La gravedad no falla

En algún momento de nuestra vida estudiantil medimos la aceleración de la gravedad con un péndulo. La metodología era sencilla: ponías una longitud en la cuerda del péndulo, medias 5 oscilaciones,  luego dividías el tiempo entre 5 y por último usabas una fórmula. Simple. Cuando llegabas a la universidad, las cosas se volvían un poco más serias y se volvía más sofisticado el experimento. Aunque la idea era la misma, calcular g. Si la metodología se volvía más sofisticada así lo hacía el cálculo de la constante. De esta manera, lo que antes era aplicar una fórmula y hacer una media, ahora se convertía en una regresión lineal (y su correspondiente cálculo de errores que no voy a mencionar pues ya me quitaron las suficientes horas de sueño). Para hacer esta última, usábamos ese programa llamado Excel. Esta maravilla te calcula todo lo que quieras de una manera sencilla y ordenada. Puedes hacer una plantilla y dársela al alumno para que la clase del laboratorio se convierta en otra hora más en clase y que de lo único que se acuerde es de que tenía un cronómetro o algo así. Digo esto porque el hecho de tener que elaborar uno mismo la tabla de Excel hace que el fundamento Físico que hay detrás quede grabado en tu cabeza y además sirve para aprender a manejar ese programa. Por tanto, si el alumno usa una plantilla, al menos que la haya elaborado él (tras año y medio de carrera decidí hacer una plantilla para los errores. Desde entonces mi descanso ha sido mucho más productivo, bajando el número de pesadillas de una cada noche a una de vez en cuando).