Canarías7 12/05/2022 [Noticia seleccionada y comentada por Mónica Portero Ramos, estudiante Grado en Sociología]
Con esta crudeza se abre la sección de noticias migratorias del diario provincial Canarias7. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) recae en la inestabilidad y oscilación del conflicto de control fronterizo, debido a la multiplicidad de factores que intervienen en su viabilidad. Por este motivo, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, pone sobre el punto de mira la validez de la reparación de las relaciones con Marruecos de cara a solucionar este conflicto. Indagando brevemente en el contexto que rodea estas palabras, el pasado 7 de abril los representantes de España y Marruecos se reúnen en Rabat para la XX Reunión del Grupo Permanente sobre Migraciones de cara a la disuasión de la inmigración irregular desde África hacia la Península. Frente a esta realidad, Juan Carlos Lorenzo, portavoz de CEAR, advierte que la disminución de llegadas, lejos de mantener una relación con los recientes acuerdos cerrados, se aproxima más a la creciente peligrosidad de la ruta marítima desde el momento de la pandemia. El cierre de paso desde el norte de África tiene como consecuencia, según el portavoz, el incremento de las salidas procedentes desde el sur, aumentando la distancia y el riesgo. Asimismo, desde CEAR se critica la visión unidimensional del fenómeno y categoriza los acuerdos con Marruecos como insuficientes en relación con los diversos conflictos de inmigración.
En tal sentido, esta noticia es, de nuevo, otra muestra más de cómo el drama humano en el que consiste este tipo de inmigración irregular está siendo utilizado como una herramienta política. Empezando por el país emisor, Marruecos, y terminando por el receptor, España, encontramos una infinidad de cuestiones sociales, económicas, ambientales o de cualquier otra categorización que deben ser resueltas y no puestas bajo una manta (que es, bajo mi punto de vista, lo que mejor representa la situación actual). Dejando de lado los diversos factores que convierten lo que voy a decir en algo casi utópico (y, por lo tanto, inviable), debemos de recordar que tras todas las consecuencias que la salida y entrada de inmigrantes provocan, bajo el papel de “inmigrante” se esconden seres humanos que merecen también la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida. No soy una experta, ni siquiera una entendida del tema, pero considero que las políticas de la actualidad toman a todas estas personas como meros artilugios para cumplir estrategias políticas y actuar para favorecer (o no) en función a lo que se busque conseguir desde arriba.
