Los deberes son un tema candente en la educación ¿Deberían los profesores mandar deberes? ¿Deberían ser éstos opcionales? Nos decía un profesor de la parte genérica de este máster que en educación hay una librería llena de libros que concuerdan con tu postura y justo enfrente tienes la postura opuesta. Y este es uno de esos temas que no tienen escala de grises. Deberes sí o no. No existe un “pocos deberes” pues pocos deberes ya son deberes.
Estamos de acuerdo que a los alumnos se les carga de más con estos trabajos. Esto es culpa de los profesores, pues no existe apenas comunicación entre departamentos lo que hace que un alumno para la semana siguiente tenga que hacer 15 problemas de Matemáticas, 6 de Física, un comentario de texto y encontrar las bolas de Dragón. Quizás esto último no, pero el deseo que pediría seguro que sabemos cual es. Además, los 15 problemas de matemáticas no van a ser entretenidos, quizás sean 15 castillos de fracciones. Poco estimulantes. Aparte de toda esta carga de trabajo escolar, el alumno tiene todas sus clases extraescolares. Con todo esto tenemos a una persona que está trabajando unas… ¿15 horas al día? Haz tú eso como adulto y a ver qué tal.
Con el anterior párrafo mi postura parece clara. No obstante, mi postura es justo la contraria a esa. Los deberes son importantes. Podría acabar aquí, pero lo desarrollaré un poco más. Es necesario que el alumno trabaje los conceptos de clase con calma en su casa. Esto ayudará a que esa persona pueda comprender de verdad lo que ha estudiado en el aula. Para esto no es necesario una tonelada de folios para rellenar, con un par de problemas interesantes y bien planteados sería más que suficiente, por ejemplo. Además, una buena coordinación entre profesores hará que el alumno no tenga una carga infinita de trabajo cada semana si no que se podrán poner de acuerdo los profesores para repartirse las semanas del curso. Otro punto a favor de los deberes es la posibilidad de una evaluación continua. De la misma manera que se hace (o debería hacerse) en la universidad, se puede implantar una evaluación continua seria en un instituto bajándole peso al temido examen final. Se aprende más con una evaluación continua que estudiando dos días antes del examen.
En conclusión, los deberes deberían quedarse en el aula, pero con grandes modificaciones. Esto hace que el profesor trabaje más, pues tiene que diseñarlos bien, pero no solo te van a pagar por soltar información en un aula y listo, ¿no?
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