Disputas por el meteorito de Ojuelos Altos 1926

Por J. Guillermo Sánchez León (https://diarium.usal.es/guillermo/)

[Publicado en la Revista de Feria FONS MELLARIA 2021]

Al año caen sobre nuestro planeta decenas de miles de toneladas de material cuyo origen no es terrestre. La mayoría se desintegra en la atmósfera antes de llegar al suelo y frecuentemente lo percibimos como estrellas fugaces.  Una pequeña parte alcanza el suelo, es lo que llamamos meteoritos. En su caída el meteorito original se va fragmentando y desintegrando parcialmente. Además de la luminosidad que produce, que a veces puede verse incluso de día, se generan ruidos que puede ser claramente percibidos. Uno de estos raros acontecimientos tuvo lugar en 1926, donde en Ojuelos Altos cayó un fragmento de un meteorito.

En noviembre de 2017 visité el excelente y poco conocido Museo de Ciencias Naturales de Madrid. En una vitrina, llamaba la atención un meteorito de color negro (Fig. 1) situado sobre una base en la que aparecía la inscripción: OJUELOS ALTOS (CORDOBA); Fecha de caída: 10 de diciembre de 1926; Condrita L7.

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Fig. 1.- Meteorito de Ojuelos Altos en el Museo de Historia Natural (Guillermo Sánchez. 2017)

 

Las condritas son un tipo de meteorito cuyo origen se remonta la formación del sistema solar hace unos 4.600 millones de. El estudio de este tipo de meteoritos es muy importante puesto que contienen información muy valiosa de los acontecimientos (génesis de los elementos químicos, explosiones de estrellas, formación de planetas, origen de la vida, …) que tuvieron lugar incluso antes de la aparición del sistema solar.

En este artículo quiero contar la disputa que tuvo lugar en diciembre de 1926 por la posesión del Meteorito de Ojuelos Alto. He recurrido básicamente a dos fuentes [1, 2] que proceden de aquella época y proporcionan una información muy detallada del acontecimiento. Para ser fiel a los protagonistas incluyo transcripciones literales (con errores tipográficos y ortográficos) de lo que escribieron.

La portada del diario EL DEFENSOR DE CÓRDOBA del miércoles 15 de diciembre 1926 [Año XXVIII.- Núm. 8.778] incluye una noticia con el título: Un aerolito en Ojuelos que dice [1]:

Nuestro querido amigo el labrador y ganadero don Rafael Fernández Cano que representa al DEFENSOR en los Panches, aldea de Fuente Obejuna, nos comunica lo siguiente:

El día 10, a las diez de la mañana, y próximo a la aldea de Ojuelos Altos cayó un aerolito. Parecía un volcán de fuego que después se convirtió en humo haciendo un ruido tan espantoso que semejaba el volar un cerro con dinamita. Duró varios minutos haciendo explosiones con intervalos que se podían contar, pareciendo como tiros de fusil o cohetes. El aerolito daba vueltas en el aire y a la vez tocaba sobre la tierra. Unos campesinos que se hallaban próximos al sitio han encontrado algunos restos, entre ellos un trozo que pesa 5 kilos y 1/2. Su volumen es de 18 centímetros de largo por 12 aproximado de alto. El cielo estaba claro sin señales de nubes.

Brindamos a los hombres de ciencia y singularmente al sabio colaborador del DEFENSOR don Antonio Carbonell, cuya paciente labor admiramos, aplaudimos con sumo gusto al sabio y modesto catedrático del Instituto don Rafael Vázquez de Aroca y al Director del Museo de Mineralogía Conde de Casa Claves.”

ELdefensor19261215

Llama la atención el aparente buen conocimiento que el labrador Rafael Fernández Cano tenia de los hombres de ciencia de la sociedad cordobesa de la época. Lo curioso es que Rafael Fernandez, prácticamente no sabía leer. Lo he sabido por José Arellano, de 90 años, que conoció a Rafael Fernandez cuando era niño y según me cuenta le leía el periódico. Es probable que la invitación a que Antonio Carbonell investigará el suceso estaba sugerida desde la dirección de EL DEFENSOR o quizás por el propio Carbonell.

Antonio Carbonell Trillo-Figueroa (1885-1947) era un Ingeniero de Minas de amplísima cultura. Fundó en 1924 la Escuela de Minas de Belmez (hoy Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Córdoba). Fue un pionero de la minería del berilio y del uranio en un momento en el que se desconocía las posibilidades de este elemento.  Descubrió los yacimientos de Sierra Albarrana que después de su muerte serian explotados por la Junta de Energía Nuclear y más adelante se convertiría en centro de Almacenamiento de Residuos Radiactivos de El Cabril (ENRESA).

En 26 de diciembre EL DEFENSOR DE CÓRDOBA anuncia que publicará las investigaciones llevadas a cabo por el insigne Antonio Carbonell. En ese mismo número, y hasta el dia 31 de diciembre, EL DEFENSOR incluye una sección escrita por Antonio Carbonell dedicada al meteorito. La lectura de estos artículos [1] nos proporciona una extraordinaria información sobre el suceso. Además, Carbonell, no solo habla del meteorito, sino que especula sobre sus orígenes y la formación del sistema solar, e incluye una relación de otras caídas de meteorito.

Carbonell cuenta que el relato de Rafael Fernández Cano del 15 de diciembre le sirvió:

“(IX)… para formarse idea de que se trataba de un acontecimiento importante, dentro de la índole de aquellos que nos interesan”.

“Incidentalmente me hallaba de visitas de inspección minera lo que unido a una indisposición me obligo a demorar mi marcha hasta el sábado 18. Ese mismo dia llego a Córdoba el ilustre catedrático de la Universidad Central [hoy Universidad Complutense de Madrid] Lucas Fernández Navarro, que ostentaba la representación del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, este siguió aquella misma tarde para Fuente Obejuna. Yo ostentaba la representación de la Real Academia de Ciencias de Córdoba que había decido la adquisición del meteorito de Ojuelos, con el fin de que quedará expuesto, después de estudiado, en el museo correspondiente de esta capital

La llegada de L. Fernandez Navarro (prestigioso geólogo, catedrático y miembro de la Sociedad Española de Historia Natural) debió perturbarlo y quizás por eso justifica su tardanza en ir a Ojuelos Altos

Nos encontramos con dos personajes, que tienen el propósito de llevarse el meteorito cada uno para su institución: Carbonell al museo de Córdoba y Fernandez Navarro al Museo de Historia Natural en Madrid.

Carbonell, por medio de EL DEFENSOR, reiteradamente justifica que es a Córdoba a quien le corresponde el meteorito:

Se personó [Carbonell] en Ojuelos Altos para hacer un estudio del meteorito. El propietario del mismo don Eduardo Garcia Barba hizo donación del aerolito al Sr. Carbonell para la Real Academia de Córdoba […]. Nadie hasta ahora ha hablado del aerolito de Ojuelos científicamente y esa primacía y la notoria competencia del Sr. Carbonell dan a ese estudio mayor relieve e importancia”.

A las solicitudes que he hecho para que el aerolito de Ojuelos Altos viniera a Córdoba he recibido contestaciones afectuosas que agradezco del Excelentísimo señor Gobernador civil de la Provincia, así como del señor alcalde de Fuente Obejuna don Manuel Camacho Pérez. Ante el último compareció en la finca “Membrillejo” el propietario del terreno en que cayó el meteorito y autor del hallazgo don Eduardo Garcia Barba, deponiendo ante el ilustre abogado don Miguel Poole y Cordero y don Isaac Barrena Ledesma, propietario de la fábrica harinera de Ojuelos Altos, que perteneciéndole la preces [pieza?], con arreglo a las disposiciones vigentes, hacia donación absoluta sin reserva alguna en mi como representante de la Real Academia de Córdoba. Sea para todos, repito, mi reconocimiento profundo y verdadero”.

Como consecuencia de ello, en vista del estado de cosas que se originaba, el señor alcalde de Fuente Obejuna decidió traer el meteorito a esta capital, del que se había incautado, con el objeto de poner tales hechos en conocimiento del Ilmo. Sr. Gobernador civil de la Provincia. Por mi parte impuse de ello al señor Director de la Real Academia, don Manuel Enrique Barrios, por telégrafo y después por teléfono y me dediqué, cumplido el que yo creía mi deber, a curarme una dolencia con la que fui a Fuente Obejuna y de la que no era el medio mas propio de curación el ajetreo de aquellos días de gran actividad.

El otro investigador, Fernández Navarro nos cuenta [2] su versión de los hechos y proporciona una amplísima información incluida una foto del lugar de la caída (Fig. 2):

FotoLugarCaida

Fig. 2.- Fotografía del lugar de caída 1926 (Fernández Navarro [2])

 

Los periódicos dieron la noticia, y en cuanto la conocimos, salí para el lugar de la caída, comisionado por el Sr.  Director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Sr.  Bolívar, para tratar de incorporar el nuevo meteorito a la ya importante colección del Museo de Madrid, muy acrecentada en los últimos tiempos

Añade una curiosa nota a pie de página:

La captura de la piedra y su traída a nuestro Museo fué algo difícil, pues la Real Academia de Ciencias de Córdoba tenía el deseo (bien explicable) de conservarla en sus colecciones provinciales. Las ayudas y gestiones con que nos favorecieron el entonces Gobernador de Córdoba, Sr. Cabello Lapiedra y el alcalde de Fuente Ovejuna, D. Manuel Camacho, atendiendo las órdenes telegráficas del Sr.  Ministro de la Gobernación, facilitaron la solución más lógica de que el ejemplar único viniera a enriquecer la única colección española importante de meteoritos, que es  la  del  Museo  de  Madrid.  La corrección y transigencia   del   distinguido Ingeniero de Minas, D.  Antonio Carbonell, en cuyo poder estaba el meteorito, es digna del mayor encomio, pues cuando alguien propuso romper la piedra para repartirla, se mostró totalmente opuesto a esta solución, prefiriendo que el meteorito se conservara íntegro en el Museo de Madrid.”

En el acta del del Ayto. de Fuente Obejuna de 22 de diciembre de 1926 se recoge [5]:

“… El Sr. Alcalde [D. Manuel Camacho Pérez] da cuenta de que enviado por la Superioridad, ha estado en ésta, D. Lucas Fernández Navarro, Director [no es correcto] del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, para hacer estudios en el sitio que cayó el meteorito en Ojuelos Altos, llevándoselo para que figure en dicho museo… “

Además, el Director del Museo de Ciencias Naturales (Madrid) envía una nota de agradecimiento al alcalde de Fuente Obejuna el 29 de diciembre de 1926 (Alfonso Fernández Revista Literaria Fuenteovejuna. Marzo 2019):

En nombre de la Junta Directiva de este Museo, tengo el honor de dar a V.S., las mas expresivas gracias por a eficaz por la eficaz ayuda prestada al Profesor del mismo Don Lucas Fernández, en su reciente viaje a la localidad, con motivo de la caída de un meteorito, en el pueblo de Ojuelos Altos [Córdoba], en la mañana del día 10 de los corrientes, así como las gestiones que fueron precisas hasta lograr que dicho meteorito, fuese destinado a este Museo Nacional de Ciencias Naturales, que fueron coronadas con el éxito más completo, ya que tan precioso ejemplar figura desde hace unos días en las colecciones de este Centro y está expuesto al público desde el día que tuvo ingreso en las mismas”.

Tambien tenemos constancia del lugar exacto de la caída y de las características del lugar en el que fue recogido (Fig. 3).

PosibleLugarCiaiaMeterorito

Fig. 3.- Posible lugar de la caída del bólido (Guillermo Sánchez, a partir de las descripciones contenidas en [1] y [2], con Google Earth)

 

En concreto Carbonell dice [1]: “El meteorito cayó en las inmediaciones del llamado Puerto del Pico, al Sur y unos 30 metros del camino de Ojuelos Altos a Las Lomas. Este paraje queda a kilómetro y medio de la Aldea de Ojuelos Altos, al Suroeste de la misma.”

En el informe de Lucas Fernandez Navarro [2] se recoge:
“El lugar preciso fue el llamado Puerto del Pico, junto al camino de los Llanos, a algo mas de un kilómetro del pueblo, al Suroeste del mismo. El terreno, tierra de cultivo de cereales en que cayó, pertenecía a Dª Maria Francisca Ortega, de Ojuelos Altos. Dada la hora de la caída y la claridad del día, los fenómenos luminosos fueron poco marcados. No así los ruidos y los visuales, de los que hemos recogido números datos. En Ojuelos Altos, cerca del punto de caída, un rebaño de carneros se arremolinó como si vieran una alimaña. Los cerdos no se inquietaron. En Villaviciosa se asustaron las mujeres y los niños [no dice nada sobre los hombres]. En la casa de la Cañada, cerca de Posadilla, los animales corrieron a agruparse y dos niños pequeños lloraron en sus cunas, dejando el guarda el arado para ver lo que había ocurrido en la casa.D. Eduardo Garcia Barba, dueño del terreno en el que cayó le meteorito, dice que vió una hozadura de cerdo y una depresión con pasto quemado. Metió la mano y sintió sacudidas pequeñas como las que produce la electricidad, y entonces sacó del suelo el meteorito, que estaba totalmente incrustado. Trató de llevarle en la mano, pero nuevas sacudidas y hormigueo le obligaron a envolverse en la chaqueta para aislarse”.

Se detallan [3, 4] los lugares en que se percibieron ruidos: las dehesas de la Aguja y los Hatillos, 12 ó 15 km al SO de Ojuelos Altos; a unos 9 km al este, 4 km al sur de La Posadilla; en la Cardenchosa, 4 km al sur de Ojuelos Altos; en Campos Verdes, al sur de Hornachuelos; en Villaviana, 30 km al SE de Ojuelos Altos; a 60 km al SE, en la Sierra de Córdoba; en Posadas, 44 km al SSE, donde llegaron a oscilar las casas por una de las detonaciones; en Córdoba se oyó un fuerte ruido e iluminación; cerca de Córdoba, en el km 12 del camino a Santa María Trasierra, se oyó un estallido espantoso; también fuerte se sintió la explosión en Almodóvar del Río. En “la Aldea de los Panches, la piedra, al caer, hizo espantoso ruido que duró unos minutos; salían proyecciones de fuego más brillantes, como de los disparos que hacía, quedando luego humo”. La descripción del meteorito a su paso por Pozoblanco es muy ilustrativa: “el meteorito fué muy visible, se destacaba perfectamente, se veía que iba fraccionándose, siguiéndole a corta distancia una o dos porciones; era un objeto luminoso, brillante, de color niquelado”. A partir de esta información Martín Escorza [3] ha reconstruido la posible trayectoria (Fig. 4)

Curvas sonoridad meteorito de Ojuelos Altosl

El orificio que formó en su caída era de dirección casi vertical, con unos 35 cm de profundo (Fig. 2) y dimensiones equivalentes a las del meteorito. Al chocar con el suelo, éste rompió una piedra de diabasa de las que se encuentran tan abundantes en el terreno de la zona. El recorrido con que aparentemente se le vio atravesar el firmamento fue de este a oeste.

Se dice [2] que el ejemplar (Fig. 1) recogido pesó 5,85 kg con densidad 3,54 g/cm. “Para el análisis químico y la preparación de secciones delgadas para el estudio micrográfico se cortó un trozo de 738 gramos. De éste se dio una porción de 70 gramos al Prof. M. Lacroix para el Museo de París, al que el de Madrid debe numerosos donativos”.

Los análisis químicos realizados por el Prof. Lacroix fueron muy precisos, quizás esta información sirvió a Fernández Navarro para clasificarlo como una “condrita oligosiderea, hipersténica, brechificada” [3,4] que coincide con gran exactitud con una clasificación más reciente de “condrita brechoide rica en olivino e hiperstena”.

En definitiva, el meteorito acabó en el Museo de Historia Natural de Madrid, donde contemplarse (Fig. 1). Pero hubo de intervenir hasta el Ministro de Gobernación. Antonio Carbonell aceptó entregárselo a Fernandez Navarro, pero no sin dejar constancia de su desacuerdo. En el EL DEFENSOR DE CÓRDOBA (31-12-1926) despide su colección de artículos diciendo:

“UN FINAL AL QUE LOS CORDOBESES DEBEN PONER UNA COPA RECLAMANDO LO QUE ES SUYO [estas mayúsculas van en el original]. Largo es esto. El epílogo conocido por la prensa. Por mi parte regresé contento de Fuente Obejuna. Con las manos vacías, pero con el espíritu confortado. Sobre la sin razón de la sin razón siempre está la razón de la razón para los espíritus selectos.”

La historia disputa entre estos personajes merece ser recordada pues refleja la pasión por ser el primero en el descubrimiento de hechos científicos que amplían nuestra comprensión del Universo. Que ambos se emplearan a conciencia, dejando constancia escrita, nos permite disponer de información amplia y fehaciente de lo sucedido.

Referencias.

[1] El DEFENSOR DE CÓRDOBA: de 15-12-1926 por Rafael Fernández Cano y de 26-12-1926 a 26-12-1926 por A. Carbonell. (supe de la existencia de EL DEFENSOR DE CÓRDOBA por “El aerolito de Ojuelos” Luis Cabezas Chaves. Revista Literaria Fuenteovejuna. Diciembre 2020)

[2] Meteorito de Ojuelos Altos por Fernández Navarro.; BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 1929.

[3] El meteorito de Ojuelos Altos por Carlos Martín Escorza. Estratos. VERANO 2002.

[4] Meteoritos españoles del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Varios autores (2006).

[5] Historia de la villa de Fuente Obejuna y sus aldeas. Actas Capitulares, pág. 552 y 553. Alfonso Fernández Mellado. 2017.

 

Sobre la importancia de los meteoritos, sus orígenes y mucho más, teníamos previsto hacer una presentación en la observación de las Perseidas que todos los años (no epidémicos) hacemos  en Piconcillo, organizado por la AAP (http://aapiconcillo.blogspot.com/ ). Este año no fue posible, procuraremos que sea el próximo verano.

Desde está asociación promocionamos los cielos oscuros, el gran patrimonio de municipios como el de Fuente Obejuna.  Preservar cielos oscuros evitando iluminaciones innecesarias, además de un compromiso con la naturaleza, es una riqueza para el turismo que busca la observación de la naturaleza, en constante crecimiento

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