En el vídeo que visualizamos de una lección de mecánica de Walter Lewin se pueden observar distintas metodologías utilizadas durante la misma.
Podemos dividir la clase en dos secciones: la parte práctica y la teórica.
- Parte teórica: Durante la clase se centra en explicar el movimiento armónico simple usando como ejemplos el péndulo y el muelle. Partiendo del uso de dibujos en la pizarra, se explica cómo funcionan estos sistemas. Una vez visto el dibujo, se procede a la explicación formal de los mismos usando las matemáticas.
- Parte práctica: Para terminar de visualizar este tipo de movimiento, hay preparados varios experimentos, desde un spray acoplado a dos muelles que pinta la forma de la onda en un papel que se mueve por detrás, hasta un péndulo de varios metros de longitud del que se cuelga el profesor. Todo esto con la intención de que los alumnos visualicen la forma senoidal del movimiento o que el periodo de un péndulo no depende de la masa que cuelgue del mismo.
Walter Lewin mezcla estas dos partes de tal manera que todo concepto nuevo que surge tiene una demostración práctica previa. De esta manera, la atención del alumno (y la motivación) aumentan. Así, a veces “predecía” un resultado de manera teórica y, como si de un juego se tratase, preguntaba si, al medir, el resultado experimental coincidía con el predicho anteriormente.
El uso de metodologías más participativas por parte del estudiante, es fundamental, sobre todo en una clase de Física. Los conceptos tratados en el nivel de la secundaria, son lo suficientemente sencillos como para poder realizar experimentos que mantengan la atención y la motivación del alumno. De esta manera los estudiantes no se aburren y haces de una asignatura que asusta (¿a quién no le daba un poco de respeto la Física en la ESO?) una rama divertida y apasionante. Parafraseando al profesor: “Aburrir con la Física es un crimen”.
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