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Blog de Antonia Durán Ayago
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Archivo | 22 junio 2016

Cómo se conjuga el verbo corromper

En España este verbo se conjuga en presente, en pasado y probablemente también en futuro. Se conjuga de todas las posibles formas. Afecta a todas las instituciones del Estado y está tan extendida la gangrena que no sé si es posible amputar los miembros corrompidos sin que se resienta el cuerpo.
A estas alturas de la película, ya nada nos asombra. Hemos vivido las últimas semanas con el estupor que da saberse parte de un país en que su presidente del Gobierno es acusado de haber cobrado sobresueldos no declarados, al tiempo que se pone en cuestión los modos de financiación de su partido, y éste darse por satisfecho, dando por zanjado el asunto, publicando una semana después (¿hacía falta esperar tanto?) las declaraciones de su renta y patrimonio. No hacía falta esa operación de exhibicionismo; si ya sabíamos lo rico y los pocos escrúpulos que tiene (se subió el sueldo un 30 % justamente cuando pedía contención salarial). No hacía falta digo, porque para defenderse de lo que se le acusa, estos no son los documentos que debía aportar. Quizás hubiera sido más tranquilizador para todos que hubiere dado el paso ya de interponer las correspondientes querellas ante los medios de comunicación que han publicado esta información, y no sé yo si también ante el Sr. Bárcenas, al que parece que todos le tienen mucho respeto. Y es que no hay nada como ser un delincuente en España de guante blanco y de alto standing.
Ironías aparte, la situación es tan grave y lo que es peor, tan lejos está todo de poder solucionarse con cierta ética y decoro, que cada vez estamos más cerca de un enconamiento. ¿Cómo se sale de aquí? ¿Cómo, en esta situación que vivimos, que cada vez tenemos por más cierto que la han contribuido a crear todos los parásitos que hay en el sistema, salimos de ésta? Desde luego, si hablamos de regeneración democrática y al minuto aparece la Sra. Aguirre para erigirse en defensora de esta causa, no vamos por buen camino. Hace falta una catarsis verdadera, y no sé qué más tendremos que soportar para que ésta se produzca.

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