La escritura minoica que aún no comprendemos pero estamos en ello

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Las tardes de mi infancia  las pasaba en la biblioteca de mi pueblo.  Aún quedaban años para las aventuras de Indiana Jones, pero yo tenia mis propias aventuras, incluso mejores. Estaban en algunos de los libros de esa biblioteca. Tintín, y más tarde las novelas de Julio Verne me enseñaron a leer. Tintín me trasportaba a civilizaciones, como la egipcia o la azteca,  que para mi eran un descubrimiento y Julio Verne alimentaba mi imaginación. Los libros sobre civilizaciones del pasado estaban entre mis favoritos. Leí libros cuyos títulos he olvidado, uno de ellos contenían una imagen como la foto del inicio que hablaban de la civilización minoica. Muchos años después  supe que aún se podían ver los restos que se conservan de ella. Estaban en Creta y ahí fui. Las fotos que incluyo las tomé en ese viaje (pulsar sobre ellas para verlas con detalle).

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Alcanzó su apogeo en torno al año 1700 a. C. De esta época es el palacio de Knosos (o Cnosos) que desenterró el arqueólogo Arthur Evans. Con la visión de hoy la recuperación que hizo de su famosos palacio seria criticable pues repintó algunos frescos, pero estábamos a principios del s. XX y cada época tienes sus ojos. Allí estaba la imagen del toro con la mujer saltando sobre él que me había descubierto esa civilización (foto al principio de esa entrada).

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Pero a mi lo que más me llamaba la atención era la escritura (realmente las escrituras) de esta civilización: Conocidas como Lineal A y  Lineal B que era fácil encontrar en inscripciones de este palacio.  Arthur Evans se apropió y ocultó  la mayoría de las tablillas  y dedicó decenas de años a intentar descifrarlas sin éxito.
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A unas decenas de km, al Sur, en la otra costa, está el Palacio de Phaistós

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En él están los mejores grabados en estas escrituras y es donde se encontraba el disco de Phaistós que dio las claves para conseguir entender la escritura lineal B. Tengo una copia colgada en la pared  encima de la pantalla de mi ordenador.

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Tras la muerte de Evans se difundió el contenido de las tablillas y muchos intentaron revelar su contenido. Quien mayores progresos realizó fue Alice Kober, pero murió joven. La mató el tabaco, sus cajas vacías las utilizó para ir creando un sistema de fichas que le permitió descubrir relaciones entre los símbolos.

El gran salto lo dio  Michael Ventris obsesionado con revelar el significado de estos signos. La técnica utilizada por Michael Ventris para descifrar estos signos es similar a la que se utiliza para descifrar mensajes: Se trata de ver las repeticiones con las que se repiten símbolos o conjuntos de signos. Además consiguió adivinar  (y esto me maravilla) como sonaban y eso es lo que le permitió saber que expresado de forma verbal sonaba como el griego, y así era. Cuando se dio cuenta, estableció una relación entre la escritura del griego clásico y este griego minoico. Su hallazgo fue confirmado al encontrarse un yacimiento con los mismos signos en la Grecia continental en el palacio de Pilos. De ello se dio cuenta Carl Blegen, un arqueólogo estadounidense que aplicó los criterios de Ventris a la tablilla PY Ta 641. Las variaciones gramaticales cuadraban con la información del contenido, y se reconocían algunos prefijos numerales griegos, utilizados para indicar el número de asas de distintos vasos.  Las tablillas que se conservan de esta lengua corresponden en su mayoría a registros contables,  muy típico de las primeras escrituras. De hecho, los números son los que llevaron a la invención de la escritura.

Ventris murió muy joven (31 a) en accidente de tráfico

 

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La civilización minoica disponía de otro sistema de escritura: Lineal A, que ha permanecido indescifrable hasta ahora. Recientemente (en 2020) se han anunciado avances, y de nuevo es el descubrimiento de símbolos aritméticos. Trascribo parcialmente el resumen de lo publicado:

Hace unos 3.500 años, la civilización minoica de la isla de Creta desarrolló un sistema de escritura compuesto por signos silábicos, llamado Lineal A, que a veces usaban para inscribir ofrendas en los santuarios y adornar sus joyas, pero principalmente asistían en la administración de sus centros palaciegos. Hoy en día, esta escritura permanece en gran parte sin descifrar e incluye un complejo sistema de notación numérica con signos que indican no solo números enteros, sino también fracciones (como 1/2, 1/4, 1/8, etc.). Mientras que los números enteros fueron descifrados hace décadas, los estudiosos han estado debatiendo sobre los valores matemáticos exactos de los signos fraccionarios. La investigadora principal Silvia Ferrara (Universidad de Bolonia), dijo: “Nuestro objetivo era resolver el problema a través de una lente que combina diferentes líneas de investigación, muy rara vez unidas entre sí: un análisis paleográfico detallado de los signos y métodos computacionales. De esta manera nos dimos cuenta de que podíamos acceder a la información desde una nueva perspectiva”.


A la izquierda, los signos de las fracciones en Lineal A; a la derecha, una de las tablillas analizadas.

Los investigadores (del proyecto INSCRIBE)  aplicaron un método que combina el análisis de las formas de los signos y sus utilizar en las inscripciones junto con estrategias estadísticas.  Primero estudió las reglas que seguían los signos en las tablillas de arcilla y otros documentos contables. Dos problemas habían complicado hasta ahora el desciframiento de las fracciones lineales A.

Primero, todos los documentos que contenían sumas de valores fraccionarios con un total registrado estaban dañados o eran difíciles de interpretar, y segundo, contradecían los usos de ciertos signos, lo que sugiere que el sistema cambió con el tiempo. Por lo tanto, la premisa inicial tenía que basarse en documentos concentrados en un período específico (ca. 1600-1450 a. C.), cuando el sistema numérico estaba en uso en Creta. Para investigar los posibles valores de cada signo fraccionario, el equipo excluyó resultados imposibles con la ayuda de métodos computacionales. Luego, se redujeron todas las soluciones posibles, casi cuatro millones, comparando también fracciones que son comunes. Finalmente, el equipo aplicó otras estrategias que consideraron la completitud y coherencia de las fracciones como un sistema y de esta forma se identificaron los mejores valores, con las menores redundancias. El resultado, en este caso, fue un sistema cuya fracción más baja es 1/60 y que muestra la capacidad de representar la mayoría de valores del tipo n/60.

Según sus autores: Esta investigación tiene como objetivo mostrar que los métodos tradicionales y los modelos computacionales, cuando se usan en sinergia, pueden ayudarnos a lograr un progreso notable en la explicación de algunos problemas sin resolver relacionados con escrituras antiguas que aún no se han descifrado.

Imagino que revelar una escritura, como descifrar un mensaje encriptado (cifrado) es como demostrar una conjetura matemática que se resiste a ser demostrada. No he tenido la suerte ni la capacidad de ser el primero en hacer alguna de las cosas anteriores, pero redescubrirlo produce en enorme placer ¡Como será ser el primero!

guillermo
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