A veces la vida nos da sorpresas donde no las esperábamos ¡por eso son sorpresas! Yo he tenido una hace unos días. La voy a contar, pues creo que puede ser de interés para todos los que compartimos la pasión por la historia de la astronomía.
Con la Asociacion Astrónomica de Piconcillo, la más importante del Mundo (al menos en términos relativos: en una aldea donde residen permanentemente unas 40 personas somos miembros de la asociación 60), visitamos el Real Observatorio de la Armada (ROA) en San Fernando (Cádiz). Esperaba encontrarme eso: un observatorio Astronómico, en el que sabía que están los relojes atómicos por los que se rige la hora oficial en España, eso ya justificaba la visita. Pero el ROA me deparaba además otras estupendas sorpresas, en particular dos: Una sensacional Biblioteca Histórica, que guarda auténticos tesoros, y las cartas estelares elaboradas por bordadoras, comparables a otros grandes observatorios de la primera mitad del siglo XX.
El edificio principal del Real Observatorio de la Armada, en el que está la Biblioteca, es espectacular.
Al pasear por la biblioteca observé una vitrina; cuando contemplé los libros que contenía quedé sobrecogido, ¡no podia dar crédito a mis ojos! En un metro cuadrado estaban libros de Newton, Copérnico, Kepler, Galileo, … No creo que haya otra vitrina en el mundo que en tan poco espacio recoja nada parecido. Allí estaba gran parte del saber científico (especialmente astronómico) de la Humanidad hasta el siglo XVII y entre ellos, el que para muchos es la cúspide del pensamiento humano (Principia Mathematica)
Pero ahí no acaban las sorpresas; en otra vitrina encuentro una colección de libros de Apianus, incluido una de las raras copias (creo que hay 3 en el Mundo) del Astronomicum caesareum, obra maestra de la impresión, que destaca por sus esferas móviles y por la belleza de sus grabados a color. Tenía la suerte de conocer el ejemplar disponible en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca.
A ellos se une una colección de incunables como:
Introductorium in astronomiam de Abû Ma’shar (787-886), que vivió en Bagdad, debió coincidir con al-Khwarizmi, en la época de esplendor de la astronomía y matemática árabe (sé que este término no es correcto, pero no encuentro otro más apropiado). Según se indica, se trata de una copia impresa en Augsburgo en 1489, en las prensas de Erhard Ratdolt, que se caracterizaban por el uso de letras góticas y de ilustraciones impresas por xilografía.
Naturae Historiarum, la obra enciclopédica del escritor y militar romano Cayo Plinio Segundo, conocido como Plinio el Viejo. Visitó Hispania, y en su obra cita a Mellaria (la ciudad romana junto a Fuente Obejuna, aunque hay varias Mellarias). Se indica que la conservada es edición veneciana de 1499 que se caracteriza por la convivencia entre la letra gótica y la letra romana de inspiración humanística, con un diseño mucho más redondeado para facilitar el grabado y la lectura.
Astronomi veteres apud Aldum, compendio de obras clásicas de astronomía y astrología escritas en la época grecorromana. Esta recopilación fue realizada por el gran impresor veneciano Aldo Manuzio (1450-1515)
Y mucho más…
Afortunadamente están digitalizadas, disponibles en Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico Español y en la Biblioteca Virtual de Defensa.
Se que gran parte el trabajo de catalogación se debe a Francisco González, que espero conocer en breve.
La visita no habría sido tan fructífera sin la guía Ana Funes y el militar que le acompañaba, del que desafortunadamente no recuerdo el nombre.
Ahí no acaba todo: En otra sala, con una cúpula astronómica, había un gran y antiguo telescopio refractor muy especial. Había sido utilizado para obtener negativos a partir de los cuales unas bordadoras muy especiales habían confeccionado cartas celestes sobre láminas de cobre. El asunto merece una entrada específica, pero para ello tengo que conseguir información que haga justicia a ese trabajo. Estoy en ello.
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