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Compartiendo piezas para forma el PUZZLE

Hoy vamos a hablar del trabajo cooperativo, conocer algo más sobre esta metodología activa y examinar a través de la propia vivencia/experimentación las bondades o no de su implementación en las aulas gracias a la técnica puzzle de Aronson.

La definición de cooperar según la RAE es “obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común”, y a buen entendedor… pocas palabras bastan.

La base del trabajo cooperativo es desarrollar una actividad en grupo, generalmente pequeños, seleccionados por el docente de forma intencional. Las metas son comunes al grupo, se trabaja conjuntamente sin descuidar la responsabilidad individual de cada miembro. Se sustenta en una aprendizaje consciente, constructivo y productivo, donde las relaciones entre pares son esenciales. El buen desarrollo del trabajo común y del aprendizaje recae en todos los integrantes del equipo. Así continuando con el refranero…. Gracias a esta metodología se acabó “yo me lo guiso, yo me lo como”.

Deberíamos ver el trabajo cooperativo como una oportunidad para los alumnos de organizar el trabajo, de compartir información o crear y aumentar su conocimiento.

La mejor manera de experimentar las ventajas de esta metodología es HACIENDO, y en el aula nos hemos puesto manos a la obra. Vamos a poner a prueba la técnica Puzzle de Aronson y valorar su viabilidad en el aula así como contrastar entre los componentes del grupo sus puntos fuertes y alguno débil (aunque personalmente me ha sorprendido).

¿En qué consiste la TÉCNICA PUZZLE DE ARONSON?

Metodología dinámica, aumenta las competencias del alumnado y mejora el rendimiento académico, el aprendizaje significativo y autodirigido. El compromiso de todos los miembros debe ser esencial para el buen desarrollo de la actividad, incide en la motivación y fomenta la autonomía en el aprendizaje.

La siguiente imagen representa de manera esquemática los pasos a seguir cuando se aplica la técnica del puzzle.

Puzzle

Os cuento mi experiencia para que os sirva de ayuda, además de mis sensaciones y la utilidad descubierta de esta potente técnica.

Tras formar los grupos de trabajo, y repartir por consenso el tema/contenido que debe supervisar, leer, analizar en definitiva, profundizar cada uno de los miembros del equipo, llega el tiempo del trabajo individual. Cada uno prepara y examina su información, realiza esquemas, interpreta y comprende el contenido. Posteriormente se reúnen los experto en cada uno de los temas, contrastan y exponen opiniones, debaten sobre los diversos puntos de vistas así como los aspectos mas y menos relevantes. Tras el análisis profundo, se vuelve a la formación inicial, nuestro grupo de origen. Ahora llega un punto importante, es el momento de compartir la información recopilada por cada uno de los expertos con el resto de los miembros, bien sea a través de esquemas, presentaciones o mediante transmisión oral. El objetivo es encajar la pieza del puzzle que hemos custodiado con la del resto de compañeros del grupo y así se cumple el objetivo de ampliar el conocimiento de todos los integrantes habiendo profundizado a nivel individual en un único tema. El resto de contenidos son transmitidos gracias al buen trabajo cooperativo y la implicación de todos los componentes. Para analizar el buen funcionamiento y evaluar el éxito o fracaso, se puede realizar una breve exposición oral de un tema aleatorio sin que coincida con el designado por consenso a cada uno. La experiencia es interesante, sólo hay que ser cuidadoso con los tiempos y controlar a “los jetas y los mantas” de cada uno de los grupos.

Recomiendo probar esta técnica en el aula. Es dinámica, efectiva, facilita la interrelación, mejora la autonomía y desde mi punto de vista ayuda al aprendizaje, estimula la enseñanza además de motivar al alumnado, se produce la asimilación de conceptos de manera entretenida y comprometida sin olvidarse de la exigencia. La comunicación entre pares, sin artificios ni formalismos es más efectiva, los docentes tenemos los conocimiento pero en ocasiones nos recreamos a la hora de transmitirlos.

En definitiva, tenemos los ingredientes para una buena receta educativa por lo tanto comencemos a COOPERAR cuanto antes.

Referencias:

MARTÍ, Joan Andrés Traver. Trabajo cooperativo y aprendizaje solidario: Aplicación de la técnica puzzle de Aronson para la enseñanza y el aprendizaje de la actitud de solidaridad. Universitat Jaume I, 2005.

MARTÍNEZ-FERNÁNDEZ, M. Teresa; MOLINA-MORALES, F. Xavier; TRAVER-MARTÍ, Joan. Formación de competencias y resultados de aprendizaje a través de la Técnica Puzzle de Aronson: una experiencia universitaria para la mejora educativa. JAC-11. 2011.

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