La consciencia, el arcoíris inalcanzable

No mucha gente es consciente de que los computadores pueden realizar tareas que hasta hace poco se consideraban exclusivamente humanas. Desde hace tiempo experimento con lenguajes de programación (WL, T-NLG, y más recientemente GPT-3.) que permiten hacer tareas inconcebibles utilizando el lenguaje natural. Automáticamente, el lenguaje crea un programa o realiza una tarea a partir de una o varias frases. GPT-3 permite realizar tareas tan humanas como redactar noticias automáticamente. Me ha sorprendido tanto que cuando leo una noticia en Internet no estoy seguro si la ha escrito una persona o una máquina. (How Do You Know a Human Wrote This?  https://www.nytimes.com/2020/07/29/opinion/gpt-3-ai-automation.html).

He intentado entender cómo funcionan estos lenguajes, incluso he realizado alguna aplicación utilizándolos (no son difíciles de usar, puede probar suscribiéndose a: https://openai.com/blog/openai-api/.)

Aunque tras ellos se incluyen términos tales como redes neuronales, aprendizaje profundo o inteligencia artificial, realmente carecen de capacidad de comprensión real, simplemente la experiencia acumulada de miles de casos les permite reproducir actividades que consideramos humana. Por ejemplo: a partir de imágenes con miles de elefantes, aprenden a distinguir elefantes, o de la “lectura automática” de millones de libros llegan a construir relatos coherentes. No es muy distinto a lo que hacemos los humanos, que creo carecemos de una autentica capacidad de comprensión.  Intentaré explicarlo con un ejemplo:

De niño cuando veía un arcoíris que parecía llegar al suelo, intentaba aproximarme esperando penetrar dentro de él. Naturalmente no lo conseguía; mi experiencia de perseguir inútilmente a decenas de arcoíris me decía que eran inalcanzables, y dejé de perseguirlos. La explicación que se me daba era que se trataba de “un efecto óptico”. Pero ¿es eso una explicación? Realmente no lo es.  Más adelante aprendí que cuando los rayos del sol atraviesan las gotas de aguja, la luz blanca se descompone en colores ¡Ajá! Ya sabía cómo se formaban los arcoíris. Pero ¿por qué son exactamente esos colores? Llegaba a encontrar la respuesta a esta pregunta, pero siempre me quedaba algo que necesitaba de una nueva explicación.

De mayor he llegado a la conclusión de que la capacidad de comprensión de los humanos es limitada y nunca llegaremos a entender de verdad cómo funciona nuestro mundo, por eso desconfío de quienes parecen estar en posesión de la verdad. Quizas es una limitación mía, así que seguiré persiguiendo arcoíris.

 

guillermo
Aún no hay comentarios.

Deja un comentario


*

Política de privacidad