EUREKA El enfrentamiento del siglo Spassky-Fischer

En el verano de 1972 en Reijkyavik, la capital de Islandia tuvo lugar el enfrentamiento más mítico de la historia del ajedrez, conocido como el Match del Siglo. De un lado el campeón del Mundo Boris Spassky (o Spaski), y del otro, el aspirante, un excéntrico norteamericano: Bobby Fischer. En este programa lo contamos: AQUI o en IVoox

Era más que un encuentro por el título de campeón del mundo. En plena guerra fría el enfrentamiento entre la URSS y EE UU se daba en todos los terrenos. La URSS acababa de perder la carrera espacial por llevar un hombre a la Luna. En distintos deportes los soviéticos entrenaban a sus deportistas para ser los mejores, dominaban el ajedrez desde hacía años.

El campeón Boris Spassky nacido en Petrogrado (nombre que prefiere Spassky para su ciudad ahora San Petersburgo y antes Leningrado) en 1937.  Había aprendido a jugar a los cinco años en un tren mientras su familia evacuaba su ciudad natal, en plena II Guerra Mundial. Se convertiría en una gran estrella de las escuelas de ajedrez soviéticas.

El aspirante, Robert James “Bobby” Fischer, nació en Chicago en 1943 era un niño solitario, criado sin padre. Su madre se trasladó a Brooklyn (Nueva York). Su hermana compró en un kiosko un pequeño tablero de ajedrez acompañado de escuetas instrucciones. Ambos aprendieron de forma autodidacta. Durante unas vacaciones de verano, Bobby Fischer encontró un viejo libro de ajedrez: ‘Aquello fue un sensacional hallazgo, un tesoro’, dijo. Abandonó la escuela para dedicarse en exclusiva al ajedrez, su mundo se limitaba a un tablero de ajedrez y así ocurriría toda su vida. En 1955 se proclamó campeón Junior de EE UU y siguió una carrera meteórica.  En 1970 vence de forma contundente a 23 rivales en el interzonal de Mallorca y en 1971 humilla a sus contrincantes en los torneos de candidato.

Reikiavik se postula como ciudad en la que tenga lugar el esperado encuentro ofreciendo 125 000 dólares. A Fischer le parece poco, un millonario ofrece adicionalmente otros 125000 dólares, una cantidad exorbitante parta la época. Fischer acepta. Los que le conocen dicen que realmente el dinero no era lo importante, lo que pretendía era que el ajedrez tuviese un reconocimiento universal.

En Julio de 1972 estaba listo para el gran enfrentamiento con el campeón del mundo. Se traslada a Reikiavik donde no se ponía el Sol. Allí acompañado de sus asesores estaba Spasski. Fischer solo lleva a un analista: el sacerdote William Lombardy, un especialista en guerra psicológica

Fischer llega a Reikiavik con la idea de destronar al campeón del mundo Spassky. Visita el lugar del encuentro, un polideportivo adaptado, en el que miles de aficionados puedan seguir el encuentro en directo. Fischer exige que las cámaras estén al menos a 15 metros del tablero, e impone otros requisitos. Parece que por fin está satisfecho. Mientras tanto Spassky aparentemente se despreocupa de estos asuntos.

El 11 de julio a las 5.02 minutos de la tarde el árbitro pone en marcha el reloj. Spassky avanza dos casillas el peón de dama, tras cuarenta movimientos y 4 horas y medio de juego la partida queda aplazada para el día siguiente. Al reanudarse se impone Spassky en pocas jugadas.

En la segunda partida el reloj se pone en marcha a la espera de Fischer. Pasan los minutos. Un coche, acompañado de otro de la policía, espera a la puerta del hotel para poder trasladarlo al escenario a toda velocidad, pero Fischer no aparece. Tras una hora de espera se le da la partida por perdida. Fischer antes de la partida había exigido condiciones que no se aceptaron.  Spasski gana por 2-0.  Fischer requiere nuevas condiciones para la tercera partida. Parece que se va a suspender el encuentro. A Spasski le ordenan desde Moscú que se vuelva, pero Spasski insiste en seguir jugando.

El árbitro acepta trasladar la partida a una habitación sin público. Una hora después de lo previsto empieza la partida. Fischer juega con negras y la gana. La cuarta partida es tablas y en la quinta Spassky comete un error garrafal y pierde en la jugada 27. El mach está empatado pero la guerra psicológica la está ganando Fischer. Tras varias partidas el ingobernable Bobby Fischer destrona a Spassky y con ello a todo el ajedrez soviético.

Spassky es proscrito en la Unión Soviética y se va a vivir a Francia. Fischer se pierde en su cabeza luchando contra sus demonios.

Cuando nadie lo esperaba, y tras años de aparente inactividad, ambos jugadores se vuelven a enfrentar en 1992 en Belgrado, en contra de la prohibición de EE UU. Spassky cayó nuevamente derrotado. Pero por unos días, ambos mitos del ajedrez lograron emocionar a millones de aficionados. Fischer es perseguido por la justicia de Estados Unidos y huye. De nuevo se pierde en sus demonios, muere en 2008 en Reikiavik, tras negarse a ser operado. Fischer dio instrucciones por adelantado sobre su entierro: dónde sería enterrado, que música se escucharía y quién lo trasladaría en su viaje final. Había designado que Spasski fuese uno de los que trasladasen su ataúd. No llega a tiempo. Cuando llega a Reikiavik se dirigió a la tumba de Fischer donde dejo un ramo de flores.

Con los años el afable Spasski vuelve a Moscú donde al parecer aún vive. Al ser entrevistado comenta: “En un tiempo el ajedrez sirvió a la política. La política lo empequeñeció.”

 

guillermo
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