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Mi visita al Museo de Cera de Madrid entre risas y sustos

Museo de cera Madrid

Siempre había tenido la visita al Museo de Cera Madrid en mi lista de pendientes, pero por alguna razón nunca me animaba a ir. Imaginaba un paseo entre estatuas de personajes famosos y poco más. Pero cuando por fin me decidí, descubrí que la experiencia era mucho más entretenida de lo que esperaba. No solo es un recorrido entre figuras hiperrealistas, sino que tiene momentos que te sacan una carcajada y otros que te ponen los pelos de punta.

La primera impresión

Nada más entrar, me di cuenta de que algunas figuras eran tan realistas que hasta me daba cosa mirarlas fijamente. Había un grupo de visitantes observando a Leonardo DiCaprio, esperando a ver si parpadeaba. Y lo mejor es que el museo juega con eso. De repente, un empleado disfrazado de personaje histórico se mezcló entre las figuras. Estaba quieto, como una estatua más, hasta que giró la cabeza de golpe. Me pegué tal susto que solté una risa nerviosa.

La sala del terror es otro nivel

Si hay un sitio en el museo donde los valientes se ponen a prueba, es la sala del terror. Vi a más de uno dudar antes de entrar y entendí por qué. La luz es tenue, las figuras son de asesinos del cine y de fondo suenan ruidos extraños. Pero lo peor es que, en cualquier momento, alguien disfrazado puede aparecer de la nada para darte el susto de tu vida.

Yo intenté mantener la compostura, pero cuando una puerta se cerró sola detrás de mí, casi salgo corriendo. Lo peor es que nadie la tocó. O al menos eso quiero creer.

Figuras que parecen a punto de hablar

Más allá de los sustos, hay figuras que impresionan más en persona. La de Rafa Nadal es increíble, parece que en cualquier momento va a girarse y saludarte. Albert Einstein tiene una expresión tan natural que sientes que te va a soltar una de sus frases célebres. Pero la que más me impactó fue la de Michael Jackson. Entre la postura, la ropa y la iluminación, por un momento pensé que iba a empezar a bailar.

Un recorrido que sorprende

Lo que más me gustó es que muchas figuras están en escenarios súper bien ambientados. No es lo mismo ver a Cervantes en una vitrina que encontrarlo rodeado de libros antiguos, como si estuviera en su despacho. Lo mismo pasa con los políticos, que están en despachos que imitan oficinas reales. Todo esto hace que la experiencia sea mucho más dinámica y las fotos sean mucho más divertidas.

¿Vale la pena visitar el Museo de Cera de Madrid?

Si pensabas que este museo era solo una sala con figuras estáticas, te aseguro que te sorprenderá. Pasé de hacerme fotos con los personajes de “Harry Potter” a dar un brinco en la sala del terror en cuestión de minutos. Hay momentos de risa, de asombro y otros en los que sientes que algo se mueve cuando en teoría nada debería moverse.

Salí de ahí con un montón de fotos y la sensación de haber vivido algo distinto. Y ahora, cada vez que veo una figura de cera en la tele, no puedo evitar preguntarme si será tan real como las del museo.

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