Hace años leí un maravilloso libro por uno de los mejores divulgadores científicos, ya fallecido (S.J. Gould).
El libro versaba sobre Burgess Shale (lutitas de Burgess), uno de los yacimientos paleontológicos más importantes que existen. Sus fósiles contienen claves de un salto evolutivo que explican cómo hemos llegado hasta aquí.
Tenía que visitarlo, pero pasarían años. Están en mitad de Canadá, en el Parque Nacional Yoho, situado entre la region de Alberta y la Columbia Británica.
Llegar allí es hacer un recorrido por uno de los parajes más espectaculares de la Tierra, junto a las Montañas Rocosas.
¿Por qué es tan importante este yacimiento?
Este yacimiento de fósiles se originó en la segunda mitad del periodo Cámbrico (hace unos 505 millones de años), cuando hacía solo unos pocos de millones de años que había ocurrido la “explosión cámbrica“, un episodio que provocó la aparición (obviamente por selección natural) de multiples seres pluricelulares macroscópicos. Hasta entonces la mayoría de los seres vivos eran microscópicos y habríamos necesitado al menos una buena lupa para verlos.
Posiblemente en el Cámbrico todas las Tierras emergidas formaban un solo supercontinente y los únicos seres vivos macroscópicos estaban en los océanos.
Por fin, me encontraba a unos km de Burgess Shale
Por supuesto, no había olvidado mi libro.
Había necesitado una autorización que conseguí varios meses antes. Al llegar me esperaba un guía experto, y te unías a un pequeño grupo.
Burgess Shale está a más de 2 km de altura y había que recorrer varios km de empinadas cuestas para llegar, pero ¡merecían la pena!
¡Por fin en el yacimiento! Algunos llegamos exhaustos.
Uno de los hechos que hacen especialmente notable este yacimiento es que se encuentran representados la mayoría de los antecesores de muchos organismos actuales, y de otros que no pertenecen a ningún filo conocido en el presente (ramas evolutivas que no tuvieron continuidad).
Una vez allí, podemos imaginar (con fundamento) cómo era la vida hace más de 500 millones de años y entender cómo se formó el yacimiento. Estamos a más de 2 km de altura, pero el yacimiento ha emergido del mar.
En el Cámbrico la superficie terrestre era árida, inhabitable, la vida estaba restringida a los océanos. Los animales de Burgess Shale vivían en mares de poca profundidad, en arrecifes sumergidos cuyas paredes pudieron ceder alguna vez, generando deslizamientos de barro que arrastraban a los seres vivos a zonas más profundas, sin oxígeno, provocando un enterramiento súbito, colocándolos en distintas posiciones y evitando su putrefacción. Este proceso fue seguido por una filtración de sedimentos dentro del cuerpo, con lo cual se generaron microestratos dentro de los mismos organismos, separando así una parte de otra. Por ejemplo: Caparazón, sistema branquial, estómago… Posteriormente se vieron comprimidos por el efecto de los sedimentos y finalmente fueron petrificados.
En cada roca había una sorpresa. Muchos de los fósiles que allí se pueden contemplar son imprimaciones, pues la parte central está en uno de los museos Smithsonian.
Es posible que la imagen de arriba sea de la primera especie de cordado del que descendemos.
Es mucho lo que nos cuenta Burgess Shale, y es maravilloso el camino que hay que recorrer para visitarlo (lo conté en el Totrotaviernes).
Stephen Jay Gould (1941- 2002), el autor del libro que me llevó allí, introdujo aportaciones a la biología evolutiva, conocida como el “Equilibrio puntuado“ que reinterpretan la Teoría de la selección natural de Darwin-Wallace, y que se recoge en su gran obra: La estructura de la Teoría de la Evolución, que publicó poco antes de morir (postuma en español, en 2004). Su obra de alta divulgación es inolvidable.
Quizás me anime a dedicarle un programa de EUREKA en Radio USAL
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