En los últimos meses estamos asistiendo a procesos electorales y referendos cuyo resultado condicionarán nuestro futuro. Todos ellos se han regido por sistemas de votaciones en las que cada ciudadano tiene un voto, sin embargo, ello no implica que el voto de cada ciudadano tenga el mismo peso
¿Cuál es la forma de representación más justa? La respuesta a esta pregunta se la plantearon ya los filósofos griegos y desde entonces se le han ido dado distintas respuestas. El resultado práctico son las elecciones y referendos.
En este programa de EUREKA, que podéis escuchar pulsando AQUÍ, el profesor José Manuel Gutiérrez Díez, Catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de nuestra Universidad nos dará una respuesta.
José Manuel Gutiérrez, es una persona de amplia formación, ha realizado estancias, como profesor en Universidades, en varios países. Su titulación inicial es la Matemático pero ha explorado distintos áreas, una de ellas es la politología. Ha analizado los distintos sistemas electorales desde distintos puntos de vista, es lo que nos cuenta en el programa.
A continuación incluimos el breve texto con el que introducimos las distintas materias que abordamos en el programa;
En los países democráticos la forma de elección de representantes varia. Unos recurren a los llamados sistemas mayoritarios. Este sistema se caracteriza porque en cada circunscripción electoral se elige solamente a un solo diputado, de forma nominativa. El proceso puede hacerse a una vuelta: en cada circunscripción y se elige sólo a un candidato, el que más votos obtiene, el resto no obtiene representación. Este método de elección mayoritaria a una vuelta es típico de los países anglosajones. Hay otros países, como Francia, que recurren a doble vuelta. Para ser elegido en la primera vuelta, es necesario obtener la mayoría absoluta, si ningún candidato la obtiene se recurre a una segunda vuelta, a la que generalmente concurren solo los dos candidatos más votados en la primera vuelta, y se elige al que más votos consigue.
Otras democracias, la mayoría de la Unión Europea, recurre al sistema proporcional. El ciudadano vota, en su circunscripción, a una lista, normalmente presentada por un partido, y de esta lista resultan elegidos un número de representantes relacionados con el número de votos recibidos por la lista. Sin embargo, los criterios de reparto y la división en circunscripciones varían sustancialmente de unos países a otros.
La toma de decisiones en los sistemas democráticos puede hacerse por votación directa de cada ciudadano cuando se le pregunta sobre un tema concreto, caso de los referendos, o a través de un número de representantes, generalmente elegidos por el pueblo, en este caso estamos ante una democracia representativa. Los estados modernos son democracias representativas, si bien en algunos casos se recurre a los referendos. Hay una razón práctica para el triunfo de la Democracia representativa: las consultas implican procesos de varios días con gran coste económico, aunque esto en actualidad podría simplificarse extraordinariamente si se recurriese a sistemas de voto directo desde nuestras casas, por ejemplo, haciendo uso del DNI electrónico. Sin embargo, hay una razón más profunda: ¿Los ciudadanos conocemos realmente los temas sobre los que podrían preguntarnos como para emitir una decisión fundada?
De las democracias modernas hay un caso especial que es Suiza, aunque es una democracia representativa recurre frecuentemente a los referendos. En los últimos 120 años más de 240 iniciativas han sido votadas en referéndum ¿Es extensible su modelo a otras democracias?
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