Día 25/01/2021
Hoy hemos comenzado la clase en el exterior para poder realizar los experimentos de fluidos:
- Usar una hoja de papel como tapón de una botella, la cual al girarla no cae el agua.
- Usar una pelota de ping-pong como tapón de una botella, al volcarla, de nuevo no cae ni una gota de agua.
- Girar 360º un cubo lleno de agua atado por una cuerda. El agua, de nuevo, no se vierte.
A la vuelta en clase, hemos introducido un pequeño debate acerca de si los deberes son beneficiosos o no. La conclusión es que los deberes pueden resultar beneficiosos, ya que ayudan a que el alumno sea más autónomo, a que repase contenidos vistos en clase o a que adquiera un hábito de trabajo, pero deben estar bien planteados para que cumplan su misión. En primer lugar, los alumnos muchas veces están tan sobrecargados de tareas que dejan de lado otras partes de su desarrollo personal las cuales también son importantes o hacen que sólo se dediquen a la escuela, yéndose a dormir tarde y con altos niveles de estrés. En segundo lugar, la sensación de obligatoriedad puede causar que los alumnos acaben desmotivándose por la asignatura. Además, muchas veces se plantean ejercicios repetitivos que no incentivan verdaderamente su aprendizaje. También pueden generar situaciones de desigualdad, ya que hay alumnos que pueden no tener recursos en sus casas para desarrollar ciertos trabajos o que no cuenten con ayudas familiares como pueda ser en el caso de otros.
Por tanto, los deberes pueden ser una buena herramienta para fomentar el aprendizaje pero deben ser:
- Tareas que motiven e interesen al alumno.
- Acotadas temporalmente: las tareas deben ser cortas.
- Plausibles: el alumno se desmotiva ante la perspectiva de que las tareas son complicadas o imposibles.
Para ello, algunas ideas que podemos usar son:
- Usar el cine como recurso: que busquen en películas errores relacionados con la disciplina.
- Pedir que planteen algún experimento ellos: hacer un hormiguero una vez a la semana, día en el cual cada uno presenta un pequeño experimento.
- Que busquen objetos en sus casas para explicar cosas de la materia y las lleven a clase, después se puede hacer una pequeña exposición, como con la tabla periódica y los lugares está presente cada elemento.
- Plantear pequeñas cuestiones donde tengan que realizar alguna investigación, como los encontrados en Arbor Scientific.
- Toma de fotografías para explicar algún concepto, por ejemplo, las fuerzas presentes en una situación.
- Plantear retos para que el alumno tenga ganas de aprender, como por ejemplo, cómo hacer que flote un trozo de plastilina en el agua.
- Realización de la tarea previa a la clase para que se familiaricen y vayan preguntándose cosas, no siempre a posteriori de la clase.
En conclusión, hay muchas opciones para realizar e intentar que los deberes no sean tanto un “deber” si no más un “querer”. Pueden plantearse ejercicios que sean más vistos como juegos, pequeños retos o proyectos y no tanto como obligaciones. Porque, así, con buena predisposición, ganas, y motivación, se aprende mejor.
Aún no hay comentarios.