El programa de EUREKA, que puedes escuchar AQUÍ, lo dedicamos a Euphemia, el algoritmo que calcula el precio de la electricidad en el mercado mayoritario. En cierto sentido es la versión radiofónica de un artículo al que nos referimos en una entrada pasada de este blog.
Desde hace semanas no hay día en que los medios de comunicación no hagan referencia a que se batido algún récord histórico en el precio de la electricidad. Frecuentemente se atribuye que el principal culpable es el método marginalista del cálculo del precio de la electricidad. Según explican, en el mercado mayorista, el precio lo marca la energía más cara, usualmente la centrales que utilizan gas (eso dicen) y las demás se ven recompensadas pues todas cobran el precio a la que se ha pagado a la más cara, es lo que llaman: “beneficios caídos del cielo”. Se suele decir que el método marginalista es similar a ir a la carnicería y comprar pollo, salchichas y solomillos y pagarlo todo a precio de solomillo. ¿Cómo un método, que aparentemente va en contra del consumidor, es el aplicado por los países más desarrollado? La realidad es mucho mas compleja de como generalmente es presentada. Toda la Unión Europea se rige por el mismo método para establecer el precio de la electricidad y para ello se aplica un algoritmo llamado Euphemia, que por extraño que parezca, se considera que es el método más justo de establecer el precio de la electricidad.
Hay quienes sostienen que los criterios utilizados por el algoritmo EUPHEMIA, que establece el precio de la electricidad en toda la Unión Europea, deben modificarse, pues en la actualidad hay un actor muy relevante que no lo era hace pocos años: Algunas energías renovables (especialmente la eólica y la solar) que no son gestionables por la alta variabilidad que presentan. La discusión está abierta pero probablemente deba dilucidarse en el campo de las matemáticas, probablemente no será así.
A la larga el precio de la energía vendrá dado por las formas que usemos para producirlas, que debe ser ambientalmente sostenible. Cualquier forma de producción de energía tiene un coste ambiental. Ni siquiera las energías que se consideran verdes están libres de interferir en el medio ambiente.
Se afirma que en un futuro próximo toda la energía será 100% renovable y se almacenará como hidrógeno verde. Una idea que ya estuvo de moda hace más de 40 año. Los datos, por ahora dicen que esta idea de todo renovable es más una creencia que una realidad tecnológica. El 80% de la energía primaria del Mundo sigue estando basada en energías fósiles.
El futuro no está escrito y probablemente las formas más eficientes y sostenibles de producir electricidad para dentro de 30 o 40 años todavía no estén inventadas. Sin embargo, hay decisiones que tomadas en el presente se acaben pagando en el futuro.
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