Smartphone en el aula, sí o no.
Las nuevas tecnologías han calado profundo durante el siglo XXI, los adolescentes son nativos digítales y los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta no solo de comunicación si no también de socialización. Se puede convertir en un elemento motivador y diferenciador en el aprendizaje significativo, practicando y enseñando todos aprendemos mejor. Si asumimos que los smartphone actuales presentan aproximadamente 21 sensores tenemos la clave para considerarlos una herramienta muy potente a nivel didáctico. Existen múltiples aplicaciones y programas que nos ayudarán en las aulas para que las sesiones sean más divertidas y dinámica. Se pueden realizar experiencias con el acelerómetro del móvil, conocer de primera mano y saber interpretar las pulsaciones o batidos, recopilar datos de choques (in)elásticos usando una pelota de golf…
Si disfrutamos aprendiendo ¿por qué no le damos una oportunidad al teléfono en las aulas?
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