Una breve historia de la viruela
[Texto basado en una presentación de la entrevistada]
No se conoce el origen de la viruela, pero se sabe que en China ya existía al menos desde el año 49 de nuestra era, y desde allí se trasmitía a otras naciones. Aparecía y desaparecía ciclicamente. La situación recuerda a las grandes epidemias recientes, muchas de las cuales tienen también su origen en China, probablemente tenga que ver con las peculiares costumbres de este cultura con los animales.
En Europa, a partir de los siglos XVI y XVII se convierte en una enfermedad de consecuencias desastrosas, probablemente por los movimientos de población, particularmente de los ejércitos. Se le clasificó como “pestilencia”, que es como se llamaba por entonces a todas las enfermedades que producían una gran mortalidad. La enfermedad llegó a América con los colonizadores.
El siglo XVIII se aprende que haber estado en contacto con la enfermedad puede proteger contra ella. El hacer esto de forma premeditada es la variolización, una práctica que se conocía en China e India desde donde se habría extendido a otros lugares como Grecia o Turquía.
Un personaje clave en la lucha contra la viruela fue Mary Wortley, Lady Montagu, quien empieza a aplicar una técnica consistente en tomar pus y transferirlo, por medio de una incisión, en el brazo de la persona a quien se quiere proteger. Este procedimiento generalmente daba lugar a síntomas leves, pero acaba generando una protección de por vida.
En agosto de 1721 se le aplica el procedimiento a seis condenados a muerte de la prisión de Newgate que aceptan inocularse a cambio de perdón. Sobreviven. Es lo que se conoce como el “Real Experimento”.
Edward Jenner (1749-1823) a través de su experiencia como inoculador advirtió que aquellos que habían sufrido la viruela de las vacas cuando recibían el pus de un varioloso no manifestaban síntomas o estos eran muy débiles. Eso le llevó a comprobar rigurosamente la creencia popular de que quien padecía la viruela vacuna, que era leve, se preservaba contra la viruela humana. Realizó un seguimiento de más de 60 casos y, finalmente, en 1796, se decidió a verificar experimentalmente esa tradición: Tomó pus de una mujer contagiada de viruela vacuna, Sarah, probablemente al ordeñar a su vaca y se lo inoculó a un niño sano, que pasó una enfermedad más o menos benigna. Unos días después, a ese niño le inoculó pus de un enfermo de viruela humana y este NO desarrolló la enfermedad. Se repitió el experimento unos meses después y el niño siguió sin desarrollar la enfermedad. Su procedimiento obtuvo una fuerte resistencia de sus colegas pero finalmente su método fue aceptado y mas tarde se conocería como la primera “vacuna” por proceder de las vacas (el nombre se lo puso L. Pasteur ).
LA REAL EXPEDICIÓN
A principios del s. XIX nos encontramos en la primera campaña con pretensión de convertirse en una vacunación universal. Es la conocida como expedición de la vacuna organizada por Francisco Javier de Balmis. Es el proyecto sanitario más ambicioso de la época, que consiguió llevar la vacuna a miles de personas desde España. Para lo que en un barco que inicialmente cruzó el Atlantico, a partir de una primera persona infectada varias personas se fueron trasfiriendo secuencialmente el pus hasta alcanzar América. Es la primera expedición sanitaria internacional de la historia que dio la vuelta al mundo, duró desde 1803 hasta 1814. Lamentablemente este hito español es poco conocido, no cabe duda que si sus autores fuesen anglosajones tendríamos varias películas.
Aun así la viruela siguió sembrando de muerte a las poblaciones donde se trasmitía. A principios del s. XX existía el dicho: “Nunca cuentes a tus hijos hasta que todos hayan tenido viruela”. Pero gracias a las vacunaciones sistemáticas la viruela fue poco a poco desapareciendo, hasta erradicarse de la faz de la Tierra. La última persona del mundo que contrajo la enfermedad por contagio directo desde otro humano fue un somalí, Alí M. Maalin, en octubre de 1977. Al fin, el 8 de mayo de 1980 una resolución de la XXXIII Asamblea de la OMS declaraba solemnemente la erradicación mundial de la viruela. Constituyó un éxito sin precedentes en la historia de la humanidad.
La mal llamada viruela del mono
En los últimos meses ha sido noticia la viruela del mono. El pobre mono tiene poca relación con la viruela que se ha popularizado con su nombre. El origen del nombre se debe a que el virus que la produce se había identificado por primera vez en 1958, en el Instituto Serológico Estatal de Copenhague, en una población de simios, que se habían traído a Europa desde distintos países africanos para usarlos como cobayas en el desarrollo de la vacuna contra la polio.
Se considera que los primates son huéspedes incidentales y no el reservorio principal del virus, que probablemente son los roedores.
Después de unos primeros meses de expansión su propagación se fue ralentizado. Además, sus efectos no se consideran graves.
¿Podría convertirse en una nueva viruela humana? Nuestra entrevistada creo que no será así
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