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La verdad por delante

Era y sigue siendo cuestión de tiempo. La verdad acaba por aflorar siempre. O al menos eso quiero creer. Cierto es que ha habido casos previos de corrupción, sin ir más lejos, el caso Naseiro, también en el PP, en los que después de conocerse la verdad, judicialmente no se llegó hasta el final, por problemas procesales, en este caso que cito, de escuchas irregulares. Seguro que se le vendrán a la cabeza otros muchos casos como éste. Pero se pudo constatar entonces, como también se está constatando ahora, hasta dónde llega la corrupción y las corruptelas entre nuestros políticos. El caso Bárcenas es sólo  la punta del iceberg. Pero tiene tanta importancia política que lo raro es que a día de hoy nadie, absolutamente nadie, haya dado un paso para explicarse. Explicarse, me refiero, con lógica y verosimilitud. No me refiero a las explicaciones de la Sra. De Cospedal y del Sr. Floriano que pasarán a los anales de la historia de la sinvergonzonería.

Mientras esto sucede en el PP, el otro gran caso de corrupción abierto en estos momentos, afecta al PSOE andaluz por el caso de los ERES, y tampoco están dando un ejemplo digno. También ellos piensan que se trata de una causa general abierta contra este partido por la juez Alaya. Ya se sabe, la victimización como forma de defensa. Lo utilizan a partes iguales unos y otros.

Y en medio de este lodazal, los ciudadanos, que asistimos a este lamentable espectáculo con náuseas. Náuseas de que nos gobiernen personas que anteponen sus intereses personales a los generales. Náuseas de que pretendan hacernos creer que vivimos en un Estado democrático, cuando a la vista está lo que les importa el pueblo. Como ya he dicho en este mismo blog, habrá que replantearse muchas cosas para que los ciudadanos volvamos a confiar en un sistema que los propios partidos políticos y sus castas están contribuyendo a destruir.

 

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La justicia del más fuerte

En la República de Platón, se recogen distintas concepciones sobre la justicia. Sócrates se encarga de presentarlas, “entrevistando” a diversos personajes que engendran esas ideas sobre lo que la justicia es y lo que representa. Uno de esos personajes es el sofista Trasímaco, defensor de la justicia del más fuerte. Para él, justicia es lo que place al más fuerte, o dicho de otro modo, los gobernantes hacen las leyes que les convienen para verse beneficiados por las mismas. El concepto de democracia no está presente en su concepción de la justicia, pues para él las normas las elabora el más fuerte (gobernantes) con el único objetivo de alcanzar prebendas y beneficios.

Seguramente no estamos tan lejos de esa concepción de la justicia. Bastan los ejemplos que diariamente nos trasladan los medios para comprobar que ni todos somos iguales ante la ley, ni las normas benefician de la misma manera a los poderosos y a los débiles. Los gobernantes de Trasímaco, no son en realidad y a día de hoy, los más fuertes, sino que estos gobernantes actúan como meros demiurgos que trasladan la voluntad del capital o de los mercados, esos grandes grupos de inversión que todo lo controlan y que deciden, sin pasar por elecciones algunas, lo que les place, consiguiendo que la legislación se acomode a sus deseos. No otra cosa es el neoliberalismo.  A estas alturas ya nos deberíamos haber enterado todos.

Utilizar la palabra corrupción para describir estos comportamientos es demasiado liviano. El problema es que se trata de comportamientos que por repetidos, se han acabado inoculando en la sociedad y ésta parece admitirlos como si fueran inevitables. Fíjense si no en el bochornoso espectáculo del denominado “caso Bárcenas”. Un señor que ha controlado las cuentas del partido del gobierno durante tantos años y que ahora se descubre que ha amasado una inmensa fortuna a base de recibir prebendas de esos “grupos” de presión, que llámense Gürtel o como se quiera, han estado a la sombra del poder moviendo los hilos para lucrarse también. Resulta que ante un caso tan GRAVE, el partido en el gobierno mira para otro lado, da la callada por respuesta, no sabe no contesta. Quizás su silencio se debe a que los contratos simulados con indemnización en diferido han sentado tal cátedra, que prefieren quitarse del medio, presentándose o intentándolo al menos, como víctimas. En un Estado democrático y de Derecho, tamaño escándalo habría justificado sin dudarlo un adelanto electoral, pues parece cada vez con más claridad comprobarse que hay un partido que  lejos de servir a los intereses generales (que es para lo que ha sido elegido) ha estado (y utilizo el pasado, sin estar muy segura de si debería usar el presente) sirviendo los intereses privados de una corruptela que extendía sus tentáculos por las más diversas administraciones. Lejos de eso, aquí no pasa nada,  impera la justicia del más fuerte; justicia del que puede servirse de la información que tiene para evadir la cárcel y no se sabe cuántas cosas más.  Ojalá me equivoque.

 

 

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Esperanza movilizada

De todas las noticias que asaltan diariamente los medios de comunicación, ayer me llamaron la atención dos. De un lado, los datos de paro registrado que por tercer mes consecutivo han bajado, y que indican que más de 98.000 personas han encontrado empleo en el último mes. Esto es en sí mismo un dato positivo. Los expertos luego se encargarán de hacer el análisis más profundo de la situación y nos dirán si esto supone un cambio de tendencia o no, pero muchos nos preguntamos si será posible que las condiciones de trabajo algún día vuelvan al punto en que estaban cuando comenzó esta crisis y la subsiguiente deriva cercenadora de derechos.

La otra noticia fue el desplante que varios premios nacionales de licenciatura/grado dieron al ministro de Educación, negándole el saludo, al tiempo que mostraban sus camisetas verdes de apoyo a la educación pública. Sin duda fue un gesto muy gráfico, del que se pueden extraer muchas interpretaciones. Yo hago las mías propias y entiendo que fue pagar con la misma moneda con que está pagando este ministro a todo lo relacionado con la educación y con la investigación en España, con la moneda del desdén y de la indiferencia. Exactamente la misma actitud que tuvieron con él esos doce jóvenes que habían despuntado en sus carreras como los mejores. Muchos de esos jóvenes probablemente querrían dedicarse a la investigación, algo que no van a poder hacer en nuestro país, ya que claramente no se ha apostado por esta vía para salir de la crisis (tampoco sé a ciencia cierta por qué vía en positivo se ha apostado para ello). Estos jóvenes apuestan por la educación pública y la defienden porque saben que es la única que iguala en derechos y oportunidades, porque saben de la importancia de mantener una educación pública fuerte para luchar contra las desigualdades y porque son conscientes de que la educación es la única apuesta segura de futuro. Ellos lo saben, y aunque tengan que irse al extranjero porque su país de origen no haya sabido darles todas las oportunidades para desarrollar su talento en España (sí, talento, ese del que tanto habla la LOMCE, y que ahora está desperdiciando a raudales este gobierno), son conscientes de que podrán encontrar un hueco gracias a la sólida formación que han adquirido en sus años de licenciatura o grado.

Por tanto, hoy me quedo con una esperanza movilizada. Esperanza porque necesitamos creer que esta situación comienza a remontar, y movilizada porque hay muchos jóvenes que no se resignan a que nos quiten lo que es nuestro.

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15 M

Hoy, 15 de mayo, se celebra la festividad de San Isidro Labrador. Evoco mi infancia, cuando iba a la romería que se celebra en mi pueblo con mi familia y la alegría que se respiraba con el desfile de las carrozas y el disfrute de un día de campo compartido por todo el pueblo y vecinos de los alrededores. Desde hace dos años, a esos recuerdos, además, se ha añadido uno que tiene un simbolismo especial y que parece estar llamado a consolidarse con el paso de los años. El movimiento de los indignados que surgió ahora hace dos años en la Plaza del Sol de Madrid sólo es quizás el embrión de la lucha que se ha emprendido para recuperar la soberanía popular; esto es, para que el pueblo sea de verdad soberano, como dice la Constitución española, y pueda en consecuencia decidir cómo quiere abordar su futuro.

Es verdad que resulta complicado canalizar en el sistema democrático angosto que tenemos que pasa siempre por los partidos políticos, las formas de participación ciudadana. El artículo 6 de la Constitución española dice: “Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.”. Esa “concurrencia a la formación y manifestación de la voluntad popular” y el que sean considerados “instrumentos fundamentales para la participación política” les compele a estar abiertos a lo que la ciudadanía siente y piensa; a no permanecer al margen de sus reivindicaciones y de sus necesidades. Deben ser conscientes de que la legitimidad no es un concepto estático que se refiera únicamente al momento de las elecciones y que una vez obtenida la mayoría, esa legitimidad se conserva como si fuera un derecho adquirido. La legitimidad es un concepto que debe estar construyéndose siempre. Como ya he dicho en muchas ocasiones, si el contrato programa con el que un partido se presenta a las elecciones, al día siguiente de ganarlas se convierte en papel mojado, podemos decir que ese gobierno y el partido que lo sustente carece de legitimidad, porque la legitimidad la otorga la voluntad popular y no designios divinos u órdenes metafísicas que te conminan a hacer lo que hay que hacer (ya saben, nuestro presidente es muy dado a utilizar este tipo de expresiones). Si uno no es capaz de cumplir lo que ha prometido, convoque nuevas elecciones. Lo contrario es engañar y adulterar la voluntad ciudadana que es la única que puede darle legitimidad en el poder. Por tanto, los partidos políticos son y están llamados a ser vehículos esenciales de nuestra democracia. Y está bien que así sea. Pero dotémonos de normas firmes que promuevan la democracia interna de los partidos; que eviten el sistema de cooptación; que sólo puedan estar en políticas aquellos que demuestren haber tenido un historial incólume; que hayan demostrado que saben hacer otra cosa antes de dedicarse a la política; que sólo se pueda estar en política por un tiempo determinado, y tanto cuando se entra como cuando se sale, la ciudananía tenga algo que decir respecto de estas personas que han  actuado como sus representantes; y sobre todo, que promuevan debates, que abran sus oídos a lo que dice el pueblo y que liberen a la democracia que tienen secuestrada desde hace tiempo. Deben adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas exigencias; deben contribuir a regenerar la democracia porque son parte esencial de la misma. Movimientos como el 15 M, a su manera, lo están reclamando a gritos.

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La importancia de creer en uno mismo

Ayer fue un día interesante. Me reuní con un antiguo alumno que tras haber trabajado mucho y bien para hacerse un hueco en el ejercicio de la abogacía, había abierto un despacho propio en Salamanca y había pensado seguir consolidando su formación afrontando la elaboración de una tesis doctoral. Es una persona muy joven, pero ya con mucha experiencia. Se lo notaba curtido y lo mejor de todo, rezumaba fuerza e ilusión. Hablamos de la situación de los jóvenes hoy en día; de lo difícil que es encontrar trabajo y me comentaba la importancia de no rendirse nunca, de trabajar y de creer en uno mismo. Lo cierto es que fue una conversación muy reveladora. Esperanzadora también. Tenemos tanto, tanto potencial en España que es una inmensa pena que la única solución que vean muchos sea emigrar. Esa movilidad exterior de la que le gusta hablar a la Ministra de Empleo es un éxodo forzado que va a lastrar sin duda la recuperación de nuestro país.

Ayer estuvo en España el primer ministro italiano, el Sr. Letta, y en su comparencia después de la reunión con el Sr. Rajoy, alertó de la importancia que tiene para Europa poner en marcha políticas activas de empleo para los jóvenes del sur de Europa que están sufriendo como nadie, tras una sensación de frustración e impotencia, los efectos de esta crisis. O se afronta el problema con determinación o en las próximas elecciones al Parlamento Europeo llegarán a él partidos antieuropeístas, valga la paradoja. Tiene razón. Es necesario que la Unión Europea se dé cuenta de lo equivocadas que están sus políticas. No se puede dirigir a toda una unión de Estados con una visión monolítica y nacionalista, que al final es lo que se está haciendo, bajo la batuta de la Sra. Merkel. Ella piensa en sus elecciones internas. Los demás no se sabe en qué piensan. Básicamente se limitan a obedecer sin rechistar, y así nos va.

Lo cierto es que no sé cómo, pero de este atolladero tenemos que salir. Y a los jóvenes que en estos momentos se encuentran en una situación complicada, lo que hay que intentar es que no cale en ellos la desesperanza. No rendirse nunca. Trabajar muy duro. Seguir formándose. Pensar, pensar, pensar. En lo que uno puede hacer, que seguro que es mucho. Es importante creer en uno mismo.

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Hay muchas maneras de hacer política

Y está claro que no todas son igual de honorables. Miren si no lo bochornoso de saber que nuestros políticos, mejor, algunos de ellos que a la sazón pertenecen a partidos con ideologías muy similares, han cobrado cuantiosos suplementos por su dedicación a la vida pública. Para que luego nos venga Rajoy diciendo que él ha perdido dinero por estar en política. Me parece a mí que no se trata de ganar o de perder dinero; se trata de que todos actuemos conforme a las normas que nos hemos dado, y además, seamos y no sólo parezcamos honorables. Saber en estos momentos, con tanta gente sufriendo, con los derechos en retroceso, con dirigentes que nos acusan a los ciudadanos de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, que muchos de estos políticos han estado cobrando cuantiosos sobresueldos, indigna. Indigna tanto que el muro que están contribuyendo a construir cada vez es más sólido; a un lado de ese muro está la ciudadanía, al otro esos que dicen llamarse representantes de lo público.

A estas alturas está claro que muchos de los que están en política lo están para medrar y atesorar cuantiosos patrimonios. A costa de lo público, no lo olvidemos. Habrá que preguntarse si todos ellos habrían obtenido similares resultados en la actividad privada.

Soy perfectamente consciente de que no se puede generalizar; que la mayoría será gente honrada, que tendrá interiorizado la noción de servicio público y habrá optado por estar en política para eso; para prestar un servicio a sus conciudadanos. Pero las noticias de los últimos tiempos son tan tan bochornosas que como vengo diciendo en este blog, quizás haya llegado la hora de una regeneración democrática y hay que convencerse de que esa regeneración no la pueden llevar a cabo los partidos tradicionales puesto que son los responsables del secuestro de la voluntad de la ciudadanía. El voto actualmente no es más que un formalismo para luego hacer lo que les plazca, y mientras no haya normas que prevean una sanción a esta forma de proceder, estaremos viviendo en una entelequia que llaman democracia pero que en realidad no es más que una partitocracia o cleptocracia, en expresión de una buena compañera. Ahí están los resultados.

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Lo de Chipre

A estas alturas ya tendríamos que haber asumido todos que estamos interconectados y que lo que pasa en el país vecino repercute de forma directa o indirecta en el resto. Quizás por aquello de que vivimos en un espacio integrado, como es la Unión Europea, lo que ha sucedido recientemente en Chipre, que se une al resto de despropósitos que desde hace ya algún tiempo imperan en la Unión, nos hace recapacitar sobre algunas cosas.

Digánme si no les parece de locos, hacer recaer los errores de gestión económica de un país (y por extensión también de la UE) en los ahorradores, me da igual si son grandes o pequeños. ¿Qué mensaje se envía con esta decisión? Saque usted sus ahorros de los bancos, porque evidentemente en estas entidades no está seguro. Las consecuencias que puede llegar a tener esta decisión pueden ser muy graves. Más cuando hay en discusión una Directiva que parece querer extrapolar y generalizar esta decisión para todos los Estados que tengan problemas. Frente a ello, algunos dirigientes de la UE, entre ellos el nuestro, se han apresurado a decir que no es extrapolable, a desmentirse unos a otros, y a decir que esta decisión acabaría con la seguridad. ¿Acaso la seguridad no está en entredicho con la decisíón de Chipre y con tantas otras que la han precedido?

Porque tengo la impresión, corrinjanme, sin me equivoco, en que la UE se está convirtiendo en un espacio en el que los ciudadanos tenemos que pagar  las fechorías que han realizado los principales actores del sector financiero, entre ellos los bancos. Hay que rescatarlos, hay que restacarlos para que el sistema no quiebre, repiten por doquier como consigna en Bruselas, y yo me pregunto por qué, por qué hay que rescatar a estas grandes empresas con dinero público, dinero que tenemos que aportar los ciudadanos, mientras que irremisiblemente asistimos a una degradación de nuestros derechos. ¿Quién rescata a las familias con todos sus miembros en paro que tienen que seguir haciendo frente a una deuda con el banco por su hipoteca, cuando el banco no tiene piedad alguna para con ellas? Aprecio que el desequilibrio va aumentando cada vez más, y lo que es peor, es un desequilibrio sustentando por la UE. La Europa de los ciudadanos se está convirtiendo en la Europa de los bancos; quizás siempre lo fue, aunque por lo menos antes se intentaba disimularlo un poco.

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Simulación de contrato – indemnización en diferido

Cuando ya pensábamos que el Sr. Carlos Floriano había llegado al límite de lo kafkiano intentando explicar la relación que les une o unía con el Sr. Bárcenas, y tras una semana de silencio que parecía de penitencia, reaparece ayer la Sra. De Cospedal, a la sazón Secretaria General del Partido Popular para embarrar más la situación hablando de figuras cuestionables desde el punto de vista jurídico que en realidad no hacen más que postergar lo que todos sabemos y es que el Sr. Bárcenas estuvo contratado en el PP hasta que ya no hubo más remedio que despedirlo. Cuando se destapó Gürtel y él apareció ya por entonces relacionado con el asunto, se dijo que había cesado en las relaciones que le unían con el PP pero lo cierto es que al parecer estuvo prestando sus servicios (o guardando su silencio) hasta enero de 2013, cuando la comisión rogatoria solicitada por el juez Ruz a las autoridades suizas dio sus resultados y comenzamos a saber del cuantioso patrimonio amasado por este señor durante los largos años en que ha prestado su fructífero trabajo en el PP, fructífero como se ve para todos.
Si esta argumentación no es así, el PP podría desmontarla con una explicación muy sencilla o mejor, con mostrar el documento en el que conste el finiquito de este personaje. Entretanto, podemos legítamente desconfiar. Más cuando escuchamos cómo la Sra. De Cospedal, consciente de que lo que decía no tenía sostén, se perdía ella sola en una marea negra. Cómo lo vamos a entender los ciudadanos si ni ella misma parecía saber lo que estaba diciendo.
Por tanto, que no nos intente vender el Sr. Presidente del Gobierno grandes pactos contra la corrupción, si ante uno muy evidente que tiene en su partido no es capaz de afrontarlo con determinación y coraje. ¿Para cuando la querella del Sr. Rajoy y del PP contra el Sr. Bárcenas?

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Realidades paralelas

Escuchando ayer al Sr. Presidente del Gobierno, una tiene la impresión de que vivimos en realidades paralelas; que la situación que describía de España era totalmente ajena a la realidad que viven diariamente los españoles.
En un discurso narcisista, de autocomplacencia, en el que el Sr. Presidente prácticamente se autoproclamó salvador del desastre más absoluto de España y también de timonel de Europa, no hubo prácticamente referencias a la situación de pobreza que se vive en nuestro país. Que haya más de millón y medio de personas en España que necesite acudir a los comedores sociales creo yo que era un aspecto importante para tratar en un debate que se presupone de análisis del estado de la nación. Lejos de eso, se vanaglorió de todo lo hecho, totalmente inevitable, aferrándose a un deber que al parecer nada tiene que ver con su programa electoral. Como dijo el representante de IU, Sr. Lara, el haberse presentado con un programa a las elecciones e incumplirlo sistemáticamente desde el primer día se llama fraude electoral, y sólo queda que en esa reforma tan ambiciosa del Código Penal que prepara el Sr. Gallardón quede tipificado como delito (esto último lo afirmo yo).
No se habló de la necesidad de llegar a un pacto estatal por el empleo; no se habló de por dónde debe ir el crecimiento, al que tantas veces se hizo referencia pero que nadie concretó. La política económica debe orientarse hacia algún lado. Si ya vimos que la I+D+i no es una prioridad; dónde vamos a explorar fórmulas de crecimiento. Como digo, el más abosluto silencio.
Por tanto, aunque el Sr. Rajoy diga que hemos sacado la cabeza del agua (más bien nos la ha sacado al parecer el Sr. Draghi), lo que no sabemos es adónde nos dirijimos. No está claro si el timonel sabe o tiene alguna ruta, porque ayer al menos no nos la dijo.
Y ya para terminar, que se trataba de un debate que analizaba una realidad paralela a la que se vive en España fue que no fuera capaz el Sr. Presidente de nombrar el caso Bárcenas. Ya sabemos que le tiene miedo. Pero la sombra de corrupción en su partido es tan alargada que al menos hubiera debido tener la decencia de reconocer que se confundieron con este señor, y que no cejará hasta que devuelva todo lo que ha robado. Aunque eso hubiera sido, claro está, reconocer un error, y está visto que en este partido esto no se estila.

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Ejemplaridad

Si de ejemplaridad hablamos no vamos a encontrar numerosos ejemplos en la vida pública. Es más, precisamente los que más expuestos están ante la opinión de los ciudadanos, esos que deberían ser ejemplo siempre de decoro y saber estar, no sólo no son ejemplo de nada (bueno), sino que nos ilustran diariamente con su mezquindad y su desprecio a la ciudadanía. Desde la Corona, pasando por la presidencia del Gobierno y recalando en prácticamente todas las instancias de lo público, nos damos cuenta de la calamitosa situación en la que nos encontramos. Más cuando en esta tesitura económica, de profundo dolor para muchos, de enorme desasosiego para otros, en la que cada vez más personas se creen incapaces de soportar tanto sufrimiento, en esta tesitura, digo, tenemos todos los días en las noticias ejemplos de desejemplos. Y lo peor es que no se ven asomar iniciativas que nos anuncien que esto puede cambiar.
Sólo por citar un ejemplo de desejemplo. En toda esta escandalosa situación de corrupción que vive el Partido del Gobierno, allá verán al Sr. Carlos Floriano hablando por hablar sin saber lo que dice; intentando defender lo indefendible y mintiendo como si los ciudadanos no nos diéramos cuenta de que miente. Primero defendiendo que al Sr. Sepúlveda (a la sazón exmarido de la Sra. Ana Mato) era un “funcionario” del Partido Popular (ahí es nada: como de todos es sabido hay que aprobar unas oposiciones para trabajar en el PP) y en consecuencia no se le podía despedir, porque no era causa de despido (y aquí ya se dio cuenta que era un empleado-no funcionario) el estar imputado en un caso de corrupción, porque si se le despedía por eso la Magistratura de Trabajo iba a obligar al PP a readmitirlo y a indemnizarlo. Imagino que después de estas declaraciones el Sr. Floriano sentiría, al menos, la curiosidad de leer el manual más básico de Derecho del Trabajo actualizado para calibrar todas las meteduras de pata que había tenido en 3 minutos. Pocos días más tarde, vuelve a la carga, ahora sosteniendo que los 400.000 euros que se le habían dado al Sr. Bárcenas eran una indemnización por su despido; pero que entretanto se le abonaba esa cantidad (de cuyo acuerdo nadie se hace responsable, aunque todos sabemos quién podía autorizar tal hecho) se le iban abonando las cuotas de seguridad social, según Floriano, como se ha venido haciendo en otros casos… Evidentemente, no sé de qué sabrá el sr. Floriano pero de derecho del Trabajo no tiene ni idea. ¿Cómo se van a abonar cuotas a la Seguridad Social por un trabajo que no existe, puesto que sostiene que había sido despedido? Ante tales meteduras de pata, lo han relegado a un segundo plano en estos días, y ha vuelto a recuperar protagonismo González Pons que habla como si nos estuviera contando un cuento y como si todos fuéramos tontos.
En fin, son ejemplos de no ejemplaridad. Pero hay tantos de estos ejemplos que necesitamos que también tengan un papel aquellos que hacen el bien. Ayer noche, por ejemplo, en el programa El Intermedio, salió una familia que había acogido en su casa a dos jóvenes inmigrantes que en su momento fueron expulsados del sistema de protección de la Comunidad de Madrid por entender que eran mayores de edad y que en consecuencia no cabía sobre ellos ejercer la tutela pública. Este matrimonio los acogió y los ha ayudado a encontrar trabajo. Han constituido una Plataforma para Salvar la Hospitalidad, ante otra de las ocurrencias del Ministro Gallardón que quiere perseguir penalmente este tipo de prácticas ejemplares. ¿Acaso no vivimos en una sociedad desnortada?

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