A la Universidad pública también ha llegado la idea de que todo se compra y se vende. De que el esfuerzo, la mayor parte de las veces, no merece la pena, y que no hay inconveniente en pagar a otro para que haga lo que le corresponde hacer a uno. Un ejemplo. Con los nuevos planes de estudio, los trabajos finales de Grado y de Máster han ido poco a poco conquistando un espacio inusitado hasta hace unos años. Pero desgraciadamente con ellos ha llegado la picaresca y un mercado se ha creado en su torno. Así, ya existen quienes se han especializado en hacer trabajos para otros, y parece ser que los interesados en pagar por estos servicios van en aumento. Esto me ha hecho reflexionar sobre algo que creo fundamental y que poco a poco está diluyéndose a todos los niveles en nuestra sociedad: la cultura del esfuerzo. Parece ser que ahora sólo importan los resultados, por lo que el camino para llegar a ellos no es importante, ni tampoco el tiempo invertido, los desasosiegos, la seriedad con que afrontar la encomienda que cada uno tiene. Ahora sólo parece valorarse el producto final, y no el material y el trabajo/esfuerzo invertido para llegar a él. Esto supone estar contribuyendo a crear una sociedad puramente artificial, en que efectivamente, todo va a terminar por comprarse o venderse, cuando el esfuerzo en sí es algo tan personal que en ningún caso podría ser transferible.
Me he encontrado con estudiantes a los que les ha costado mucho hacer un trabajo final de grado o de Máster, pero han conseguido el producto final gracias a su esfuerzo. Ojalá pudiéramos establecer un sistema que reconociera no tanto el producto acabado final como el recorrido que la persona ha tenido que hacer para llegar a ese producto. Y esto a todos los niveles. Porque hay que volver a inocular el “virus” del esfuerzo; la idea de que sólo si te esfuerzas vas a conseguir algo que realmente va a ser tuyo, y esto está íntimamente relacionado con el amor propio, con la confianza en uno mismo. Si comenzamos a declinar (delegar) responsabilidades propias en otros con o sin precio, estamos renegando a la postre de nosotros mismos. Y nosotros mismos somos lo mejor que tenemos. Hay que tener eso claro desde el principio. Por eso, hoy quiero apostar por el esfuerzo; por el reconocimiento del esfuerzo.
Archivo | 22 junio 2016
El esfuerzo como reconocimiento
Búsqueda
Entradas recientes
Categorías
Archivos
- mayo 2023 (1)
- abril 2023 (1)
- marzo 2023 (1)
- febrero 2023 (1)
- enero 2023 (2)
- diciembre 2022 (1)
- octubre 2022 (1)
- septiembre 2022 (2)
- agosto 2022 (1)
- julio 2022 (3)
- junio 2022 (1)
- mayo 2022 (1)
- abril 2022 (1)
- marzo 2022 (2)
- febrero 2022 (5)
- enero 2022 (3)
- diciembre 2021 (2)
- noviembre 2021 (1)
- octubre 2021 (3)
- septiembre 2021 (4)
- agosto 2021 (1)
- julio 2021 (3)
- junio 2021 (4)
- mayo 2021 (2)
- abril 2021 (2)
- marzo 2021 (2)
- febrero 2021 (2)
- enero 2021 (3)
- diciembre 2020 (5)
- noviembre 2020 (4)
- octubre 2020 (4)
- septiembre 2020 (4)
- agosto 2020 (2)
- julio 2020 (4)
- junio 2020 (5)
- abril 2020 (2)
- marzo 2020 (1)
- febrero 2020 (1)
- enero 2020 (3)
- diciembre 2019 (2)
- noviembre 2019 (4)
- octubre 2019 (1)
- septiembre 2019 (1)
- agosto 2019 (1)
- julio 2019 (3)
- junio 2019 (1)
- mayo 2019 (2)
- abril 2019 (3)
- marzo 2019 (2)
- febrero 2019 (4)
- enero 2019 (3)
- diciembre 2018 (3)
- noviembre 2018 (1)
- octubre 2018 (1)
- septiembre 2018 (4)
- julio 2018 (1)
- junio 2018 (3)
- mayo 2018 (1)
- abril 2018 (1)
- marzo 2018 (1)
- febrero 2018 (2)
- enero 2018 (4)
- diciembre 2017 (3)
- noviembre 2017 (1)
- octubre 2017 (1)
- septiembre 2017 (4)
- agosto 2017 (1)
- julio 2017 (4)
- junio 2017 (4)
- mayo 2017 (5)
- abril 2017 (2)
- marzo 2017 (5)
- febrero 2017 (4)
- enero 2017 (5)
- diciembre 2016 (5)
- noviembre 2016 (4)
- octubre 2016 (4)
- septiembre 2016 (6)
- agosto 2016 (1)
- julio 2016 (5)
- junio 2016 (6)
- mayo 2016 (4)
- abril 2016 (6)
- marzo 2016 (4)
- febrero 2016 (4)
- enero 2016 (6)
- diciembre 2015 (6)
- noviembre 2015 (5)
- octubre 2015 (4)
- septiembre 2015 (7)
- julio 2015 (3)
- junio 2015 (5)
- mayo 2015 (5)
- abril 2015 (4)
- marzo 2015 (4)
- febrero 2015 (4)
- enero 2015 (4)
- diciembre 2014 (4)
- noviembre 2014 (3)
- octubre 2014 (6)
- septiembre 2014 (5)
- julio 2014 (3)
- junio 2014 (4)
- mayo 2014 (3)
- abril 2014 (4)
- marzo 2014 (4)
- febrero 2014 (4)
- enero 2014 (4)
- diciembre 2013 (3)
- noviembre 2013 (3)
- octubre 2013 (6)
- septiembre 2013 (4)
- julio 2013 (3)
- junio 2013 (4)
- mayo 2013 (4)
- abril 2013 (4)
- marzo 2013 (4)
- febrero 2013 (6)
- enero 2013 (4)
- diciembre 2012 (4)
- noviembre 2012 (4)
- octubre 2012 (5)
- septiembre 2012 (4)
- julio 2012 (6)
- junio 2012 (4)
- mayo 2012 (4)
- abril 2012 (4)
- marzo 2012 (4)
- febrero 2012 (4)
- enero 2012 (3)
- diciembre 2011 (1)
- noviembre 2011 (5)
- octubre 2011 (2)
- septiembre 2011 (1)
- julio 2011 (1)
- junio 2011 (4)
- septiembre 2010 (1)
- junio 2010 (1)