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Universidad de Salamanca
Blog de Antonia Durán Ayago
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Archivo | 22 junio 2016

Cuando la conciencia se adormece

Hay que hacer algo. No podemos permanecer impasibles como si nada sucediera, como si lo que tiene lugar a nuestro alrededor no fuera cosa nuestra. No podemos claudicar. La sociedad civil no puede rendirse. Es cierto que experiencias de traducción política del sentir ciudadano han dado al traste con las esperanzas de mucha gente. Ya advertía yo que la letra y música de Podemos eran disonantes. Pero quizás debamos ir por otro lado. La sociedad civil debe denunciar, movilizarse, actuar. Es más importante eso, que algún que otro diputado en el Congreso. Lo importante es hacer que la política se nutra del sentir ciudadano y para eso no pueden decirnos ellos, desde su universo paralelo, lo que se debe hacer o dejar de hacer. Debemos ser nosotros los que les mostremos el camino. Un claro ejemplo de lo que digo son las mareas ciudadanas que han dado interesantes frutos en los últimos años. No deberíamos dejarlas aparcadas, porque son tan necesarias o más que cuando iniciaron su andadura.
Habría que crear otra marea defensora de los derechos civiles, que contemplara los derechos básicos de todos los ciudadanos, que se manifestara contra las políticas de extranjería de los Estados de la UE y de la propia UE, que denunciara y pusiera freno al avance fascista de muchos gobiernos en el mundo, de demasiados. Me cuesta creer que mueran niños intentando llegar a nuestras costas y miremos para otro lado. Me indigna saber que muchos refugiados mueren de frío mientras que la UE no sólo no hace nada, sino que muestra su lado más insano. La reacción de la UE ante las políticas de Trump lo dice todo. Al menos, no quiere ser hipócrita, consciente como es de lo que está haciendo… De ahí su silencio cómplice.
Necesitamos el oxígeno de mentes preclaras como las de Javier de Lucas, infatigable defensor de los derechos de los inmigrantes. Hoy he leído esta entrevista que le han hecho, y más allá del pesimismo que la situación actual trasluce, creo que lo importante es destacar su creencia en la sociedad civil organizada como propulsora de la autodefensa de los valores y libertades democráticos. Yo también lo creo. A lo mejor no estaría de más que comenzáramos a organizarnos desde las Universidades para demandar respeto por los derechos humanos. Yo creo que estamos muy callados, porque las voces están muy dispersas. Tendríamos que unir la de todos los que pensamos que es necesario apuntalar un espacio de convivencia en el que primen los derechos de los ciudadanos por encima de otros intereses, para hacer que las conciencias no se adormezcan. Porque lo peor que nos puede pasar es que nos resignemos a pensar que otro mundo no puede ser posible.

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