Cada vez que comienza un año nuevo, a pesar de tener un año más e independientemente de cómo nos haya ido el año que acaba, pensamos que éste que entra será un buen año.
Para mi 2010 ha sido un año raro. Fue un año que se inició con un buen cambio, pero que arrastraba un interior lleno de jirones, de ilusiones perdidas y con la necesidad de encontrar ganas de ilusionarte por las cosas.
Costó, sí señor, vaya que sí costó.
Aun hay que seguir buscando ilusión por según qué cosas, pero seguir descubriendo que quieres, que te quieren, que discutes con los tuyos, pero que un abrazo todo lo borra, es estupendo.
¡Ah! y además notar que eres capaz de conectar con alguno de tus estudiantes, no tiene precio.
Mis propósitos para el nuevo año: reír con ganas, ser menos cascarrabias, querer más y, en algún momento, poder firmar recetas (¿o quizás no?).
Querido amigo, seguro que será un buen año.
Aún no hay comentarios.