Fuerteventura, ¡qué inmensa soledad!

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Aunque se puede aprender casi todo sobre un lugar sin visitarlo (el ejemplo máximo lo tenemos en Julio Verne) para la mayoria de las personas estar en un determinado lugar nos incita a aprender de él.

La llegada en barco a Fuerteventura y el recorrido en coche a través de un paisaje agreste y escarpado, con escasa cobertura vegetal,  me trajeron a la memoria las palabras de Aldrin cuando pisó la Luna: “¡Qué inmensa soledad”.

A pesar de la presencia de coches que dejan las buenas carreteras para meterse en pistas terrizas, como la que nos llevó a Cofete, tengo más sensación de soledad que cuando me he desplazado miles de kilómetros entre árboles, como cuando atravesé Finlandía para llegar a Cabo Norte, en Noruega, o cuando crucé la tundra siguiendo la ruta del transiberiano. Los arboles te hacen sentir la presencia humana, aunque no sea así.

Los paisajes desnudos que permiten identificar claramente su origen volcánico me resultan cautivadores pues, sin el maquillaje de la capa vegetal, permiten leer su historia y ver las arrugas del paso del tiempo.

Fuerteventuta es un parque temático para los que le guste la geología pues en pocos km se transita por los últimos diez millones de años y se ve cómo la actividad téctonia, el vulcanismo, el viento y el agua han moldeado el paisaje. Es la más antigua de las Islas Canarias y por tanto la que más historias tiene que contarnos.

De las Istas Canarias creo que es la mas desértica. En los últimos centenares de años solo una pequeña area estuvo arbólada.  La fauna autóctoca es escasa. Quizas esta dureza es la que hizo esta isla poco atractiva para ser ocupada. Solo los bereberes, se atravieron a cruzar el centenar de km que la separan del continente africano y asentarse en esta inhóspita isla, quizás en barcos primitivos y sin billete de vuelta no les quedó mas remedio que adaptarse. Los romanos la conocían pero debió resultarle poco atractiva y se conformaron con echarle un vistazo.

Esto permitió que los bereberes, al parecer divididos en dos reinos, la dominasen unos centenares de años. Los europeos llegaron para quedarse a principio del s. XV de la mano de un normando, Betancourd, y a finales del s. XV pasaria a formar parte de la Corona de Castilla.

Para el turista resulta enormemente atractiva, incluso para el de sol y playa. De 300 km de costa, unos 70 son playas. A diferencia de las otras islas las playas son de arena fina, no en vano el viento con el polvo saharariano las golpea desde su formación. Ahora las comunicaciones no son un problema y lo que antes la convertía en inhóspita ahora le dan un atractivo.

De este viaje dejaré algunas fotos en Facebook.

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Mientras escribo a unos confortables 25 ºC,  las noticias de temperaturas sofocantes e incencios salvajes, en lugares que habitualmente frecuento, como la Sierra de Francia o Monfragüe, son desoladoras. Para mi está claro que es una tendencia que seguirá cuyo motor es el calentamiento global. El alto precio de los combustibles fósiles hacen que en las prioridades de los paises que nos consideramos desarrollado se ponga en primer lugar el conford inmediato de sus habitantes frente al duro panorama climático al que nos enfrentamos. Ejemplos negativos lo tenemos en Alemanía, Italia o Austria que incrementan su uso del carbón por una politica ambiental puramente propagandista.  Para los Alemanes es inaceptable almacenar o enterrar en su territorio unos cientos de toneladas de residuos radiactivos y por eso cierran centrales nucleares operativas pero justican verter millones de toneladas de CO2 cuyo efecto los padecemos toda la Humanidad.

guillermo
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