Eureka: Un paseo aletorio por Wall Street

El título del programa de hoy lo hemos tomado de un libro clásico: Un paseo aleatorio por Wall Street (A random walk down Wall Street de Burton G. Malkiel) que trata sobre inversión en bolsa. La tesis principal del libro es que “los expertos” tienen prácticamente las mismas probabilidades de ganar o perder que una elección aleatoria de acciones. Resulta que la inversión en bolsa se encuadra un área de las matemáticas conocida como Procesos estocásticos, a la que ha contribuido a desarrollar eminentes matemáticos y físicos, el más conocido Albert Einstein en un mítico articulo (sobre el movimiento browniano) publicado en su año mágico de 1905. Para tratar de procesos estocásticos hemos entrevistado al profesor Javier Villarroel (que podéis escuchar pulsando AQUÍ)

Si vamos al diccionario de la Real Academia encontramos como definición de procesos estocásticos la siguiente: Teoría estadística de los procesos cuya evolución en el tiempo es aleatoria, tal como la secuencia de las tiradas de un dado. Puede parecer un campo de investigación muy especializado, relacionada con el juego, sin embargo, eso es una falsa impresión. Los procesos estocásticos nos permiten analizar el compartimiento de muchos procesos de la naturaleza como: el vuelo de una banda de pájaros, los latidos del corazón, o la trasmisión de las señales en el cerebro. También trata de procesos que consideramos muy humanos: desde la espera en la cola de un supermercado hasta la inversión en bolsa. Para complicar las cosas por medio está el cerebro humano al que al llegar los datos los valora de forma que tiene mucho más que ver con sensaciones y emociones que con el análisis racional.
Cuando nos muestran un encefalograma o un electrocardiograma vemos unas extrañas curvas que parecen señales impredecibles producto el azar. Sin embargo, estos procesos aparentemente tan arcanos pueden ser analizados como procesos estocásticos cuyas leyes no son muy distintas a las que rigen los registros de los sismógrafos e incluso a los índices bursátiles.
Algo parecido ocurre cuando recibimos en nuestro móvil un video clip, o el sonido de una canción, o la imagen de alguien de nuestro grupo social e incluso cuando lo utilizamos con un fin tan poco frecuente como es el de hablar por teléfono. La información llega al móvil en forma de ondas electromagnéticas muy irregulares. Estas ondas surcan el espacio siendo interferida por otras señales de múltiples orígenes, contaminándolas de un ruido indeseable. El procesador de nuestro móvil está dotado de potentes algoritmos matemáticos, basados en la teoría de procesos estocásticos, recupera la señal original eliminando el ruidoso.

Desde la década de los 80 del siglo XX los fondos de inversión en bolsa se han visto asaltados por físicos y matemáticos. Un caso llamativo es el fondo de inversión Renaissance Technologies dirigido por un Matemático James Harris Simons (puede verse una entrevista en: youtube) que en su convocatoria de puestos de trabajo solo pide Físicos, Matemáticos y afines pero no hace referencia a otros profesionales con formación directamente relacionada con las finanzas. Y es que algunos piensan que el comportamiento de la bolsa puede ser predicho por complicadas fórmulas matemáticas, pero dos premios nobel de Economía que supuestamente habían descubierto esas fórmulas mágicas, que aseguraban un método de ganancia infalible, hundieron un fondo de inversión que para pertenecer a él se requería una inversión mínima de 10 millones de dólares. Otro gran economista Burton G. Malkiel, al que nos hemos referido al inicio, propuso hace años a expertos que eligiesen sus productos preferidos para ese año, y aposto contra ellos lanzando un dado sobre las cotizaciones. El juego se ha repetido año tras año y no parece que haya grandes diferencias entre invertir al azar o hacerlo en fondos manejados por expertos.

guillermo
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