Sistema de blogs Diarium
Universidad de Salamanca
Sergio M. Sanjurjo Gómez
Didáctica: Física y Química
 

Teatro en el aula

En la anterior entrada mencioné que el teatro me podía dar para otra entrada. No me voy a extender mucho, pero sí merece un poco de reflexión. Esta reflexión viene motivada, en parte, por el día del break out (dio para bastante). Y viene motivada por la introducción de Mario. Puedes entrar en aula diciendo “hola” o puedes entrar en un aula y llevarte a los estudiantes contigo. En teatro se llama ganar o tener el foco. Es decir, entre todos los personajes que haya en escena, tienes que ser el protagonista. Y esto para un profesor es fundamental. Porque un docente es eso. Un actor. Tienes que entrar en clase metido en tu personaje y actuar. Tienes que ser otra persona. Fuera del aula soy Sergio. Dentro…puedo ser cualquier cosa. Y esto Mario lo hizo perfectamente. Se sabía nuestro currículum, nuestros nombres…Desde el tiempo cero, ya nos había ganado.

Esta formación teatral es algo que no se aprende durante el máster (para nosotros) o en el grado de magisterio. Como mucho, puedes apuntarte a cursos externos y aprender por tu cuenta. No obstante, como digo, debería ser una pieza clave en la educación del docente. Pues son varias las cualidades que trabajas en teatro. Trabajas la voz, el tono, la intensidad. Aprendes a proyectarla, que un susurro llegue al final del aula. Apredes a realizar inflexiones en el discurso (importantísimo si no quieres que el estudiante se duerma). Otro aspecto que trabajas es la presencia escénica. No puedes dar clase de cualquier manera. Por ejemplo, tienes que estar más o menos “firme” no puedes bailotear al dar la clase o, por ejemplo, hablar con los brazos cruzados. En teatro aprendes también a controlar y reconocer las emociones. Para personas como yo, que tenemos tanta empatía como unna piedra, resulta bastante útil.

Y esto es, en pocas palabras, mi opinión acerca del actor o la actriz que tenemos en un aula. Y, para terminar, querría contar cómo entraba un profesor, que tuve en la carrera, en el aula: (mientras caminaba de abajo arriba por las escalesras centrales) “Buenos días nos dé el supremo legislador, que nos brinda este día otoñal, fresquito pero agradable.” Y aquí ya estábamos todos atentos.

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario


*

Política de privacidad
Studii Salmantini. Campus de excelencia internacional