Hace muchos, muchos años, lejos de la contaminación lumínica, los hombres (mujeres incluidas) contemplando el cielo construyeron leyendas. Además, observaron que las estrellas, el sol y la luna se desplazaban con regularidad lo que le servía como referencia para saber en qué momento debían sembrar los campos y realizar otras actividades agrícolas. Algunos fueron más allá y encontraron leyes matemáticas para predecir las posiciones de los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas. Este saber matemático astronómico fue recogido por Claudio Ptolomeo alrededor del año 150 en Síntesis Matemática (o Almagesto), uno de los libros más relevantes de la Historia. El mismo Ptolomeo decía que si lo fenómenos físicos como las estaciones estaban asociados a los ciclos que seguían los astros, si se conseguía entender cómo funcionaba el cielo tal vez podrían predecir los designios del hombre. A ello dedico su libro astrológico el Tetrabiblos, que sería más influyente que el Almagesto.
Tras la caída del Imperio Romano, Síntesis Matemática prácticamente desapareció de Occidente. Pero, afortunadamente fue recuperado en el mundo islámico y traducido al árabe con el título de El Almagesto (EL MÁS GRANDE). También en el mundo árabe se desarrollaron tablas (zij) que permitían hacer los cálculos del Almagesto de forma más simple y se escribieron libros que extendieron el conocimiento astronómico. Este saber fue transmitido a la Europa Occidental a través de al-Andalus.
Alfonso X el Sabio supo incorporar estos conocimientos al mundo cristiano. Bajo su impulso se elaboraron las Tablas alfonsíes, quizás el libro medieval más relevante en astronomía tras el Almagesto. Estas se difundieron por Europa Occidental pero dejarían de utilizarse en Castilla durante dos siglos hasta que fueron introducidas en Salamanca en 1460 cuando se funda la cátedra de astronomía-astrología en la Universidad de Salamanca.
En esta época nace 1452 en Salamanca Abraham Zacut, de familia judía originaria de Francia, quien desempeñaría un papel relevante en el desarrollo de la astronomía.
A su figura se dedica la exposición “La Astronomia en tiempos de Abraham Zacut” que hasta finales de enero se puede contemplar en la Sala de la Columna en el Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca.
En este programa de EUREKA que puedes escuchar AQUÍ o en IVoox, que realizó con Marta Vázquez, lo dedicamos a hacer un breve recorrido por algunos de los libros que se exponen hasta el 28 de enero en la Universidad de Salamanca (Edificio Histórico – Sala de la Columna)
¿Cómo se llegó a la versión del Almagesto que se expone, Almagestum, Venecia: Liechtenstein, Peter, 1515?
La primera versión del Almagesto (realmente de Sintáxis Matematica, que es la traducción desde el griego de su título) seguro que eran rollos de papiro, que no se conservan. El camino hasta llegar a la primera edición impresa que es la que se expone, debió ser largo, copiado desde el griego posiblemente varias veces y desde el griego traducido al árabe y desde el árabe al latín. La versiones en la latín fueron las que mas se distribuyeron por Occidente y es la que se manejo en la Salamanca del s. XV.
Tambien se conservo al menos una versión griega que tuvo menos difusión antes del s. XVI. En la actualidad la mayoria de las traducciones se basan en la versión griega, pero si queremos analizar el s. XV creo que es mas conveniente utilizar la versión latina que fue la utilizada para elaborar las tablas toledanas y alfonsíes.
Debajo trascribo (traducido) la introducción del artículo: Gerard of Cremona’s Latin translation of the Almagest and the revision of tables. Stefan Zieme. Journal for the History of Astronomy 2023, Vol. 54(1) 3–33 que da una buena información del camino seguido por el Almagesto.
El Almagesto data aproximadamente del año 150 d.C. y fue escrito por Claudio Ptolomeo, un residente de Alejandría o sus alrededores. Escrito originalmente Syntaxis mathematica, es más conocido por su nombre árabe medieval Almagesto. En el siguiente milenio y medio surgieron una variedad de otros conjuntos de tablas astronómicas, en árabe llamados zījes, reemplazaron al Almagesto en la práctica, pero siempre conservaron su estatus como libro de texto estándar de astronomía matemática. Esto se debe esencialmente al hecho de que, más allá de las tablas y reglas para su aplicación, en el Almagesto la derivación de las propias tablas a partir de modelos geométricos se ejemplifica o demuestra con gran detalle mediante cálculos geométricos.
Los dos manuscritos más antiguos de la versión griega del Almagesto que se conocen datan del siglo IX y se conservan en París (BnF, Grec 2389) y el Vaticano (BAV, Vat. gr. 1594). En el siglo IX se hicieron traducciones árabes del texto griego. En total hubo cuatro o cinco traducciones árabes diferentes, de las cuales sólo dos han sobrevivido en su totalidad. La primera de estas dos traducciones árabes supervivientes fue realizada en 827/8 por al-Hajjāj ibn Yūsuf ibn Matar. La versión de Al-Hajjāj existe en una copia completa en Leiden (UB, Or. 680) que fue copiada antes del año 1219. Se conserva una copia incompleta escrita después del año 1287 en Londres (BL, Add. 7474). La segunda traducción árabe que se conserva fue realizada entre 879 y 890 por Abū Yaʿqūb Ishāq ibn Hunayn y posteriormente revisada por Thābit ibn Qurra. Existen 10 copias manuscritas de la versión de Ishāq/Thābit, la más antigua de las cuales puede fecharse en el año 1085 (Túnez, BNT, 7116).
En el Occidente mediterráneo, el conocimiento del Almagesto estuvo constituido por la traducción del árabe al latín realizada por Gerardo de Cremona (1114-1187). Más allá de decenas de traducciones de obras científicas del árabe al latín realizadas por Gerardo de Cremona, su objetivo principal durante los 30 años que estuvo en Toledo, , desde 1150 a 1180, fue la traducción del Almagesto. Para su traducción, Gerardo utilizó las traducciones árabes aún existentes del Almagest de al-Hajjāj y de Ishāq/Thābit, las cuales eran conocidas y utilizadas en la España islámica. De l a traducción de Gerardo de Cremona existe dos versiones: una versión anterior denominada familia (A) y su revisión posterior denominada familia (B).
La copia manuscrita más antigua conocida es de la familia (A) y fue copiada en el norte de Francia, en una región cercana a París, mientras Gerardo aún estaba vivo. Ahora está en París (BnF, lat. 14738).
Ambas familias de la traducción de Gerardo del árabe circularon ampliamente en Europa hasta el siglo XV. El profundo interés y compromiso de los eruditos medievales con la traducción de Gerard se refleja en una gran cantidad de importantes glosas marginales en numerosos manuscritos. Los eruditos de las ciencias astrales poseyeron, copiaron y se involucraron con la traducción del árabe de Gerard hasta bien entrado el siglo XV y más allá.
La primera edición impresa completa del Almagesto de Ptolomeo apareció en 1515 y se basa en la traducción de Gerardo de Cremona del árabe al latín. Según el análisis de su texto, se basa en manuscritos de la familia (A) y (B).
Le siguió una edición impresa de la traducción de Georgius Trapezuntius, del griego al latín en 1528 (Ptolemy, Almagestum Seu Magnae Constructionis Mathematicae Opus Plane Divinum, trans. Georgius Trapezuntius (Venice: Giunta, 1528).
La primera edición griega se imprimió en 1538 en Basilea (Ptolemy, Μεγαλης Συνταξεως (Basel: Johann Walder, 1538).)
Las ediciones impresas posteriores del Almagesto o partes de él, como la edición del primer libro de Erasmus Reinhold, se basan exclusivamente en la tradición griega, ya sea a través de ediciones griegas directas o de traducciones de las mismas.
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