en la realidad.

El futuro pasa por involucrar también a los asistentes y complementar el trabajo profesional con los cientos de cámaras en teléfonos móviles presentes en cualquier ceremonia que tenga lugar. Las redes sociales y aplicaciones de puesta en común harán el resto.

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