EXPOSICIÓN: La astronomía en tiempos de Abraham Zacut
La Universidad de Salamanca dispone de una colección de libros y manuscritos de esta época. Se ha realizado una cuidada selección que se expone al público desde el 11 de octubre de 2023 hasta el 28 de enero de 2024 en la Sala de la Columna en el EDIFICIO HISTÓRICO- ESCUELAS MAYORES.
Si se va exclusivamente a visitar la exposición no se paga entrada, hay que indicar en el control de acceso a las Escuelas Mayores que se va a la Exposición La astronomía en tiempos de Abraham Zacut
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CONTENIDO DE LA EXPOSICIÓN
La invención de la imprenta a mediados del s. XV supuso una auténtica revolución. Propició la traducción e impresión (editio princeps) de los textos más importantes de los autores clásicos greco-romanos y árabes, obras relacionadas con la Astronomía/Astrología/Matemáticas. Muchos de estos textos llegaron a Europa a través de lo que frecuentemente se cita como Escuela de traductores de Toledo (formalmente no existía tal escuela, pero sí una confluencia de traductores). En Europa se escribieron algunas obras en los siglos XIII y XIV entre las que destacan las Tablas Alfonsíes y el Tractatus de Sphæra de Sacrobosco.
Muchas de estas primeras impresiones se hacen en Alemania e Italia. España también ocupó un lugar destacado, siendo Salamanca uno de los grandes centros de impresión.
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Estamos en la segunda parte del siglo XV e inicios del XVI, antesala de la revolución copernicana y de los grandes viajes de navegación transoceánica. Salamanca se convierte en un centro de referencia de la astronomía/astrología. En 1460 se creó una cátedra de astrología/astronomía en la Universidad de Salamanca, que, al igual que en otras Universidades, estaba asociada a la Medicina, ocupada por catedráticos relevantes que sentaron las bases de la reforma del calendario y dieron soporte a acuerdos tales como el Tratado de Tordesillas. Aunque no formó parte de la Universidad, por su condición de judío, destacó en Astronomía la figura de Abraham Zacut, quien nació y vivió en Salamanca, donde escribió su obra más relevante ha-Ḥibbur ha-gadol (La Gran Composición).
Libros expuestos
Se agrupan por épocas
La Antigüedad
En Egipto, la posición de algunas estrellas servía como referencia para las actividades agrícolas. El poeta heleno Hesíodo (VIII a VII a. C.) en Los trabajos y los días, establece relaciones entre la aparición de estrellas y las actividades agrícolas: «Cuando las Pléyades, las Híades y la fuerza de Orión hayan desaparecido, acuérdate de que ha llegado el momento de labrar, y así será consagrado todo el año a los trabajos de la tierra».
Uniendo imaginativamente varias estrellas se crearon imágenes que recuerdan determinadas figuras, que es lo que conocemos como constelaciones.
En el Mesopotamia en el periodo Neoasirio, se les dio especial relevancia a las constelaciones que siguen en el cielo la misma trayectoria aparente que el Sol y la Luna (plano de le eclíptica), conocidas como constelaciones zodiacales. La definición de la banda de 18 (o 17) constelaciones se encuentra en el MUL.APIN (tablillas cuneiformes escritas en acadio que en la exposición lo mostramos en un cartel). Al mismo tiempo se estaba formando un sistema de 12 constelaciones del zodíaco, relacionado con el calendario esquemático y el zodíaco uniforme que dividía el firmamento en 12 partes iguales de 30° . Por primera vez, el número 12 fue relacionado con la banda de la constelación zodiacal en el texto WA 77824, que data del siglo V a.C. Al parecer, en el siglo IV a. C. el sistema de 12 constelaciones zodiacales ya estaba bastante extendido en Mesopotamia y queda definitivamente implantado en la civilización helena. .
Personajes y mitos se proyectaron en las estrellas (como nos cuenta David Barrado). Esta transformación de personajes de la mitología en estrellas o constelaciones es lo que se conoce como catasterismo, cuyo nombre se toma del libro Catasterismos, atribuido a Eratóstenes (ca. 273-192 a. C.). Arato escribe poemas didácticos sobre astronomía que incluyen historias mitológicas sobre las constelaciones.
Desde la Antigüedad, se observaba que las estrellas se desplazaban lentamente manteniendo las posiciones relativas entre sí. Se suponía que estaban dibujadas en una esfera (más adelante conocida como la octava esfera) con la Tierra en el centro. Eran las “estrellas fijas”.
Hiparco (s. II a. C.) hace grandes progresos en astronomía, entre otras cosas descubre que las estrellas fijas realmente se mueven lentamente (lo que conocemos como precesión de los equinoccios), aprox. 1º por siglo. Como consecuencia , el norte celeste va variando lentamente. Hasta hace poco el único texto que se tenia de Hiparco eran los Comentarios a Arato (que se muestra en la exposición), pero recientemente se ha encontrado en un palimpsesto parte de su catálogo de estrellas [Un códice esconde el catálogo de estrellas de Hiparco, desaparecido durante 2 000 años . The Conversation. (15 febrero 2023).]
Además estaban las “estrellas errantes” (los cinco planetas visibles, el Sol y la Luna) que tenían un extraño comportamiento. Si observamos un planeta (Marte, Júpiter o Saturno) durante un año entero, hay periodos en los que parece ir más rápido que las estrellas fijas y en otros que avanza en sentido contrario.
Se creía que la posición de las estrellas errantes en los signos zodiacales influía en la vida de las personas y en otros fenómenos terrestres [Signos zodiacales y constelaciones: cuando la astrología contribuyó al desarrollo de la astronomía. TheConversation. 2023-04-26]
En el siglo II d. C. vivió en el norte de Egipto el astrónomo Claudio Ptolomeo (se cree que trabajó en la famosa Biblioteca de Alejandría), quien describió un modelo (ahora llamado modelo Ptolemaico) en su libro Mathematike Syntaxis,o Sintaxis matematica más conocido como Almagesto. Explicaba estos movimientos y describía procedimientos matemáticos para calcular la posición de los astros y los eclipses. Se creía que los cielos influían en la vida de las personas, de hecho en el Tetrabiblos se daban criterios astrológicos para predecir esta influencia.
Los libros expuestos
Vranologion siue Systema variorum authorum, qui de sphaera, ac sideribus, eorumque motibus Graecè commentati sunt : sunt autem horum libri, Gemini, Achillis Tatij Isagoge ad Arati Phaenomena, Hipparchi libri tres, ad Aratum …, París: Sébastien Cramoisy, 1630 [Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/125144].
Este libro, edición bilingüe greco-latina de Denis Petau, contiene textos de varios autores que escribieron en griego sobre la esfera
y los movimientos celestes. Incluye los Fenómenos (Apariencias) de Arato (c. 310 a. C. – 240 a. C.), un poema dedicado a divulgar a astronomía, cuya influencia llegó hasta la Edad Media. Quizás lo más relevante de esta edición es que incluye comentarios de Hiparco, considerado el mayor astrónomo de la Antigüedad, a los Fenómenos, en los que añade sus propias observaciones y descripciones.
Hiparco (s II a.C.) es de los grandes astrónomo de la Antigüedad, sus comentarios a los Fenómenos es uno de los pocos textos que conservamos de este genial astrónomo. Su “precesión de los equinoccios” mostró que signos y constelaciones zodiacales se van separando con el tiempo.
Claudio PTOLOMEO (s. II d. C.), Almagestum, Venecia: Liechtenstein, Peter, 1515 [Digitalizado: https://gredos.usal.es/handle/10366/153011 ]
Primer gran libro de astronomía, escrito alrededor del año 150 d. C. Ptolomeo expone su modelo geocéntrico, que permite predecir las posiciones de los planetas. También incluye un catálogo con la posición de 1022 estrellas. Originalmente escrito en griego y denominado Mathematike Syntaxis, es más conocido por su nombre árabe medieval Almagesto. En el Occidente latino, se conoció gracias a la traducción del árabe al latín de Gerardo de Cremona (1114-1187), realizada en Toledo. La primera edición impresa completa, basada en la traducción de Gerardo de Cremona, es la que aquí se muestra. La editio princeps del texto griego es un poco posterior (1538, Basilea).
Este libro sentó las bases de la astronomía hasta el siglo XVI . Es la primera versión impresa del texto, basada en la traducción de Gerardo de Cremona. Seguramente en la catedra de Astrología de la Universidad, que recordemos se habían fundado en 1460, se utilizó algún manuscrito anterior también de la traducción de Cremona. La primera traducción desde el griego al latín es la de Georgius Trapezuntius (Venice: Giunta, 1528). [Digitalizado en: https://www.digitale-sammlungen.de/view/bsb10139901?page=1 ]. La historia de estas dos ediciones podéis leerla AQUÍ.
Claudio PTOLOMEO (s. II d. C.), [Tetrabiblos], Klaudiou Ptolemaeiou pelousieos Tetrabiblos syntaxis … = Claudij Ptolemaei Pelusiensis libri quatuor compositi … Traductio in linguam Latinam librorum Ptolemaei duum priorum. & ex alijs praecipuorum aliquot locorum, Ioachimi Camerarij Pabergensis, Nuremberg: Johann Petreius, 1535. [Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/152992 ].
Aunque conocida como Μαθηματικὴ τετράβιβλος σύνταξις (Tratado matemático en cuatro libros), su título original fue probablemente Ἀποτελεσματικά (lit. Efectos, de la influencia de los astros). Se sientan las bases de la astrología occidental. Estuvo vigente al menos hasta el siglo XVII e incluso en la actualidad sigue siendo popular entre los astrólogos. El libro expuesto corresponde a la primera edición impresa, con el texto griego y la traducción al latín de Joachim Camerarius (1500-1574).
Al igual que con el Almagesto en la Universidad de Salamanca se utilizó versiones manuscritas en latín, según lo cita Diego de Torres.
Higino, Ravani, P., Sessa, M., Antonio, G., & Bernard, A. (1517). Clarissimi Hyginii Astronomi, De mundi et sphaerae : ac vtriusque partium declaratione cum planetis et variis signis historiatis. exactissima cura per Melchiorem Sessam & Petrum de Rauanis socios. [Digitalizado: https://gredos.usal.es/handle/10366/82677.
Aunque atribuido a un poeta romano del siglo I, fue compuesto seguramente en el siglo II. Recoge las historias mitológicas de 47 constelaciones (las visibles desde la Hélade menos una). Esta edición está adornada con una xilografía para cada constelación y para el Sol, la Luna y los planetas, si bien estas representaciones son posteriores a la composición del texto y a veces, incluso, lo contradicen.
La primera edición con xirografias es de 1482, se utilizaron en la iconografía medieval [en Español].
La astronomía islámica
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la astronomía, que había tenido una época dorada en siglos anteriores en la antigua Grecia con astrónomos como Hiparco y Ptolomeo, quedó relegada en Europa a algunos monasterios.
Entre los siglos VIII y XIII el interés por esta ciencia se desplazó a Oriente Medio, norte de África y al-Ándalus. En el mundo islámico se continuó desarrollando la astronomía, básicamente impulsado por la necesidad de disponer de métodos sencillos para calcular las fechas de las efemérides asociadas a prácticas religiosas. Para facilitar este trabajo se crearon tablas acompañadas de reglas de uso (zīj) que evitaban realizar los complicados cálculos del Almagesto.
Aunque tenía su origen en la antigua Grecia se perfeccionó el astrolabio, cuya principal función era la de reloj que permitía saber a las horas en las que se realizaban los rezos.
Desde el mundo islámico se transmitieron las obras clásicas enriquecidas con nuevas aportaciones de autores islámicos. En esa red de centros del saber destacó la ciudad de Toledo, donde la riqueza de sus bibliotecas y el uso del árabe por parte de cristianos mozárabes y judíos, lo convirtió en un espacio idóneo para la difusión de conocimiento. Bajo el periodo arabe destaca la figura de Azarquiel (c. 1029-1087). Tras la conquista por Alfonso VI pasó a manos cristianas pero conservó el patrimonio cultural de la época árabe atrayendo a traductores y estudiosos, entre ellos a Gerardo de Cremona (ca. 1114-1187) que tradujo numerosas obras clásicas y árabes, como el Almagesto.
La importancia de la astronomía islámica fue reconocida en Occidente. Cuando se dispuso de telescopio y se pudieron observar los cráteres en la Luna algunos de los mas importantes recibieron los nombres de estos astrónomos [Los cráteres de la Luna y la astronomía del islam. TheConversation. 2023-08-17].
Los libros expuestos:
ALFRAGANUS (805-880), Compilatio astronomica, Ferrara: Andreas Belfortis, Gallus, 1493 [Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/115748].
Al-Farghani, latinizado Alfagranus, fue un astrónomo persa del siglo IX, cuya obra, Kitāb fī Jawāmiʿ ʿIlm al-Nujūmi (lit. Libro del compendio de la ciencia de los astros, pero a menudo conocido como Elementos de astronomía o, como aparece aquí, Compilatio astronomica ) consistió en una recopilación actualizada y simplifica del Almagesto de Ptolomeo. Fue traducido al latín por primera vez en el siglo XII, por Juan o Johannes Hispalensis y más tarde por Gerardo de Cremona. Este incunable contiene la versión de Juan Hispalense, de origen judeoconverso, uno de los principales traductores de árabe en el Toledo del siglo XII. Fue también traducido por Gerardo de Cremona, cuya versión latina sería la base del De sphaera mundi de Sacrobosco. Incluye una estimación del tamaño de la Tierra que utilizó Colón para programar su viaje al Nuevo Mundo. La estimación de Alfraganus era bastante buena, el error de Colón fue equivocar la milla árabe utilizada por Alfraganus con al romana [Según Alfraganus 1º terrestre en el ecuador equivale a 56 2/3 millas (árabes). La milla árabe equivale aprox. a 1960 m (realmente no he encontrado un valor exacto) que es 56 2/3 x 1960 = 111 km por grado terrestre en el ecuador, multiplicando por 360 da aproximadamente 40 000 km de circunferencia, que es muy próximo al tamaño real. Colón utilizó el valor de la milla romana que equivale a 1481 m. Entonces 56 2/3 x 1481x360 = 32000 km, con un error de 8000 km (el 25%) en el tamaño de la circunferencia].
ALFRAGANUS (805-880) – AL-BATTANI (ca. 858-929), Rudimenta astronomica Alfragrani. Item Albategnius astronomus peritissimus De motu stellarum, ex obseruationibus tum proprijs, tum Ptolomaei, omnia cum demonstrationibus geometricis & additionibus Ioannis de Regiomonte … Nuremberg: Johann Petreius, 1537. [Digitalizado: NO DISPONIBLE] En este volumen se reúnen los Elementos de astronomía de al-Farghani en traducción de Juan Hispalense Tambien incluye la versión latina del Kitāb az-Zīj aṣ-Ṣābi’ (Libro de las tablas astronómicas del sabeo, de ahí que a veces se conozcan como Tablas sabeas) de al-Battani (latinizado aquí como Albategnius. En Europa empezó a ser conocida en una traducción manuscrita de Platón de Tívoli, pero esta es la primera vez que el texto fue impreso. La obra de al-Battani tuvo un gran impacto en la de Copérnico y Brahe, y es todavía posible rastrear su influencia en Kepler y Galileo. El libro se completa con adiciones del famoso astrónomo Regiomontano y del teólogo reformado Melanchton. Este ejemplar perteneció a la biblioteca del eminente bibliófilo Lorenzo Ramírez de Prado.
PSEUDO-MASHAALLAH, Compositio astrolabii, traducción de Johannes Hispalensis (s. XII). Ms. 2662 (s. XIV). [Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/152957] Descripción del astrolabio, instrumento que entre otras aplicaciones servía como reloj. Aunque se atribuyó a Masha’allah ibn Athari (ca. 740–815), un importante astrólogo judío persa, lo más probable es que esta obra que trata de la construcción (Compositio astrolabii) y uso (Practica astrolabii) del astrolabio, sea una recopilación medieval latina. La base de la segunda parte, la Practica, pudo ser la traducción latina de Juan Hispalense del Kitab al-amal bi-l-asturlab del astrónomo andalusí Ibn al‐Ṣaffār (s. X).
Alfonso X y la astronomía europea durante los s. XIII y XIV
Los equipos al servicio del rey Alfonso X elaboraron: La octava esfera, las Tablas alfonsíes y el Libro del saber de astrología, inspirados en las obras árabes que complementaron con observaciones astronómicas. Las Tablas alfonsíes se difundieron rápidamente por diferentes territorios, y en París fueron adaptadas al meridiano de la ciudad. En 1327, Juan de Sajonia, uno de los astrónomos más importantes del momento, escribió unos nuevos cánones en latín para la versión parisina. El Proyecto alfa se propone recuperar todo lo relacionado con la astronomía del periodos alfonsí
En paralelo Sacrobosco escribió De sphaera mundi, (c. 1220) que se convirtió en texto de referencia
Los libros expuestos:
Johannes de Sacro Bosco, Lefèvre d’Étaples, J., Higman, J., & Hopyl, W. (1494). Sphaera mundi cum commento Jacobi Fabri Stapulensis. [Johannes Higman, y] Wolfgang Hopyl. [Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/83754]
Obra medieval escrita por Johannes de Sacrobosco hacia el año 1230 que introduce los elementos básicos de la astronomía. Basada en el Almagesto de Ptolomeo, aunque mucho más simple, incluye algunas ideas de la astronomía árabe. Elemento clave del corpus universitario europeo, especialmente a partir de la invención de la imprenta. Fue este libro el primer texto astronómico impreso (1472). Se convirtió en el libro de referencia en las principales universidades europeas. Tras la invención de la imprenta se hasta el siglo XVII se realizaron 200 ediciones, posiblemente solo los Elementos de Euclides superarían su difusión.
ALFONSO X (1221-1284), Tabulae astronomicae cum canonibus Lucilii Santritter, Venecia: Johannes Hamman, 1492.[Digitalizado: https://gredos.usal.es/handle/10366/144077].
Hacia 1270 en Toledo, por iniciativa de Alfonso X el Sabio, se elaboraron las Tablas Alfonsíes. Basadas en la astronomía ptolemaica, permitían calcular con facilidad la posición de los planetas y realizar otros cálculos astronómicos, principalmente destinados a la astrología. El texto original, en romance, no se conserva. En 1327 Juan de Sajonia las tradujo al latín y se difundieron ampliamente por Europa. A partir de esta versión Ratdolt imprimió en 1483 la editio princeps, en Venecia. La que aquí se muestra es la segunda edición, a cargo de Hamman, importante editor e impresor de textos astronómicos (Higino, Sacro Bosco, Regiomontano…).
El esplendor de la astronomía/astrología en Salamanca. Abraham Zacut
En esta época nació en Salamanca en 1452 Abraham Zacut donde residió hasta la década de 1480. Desde muy joven , se convirtió en una importante figura de la astronomía/astrología en la Península Ibérica, aunque también se ocupó de otros temas, como la lexicografía y la historia.
Su condición de judío impidió que fuese profesor en la Universidad de Salamanca, pero mantuvo una estrecha relación con otros miembros de la Universidad donde sus textos se empleaban en la enseñanza. Hacia 1478 finaliza su gran libro ha-Ḥibbur ha-gadol (La Gran Composición) cuyos cánones fueron traducidos poco después (1481) al castellano por Juan de Salaya con la ayuda de Zacut. Este libro simplificaba enormemente los cálculos astronómicos respecto a las Tablas alfonsíes.
Dejó Salamanca alrededor de 1480 para formar parte del “colegio invisible” de sabios que reunió en Gata (Extremadura) Juan de Zúñiga y Pimentel, maestre de la Orden de Alcántara. A petición de éste, Zacut escribe hacia el año 1486 el Tratado breve en las ynfluencias del cielo [Transcrito por Eunice Mateus dos Santos: http://hdl.handle.net/10451/51872], seguido de una obra orta: De los eclipses de sol y la Luna. Allí se edita en 1496 su Almanach perpetuum que básicamente es una adaptación ha-Ḥibbur. Sus sucesivas versiones alcanzarían una gran difusión. En 1496 se ve forzado a abandonar Portugal. Muere en Jerusalen en 1514 o 1515.
De este periodo es la bóveda astrológica ahora conocida como El Cielo de Salamanca pintada probablemente entre 1483- 1486, originalmente estaba en la antigua biblioteca de la Universidad (ahora Capilla de San Jerónimo, que antes estaba dividida en dos pisos, uno con la biblioteca). En sendos carros se representan el Sol, próximo a Leo, el planeta Mercurio, próximo a Virgo (sus posiciones no son las que se dan en el cielo real). Lo más probable es que el pintor representase los planetas, el Sol y la Luna, asesorado por Diego de Torres, en sus domicilios astrológicos, según se muestra (Saturno podría estar en Capricornio o Acuario).
Desde 1951 es conocido como “El Cielo de Salamanca” (el nombre puede confundir, pues no es un cielo real que se pueda ver desde Salamanca, ni ahora ni cuando se pintó). Desde 1960 se ha especulado con la idea de que representa la bóveda celeste en una fecha de la segunda quincena de agosto de 1475. Esto no encaja con las enseñanzas de la época. Por ejemplo, puede comprobarse en el Almanach perpetuum de Zacut que en esas fechas el Sol estaba en el signo de Virgo y no en Leo, como aparece en la pintura. Probablemente el error proceda de que el astrónomo H. W. Duerbeck, que es el primero en fijar estas fechas, utilizó constelación zodiacal como sinónimo de signo zodiacal. [La astronomía en tiempos de Zacut. Desvelando el misterio de El Cielo de Salamanca. Naukas 2023-05-15]
Los libros expuestos:
Abraham ZACUT (1452-ca. 1515). Almanach perpetuum, Editado por José Vizinho, Leiriae: Abraham ben Samuel d’Ortas, 1496. Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/115746
El Almanach perpetuum es una adaptación/traducción del ha- Ḥibbur ha-gadol (o Gran Composición) que Zacut había escrito en hebreo hacia 1478, mientras aún vivía en Salamanca. Aunque tiene muchos elementos en común con el Ḥibbur no es la misma obra. De la primera edición (Leiria, Portugal. 1496) hay una versión con los cánones en castellano y los títulos de las tablas en latín y otra versión con todo en latín. De esta última versión se hicieron dos tiradas; este ejemplar corresponde a la segunda, que corrige algunos errores de la primera. El Almanach tuvo un gran éxito pues permitía realizar los cálculos de forma más simple y rápida que utilizando las Tablas Alfonsíes, que tomó como referencia. Las circunstancias de esta primera edición son confusas y parece haber sido realizada de forma apresurada, quizás debido a que se hizo poco antes de la expulsión de los judíos de Portugal. La edición en latín incluye una dedicatoria a un obispo de Salamanca, que no se nombra, que es casi idéntica a la Regiomontano había dedicado a un Obispo de Hungría, se sospecha que fue añadida por el editor d’Ortas como tributo oculto a Regiomontano.
Johannes STÖFFLER. Almanach nova plurimis annis venturis inserentia, Venecia: Peter Liechtenstein, 1521; Manuscrito de los cánones de ha-Ḥibbur ha-gadol (o Gran Composición) de A. Zacut, traducción de Juan de Salaya (1478); Abraham ZACUT Almanach perpetuum, Leiriae 1496.
Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/144111
Este volumen facticio contiene tres textos. En primer lugar, el Almanach de Stöffler, matemático, astrónomo, astrólogo y clérigo alemán, constructor de instrumentos astronómicos. De esta obra se realizaron numerosas ediciones, desde la primera en 1499. El segundo texto, formado por 62 hojas manuscritas, corresponde a la traducción de los cánones del ha-Ḥibbur-ha-gadol del hebreo al castellano, realizada por Juan de Salaya, quizás con la ayuda de Zacut. El tercer texto corresponde al Almanach perpetuum (Leiria, Portugal. 1496) en latín, con interesantes anotaciones manuscritas en castellano, entre las que destacan una lista de eclipses visibles en Roma en los años 1530-40.
Gregor REISCH (ca. 1467-1525) Margarita philosophica, Basilea: Michael Furter, 1517. Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/82473
La ilustración de esta importante y difundida enciclopedia sirve para mostrar la asociación que la astrología establecía entre la posición de los astros en los signos del zodiaco y ciertos órganos del cuerpo humano y sus enfermedades, como había hecho Zacut en su Tratado de las influencias del cielo.
OBRAS EXCEPCIONALES DE LA EDICIÓN
Petrus APIANUS (1495-1552) Astronomicum Caesareum, Ingolstadt: Petrus Apianus, 1540.
Digitalizado: https://gredos.usal.es/handle/10366/146696
Este libro es considerado una de las más hermosas ediciones del siglo XVI. Fue financiada por Carlos V y su autor se la dedicó. Se trata de un compendio de ideas sobre astronomía a comienzos del siglo XVI, antes de que Copérnico publicara su novedosa obra. Destaca la belleza y carácter práctico de sus ilustraciones, en las que se utilizan discos móviles de papel, coloreados a mano, que simulan el movimiento de los astros de acuerdo con el modelo de Ptolomeo.
Alonso de SANTA CRUZ (1505-1567) Astronómico real, Ms. 2622 (hacia 1557).
Digitalizado: https://gredos.usal.es/handle/10366/71989
Santa Cruz vivió y trabajó en Toledo entre 1539 y 1544, que es cuando probablemente escribe esta obra. Carlos V había recibido la primera edición del Astronomicum Caesareum de Apiano (1540), pero había conceptos que no entendía, por lo que solicitó a Santa Cruz una versión explicada en castellano. El resultado fue este magnífico manuscrito, donde se incluyen traducciones del Astronomicum, del Tratado de la esfera de Sacro Bosco y de las Teóricas de los planetas de Georg Peurbach, todas magníficamente resumidas.
Martín FERNÁNDEZ DE ENCISO (ca. 1469-1533) Suma de geographia que trata de todas las partidas & prouincias del mundo, en especial de las Indias, & trata largamente del arte del marear, juntamente con la espera en romance, con el regimiento del sol & del norte, Sevilla: Jacobo Cromberger, 1519.
Digitalizado: http://hdl.handle.net/10366/83102
Esta obra sirve para mostrar la aplicación práctica de la astronomía en el arte de la navegación. Es el primer texto de náutica impreso en España. La parte geográfica está dedicada principalmente a la costa americana y es un verdadero derrotero. La dedicada a la navegación contiene tablas de declinación solar, reglas para calcular la altura del Sol y de la estrella polar, “por donde los pilotos y mareantes puedan regirse y gobernarse en el mar”. Asimismo, contiene explicaciones sobre instrumentos como el astrolabio o el cuadrante.
COPERNICO
Uno de los libros más relevantes de la historia de la ciencia es De revolutionibus orbium coelestium (Sobre las revoluciones de las orbes o esferas celestes), del polaco Nicolás Copérnico (1473-1543), de cuya primera edición, publicada en 1543 en el mismo año que muere su autor, se muestra un ejemplar en la exposición. Copérnico realizó pocas observaciones astronómicas y se basó sobre todo en aquellas que había heredado de la antigüedad. De revolutionibus incluía una versión actualizada del catálogo de estrellas de Ptolomeo.
En este libro Copérnico propuso que los planetas giran alrededor del Sol; que la Tierra es un planeta que, además de girar alrededor del Sol anualmente, también gira una vez al día sobre su propio eje y que la Luna gira entorno a la Tierra.
El modelo de Copérnico explicaba de forma sencilla la posición de los planetas y sus períodos. Sin embargo, los planetas no giran siguiendo un círculo en torno al Sol (como frecuentemente se representa) si no que lo hacen describiendo epiciclos en torno a sus deferentes.
El libro que provocó una revolución científica y apenas nadie leyó. TheConversation. 2023-09-27
Tras la publicación De revolutionibus en la Universidad de Salamanca se estableció como lectura para la cátedra de astronomía desde los estatutos de 1561, pero en la práctica no se llegó a leer, ya que lo que más interesaba a los especialistas eran sus tablas astrológicas y no la teoría heliocéntrica. El modelo de Copérnico durante años no formó parte del Índice de libros prohibidos por la Iglesia católica hasta 1616.
El gran salto lo dio Johannes Kepler (1561- 1630), quien supuso que los planetas siguen órbitas elípticas con el Sol en uno de los focos. Eliminaba así la necesidad de utilizar epiciclos. Definitivamente había empezado la ciencia moderna.
[Digitalizado: https://gredos.usal.es/handle/10366/137057]
Primera edición de esta histórica obra, que introdujo en la astronomía el modelo heliocéntrico.
Esta edición incluye una carta al inicio, antes del prefacio de Copérnico, encabezada por el título Ad lectorem de hypothesibus huius operis [Al lector que concierne la hipótesis de este trabajo: (…) ] . Esta carta, fue escrita por Osiander (sin indicarlo) tiene un enorme valor histórico: Copérnico acabó su manuscrito poco antes de morir, dejándolo en mano de su amigo Rheticus, quien lo llevó a Núremberg para que lo publicase Johann Petreius, uno de los editores mejor valorados. Rheticus le entregó el manuscrito a Andreas Osiander (1498-1552), teólogo luterano experto en matemáticas e influyente figura política. Osiander, sin el permiso ni de Rheticus ni de Copérnico, agregó la “carta al lector” que se muestra, donde se dice que el libro es una propuesta matemática, cuyo propósito era contribuir a la disciplina de los cálculos astronómicos y no un intento de declarar una verdad literal. Además, el título de la obra se cambió de “Sobre las revoluciones de los orbes del mundo” del manuscrito a “Seis libros sobre las revoluciones de los orbes celestiales”, un cambio que pareció mitigar la pretensión del libro de describir el universo real. Osiander realmente estaba defendiendo el punto de vista luterano, contra el heliocentrismo. Rheticus consideró inaceptable el añadido de la carta, y la tachaba con una gran X roja en las copias que enviaba. Tiedemann Giese, un obispo católico amigo de Copérnico escribió al ayuntamiento de Núremberg para exigir que Petreius se viera obligado a publicar una reimpresión. No se supo públicamente que la carta era de Osiander hasta que Kepler lo reveló 66 años después, en su Astronomia Nova. Quizás la “carta” de Osiander favoreció que el modelo copernicano no suscitase la hostilidad de la iglesia católica hasta que es condenada en 1616.