¿Qué consejos se pueden dar a los padres de menores que sufren bullying o ciberbullying?

13/04/21, 12:26

Internet y las redes sociales se han convertido hoy en algunos de los principales medios de conexión y relación entre los jóvenes, y en este espacio cibernético la percepción de la realidad es distinta. Las distintas etapas de socialización que existían antes de que la burbuja de Internet estallase se han trasladado a este espacio no tangible, y el grupo más vulnerable de nuestra sociedad, los menores, construyen una nueva identidad social con sus iguales, y el resultado es que estos llamados “nativos digitales” crean perfiles en distintas redes sociales cada vez más prematuramente y por debajo de la edad mínima de 14 años establecida en España (art. 13 Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre).

Tener acceso a Internet desde el móvil en todo momento tiene ventajas, pero también implica peligros importantes. En el caso de los menores, los delitos de ciberbullying han aumentado y se han agravado, entre otras causas porque, a diferencia del bullying, en el espacio en línea es más difícil identificar al/los agresor/es debido a la facilidad para ocultar los perfiles reales de las personas que incurren en este tipo de delitos.

Debemos preguntarnos: ¿es el ciberbullying una nueva forma de acoso? Se puede pensar que sí porque el espacio donde se lleva a cabo es novedoso, pero también se podría entender que no lo es porque realmente la forma de acosar es la misma que en el mundo físico. Creemos que la realidad está poniendo de manifiesto que el ciberbullying genera una mayor inseguridad en la víctima, los espectadores pueden llegar a ser un número mucho mayor y los agresores pueden ser anónimos. El resultado es que el daño del que sufre el ciberbullyng suele ser más intenso, afecta al menor dentro y fuera del centro educativo y se prolonga más en el tiempo (más allá de la jornada escolar).

En este sentido, resulta fundamental educar a los menores desde edades tempranas haciendo hincapié en valores como el respeto a los demás y la confianza, incitándoles a ser selectivos con sus amistades y enseñándoles que pueden y deben contar sus miedos, dudas o problemas a sus familiares.

Desde el ámbito educativo y familiar se les debería transmitir que, independientemente de lo que les ocurra, de la orientación sexual o de sus gustos en determinados ámbitos, no van a ser juzgados por ello. A pesar de que los padres tengan actuaciones de este tipo y potencien una relación de confianza y apoyo con sus hijos, muchos jóvenes pueden sentirse avergonzados y no atreverse a contar la situación de ciberbullyng que están viviendo. Por ello, desde la línea de “Menores y uso de Internet” de la Clínica Jurídica de Acción Social de la Universidad de Salamanca queremos destacar algunas pautas para los padres, familiares y educadores de menores que son víctimas de algún caso de ciberbullyng o de cualquier forma de acoso escolar.

Como señala el profesor de la Universidad de Alcalá Iñaki Piñuel, experto en violencia psicológica y acoso, en la mayoría de las ocasiones el acoso que sufren los menores es psicológico, y los síntomas principales son de tipo psicosomáticos. Es decir, aunque el menor sufra un acoso psicológico pueden aparecer síntomas físicos como mareos y dolores de cabeza, temblores y palpitaciones, alteraciones del sueño, problemas digestivos y desordenes en la conducta alimentaria.  En concreto, se ha de estar atento a conductas del menor como las siguientes:

  1. Cambios en su comportamiento, por lo que poco a poco su personalidad se ve afectada, comienzan a mostrarse más introvertidos o nerviosos en determinados ámbitos, o bien cambios de humor en relación con la hora de ir al colegio, y cuando llegan a casa, no querer hablar con sus amigos de siempre ni con familiares.
  2. Pérdida de material escolar u objetos personales que sepamos que previamente no lo hacían.
  3. No querer asistir a clase, pudiendo observar en este caso cómo el niño dice que le duele la tripa o la cabeza con tal de evitar ir al colegio, por lo que en estos casos tendríamos que generar un clima de confianza para que el menor pueda expresar de manera verbal qué es lo que le incomoda.
  4. Cambios en el rendimiento escolar, pues podría comenzar a surgir en el menor un desinterés por los estudios, o bien, refugiarse en ellos.

Si los padres detectan o intuyen que los menores están siendo víctimas de ciberbullying o bullying es MUY IMPORTANTE NO CULPABILIZAR AL MENOR NI AUTOINCULPARSE.

Por muy preocupados que los padres estén, no han de mostrarse inseguros, porque esta sensación se puede trasladar al menor. Como ya señalamos, se debe intentar generar en casa un clima de confianza y de seguridad, haciéndole saber que no se encuentra solo, que siempre va a poder pedir ayuda y que siempre será escuchado. Una vez detectado el caso, se deberá acudir al colegio para hablar con la persona responsable, y que ésta busque un profesional para poder solucionar el conflicto. En caso de que los padres no sepan cómo abordar la situación o necesiten apoyo, desde la Clínica Jurídica de Acción Social queremos recomendar que se contacte con asociaciones como ASCBYC (Asociación Salmantina Contra el Bullying y el Ciberbullying).

                                                                                   Andrea Martín del Río

                                                                                   Mario Ramos Méndez

                                               Línea Menores y uso de Internet 

Clínica Jurídica de Acción Social

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