Dice Gervasio Sánchez: “Yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte” (2008).
Nosotros, no otros, somos responsables de la muerte
y el éxodo que tanto nos acongoja y escandaliza.
Nosotros, no otros, hemos armado
hasta los dientes
a esos horribles gobernantes y terroristas genocidas.
Nosotros, no tenemos vergüenza.
Los que huyen, ellos, sí.
Ellos tienen vergüenza y toda la razón
para exigir papeles, casa, comida, trabajo,
y todo lo que nuestras armas,
las que nosotros, no otros,
hemos fabricado y vendido sin piedad
a genocidas sin piedad,
han destruido.