Sistema de blogs Diarium
Universidad de Salamanca
Blog de Antonia Durán Ayago
Miscelánea
 
6
Archivo | Reflexiones sociales Semillas RSS para esta sección

Los pesimistas también se equivocan

Ayer noche escuché un programa en la Cadena Ser con el que disfruté especialmente. Se trataba de analizar la situación de crisis económica y para ello, Iñaki Gabilondo, del que me confieso firme admiradora, entrevistaba en la primera parte al ex presidente Felipe González y en un segundo tiempo, varios expertos economistas opinaban sobre lo dicho por González y ofrecían sus análisis sobre la realidad que nos acompaña.

Después de escucharlos, donde se mezclaban desde ojalá que erradas premoniciones de caos total o la hecatombe más absoluta, hasta llamadas a la confianza y al optimismo diletante, pasando por más o menos acertadas aportaciones de soluciones al problema irresoluto que ya nos entretiene demasiado tiempo, Iñaki Gabilondo terminaba con esta frase que da título a mi entrada de hoy: “Los pesimistas también se equivocan”.

Y me quedé pensando en el significado de esta frase. Porque por un lado puede tratarse de un convencimiento interno de que nada sea tan malo como parece y por otro, puede constatar un aforismo lógico: nadie tiene la varita mágica para adivinar el futuro. Así que puede que todos los agogeros se equivoquen y esto no sea más que una mala pesadilla.

Pero están los indicios y esa cifra de parados que nos acompaña que cada vez es más abultada. Y con las políticas que se están poniendo en marcha de contracción del gasto, no parece que la cosa vaya a ir mejor.

Yo no soy economista. Pero estoy en el mundo y observo, leo, escucho y pienso. Y eso me hace temer que estamos poniendo todo de nuestra parte para que los pesimistas no se equivoquen. Los pasos que están dando los gobiernos están ahondando en el mal, haciéndolo mayor. No atender a la economía real y apostar por una economía financiera, parece obvio que iba a llevarnos a esto. Pero lo que me preocupa es que no sólo no se corrige el sentido de la marcha, sino que vamos de nuevo en la misma dirección. En vez de apostar por una economía productiva, que genere empleo, por ejemplo a través del I+D+i, se opta por seguir el camino que ya sabemos a donde nos ha llevado.

Con estos políticos es muy fácil no equivocarse.

Comentarios { 0 }

Movilización ciudadana vs. salvajismo

Asisto con preocupación a los últimos movimientos de crispación que se están produciendo al hilo de la toma de posesión de los nuevos cargos públicos y la constitución de los parlamentos autonómicos y los gobiernos locales.

Ayer, al hilo de lo acaecido en Barcelona, todos los medios de comunicación se hacían eco del grado de salvajismo imperante entre quienes trataban de impedir el acceso al Parlamento catalán a los diputados catalanes,  donde debía deliberarse sobre el presupuesto de la Comunidad.

Y todo ello lo relacionaban con el movimiento del 15 M. Evidentemente, coligar estos comportamientos con el movimiento ciudadano del 15 M puede hacerles mucho daño, aunque considero que la gente sabe discernir entre lo que es un síntoma del despertar ciudadano que se moviliza indignado por todo lo que está sucediendo en los últimos tiempos y el aprovechamiento que algunos violentos hacen  siempre de situaciones de movilización como ésta.

Desde luego el camino no es ni coaccionar ni increpar a los políticos, que legítimamente han sido elegidos en las urnas; el camino debe ser hacer reflexionar a los partidos sobre el cariz que ha adoptado la democracia en nuestro país en los últimos tiempos; embarrada tras un sistema en el que parece primar todo menos los intereses de los ciudadanos.

La política es un oficio digno; eso ni se discute. Se trata de ponerse al servicio de los demás para intentar hacer la vida de los ciudadanos mejor; y trabajar por eso siempre debe conllevar reconocimiento y respeto. Pero cuando se confunde la política con los intereses personales; cuando la corrupción aflora; cuando las ideologías se diluyen y se ponen al servicio de no se sabe muy bien qué dictados etéreos, que llámense capital o mercado, es igual, acaba por hacer añicos los derechos sociales conquistados con mucho esfuerzo a lo largo de los años; cuando si se mira a Europa no se encuentra más que el fatídico egoísmo de unos pocos; la resignada actitud de otros tantos y la ingenuidad de los que todavía creen que es posible salvar a Europa del desastre; cuando todo eso sucede, lo lógico, lo absolutamente normal es que la sociedad se despierte y diga “estamos aquí”, seamos realistas, y empecemos a revisar qué se ha hecho para que esta movilización ciudadana haya surgido.

Comentarios { 0 }
Política de privacidad
Studii Salmantini. Campus de excelencia internacional