Hoy ha sido una de las clases más divertidas que he tenido en bastante tiempo… Al empezar la clase y ver llegar a la profesora con un montón de “cacharros”, lo primero que piensas es, ¿qué vamos a hacer hoy para que sea necesario esto?, por lo que ya comienza la clase con una pregunta que tienes ganas de contestar.
Durante la primera hora hemos dado nuestras opiniones sobre qué hacer para motivar tanto a un alumno como a un grupo de ellos. Tras dar varias opiniones cada uno, nos hemos dado cuenta que tenemos más idea de lo que pensábamos sobre cómo motivar a los chavales, cosa que está muy bien saber, pero, ¿sabemos llevarlo a la práctica? Motivar a los alumnos no es tarea fácil, es más, es bastante difícil. En mi opinión, es una de las cosas más importantes para poder aprender. Si consigues hacer algo que les “impresione”, estoy segura que no lo olvidarán.
Durante la segunda hora, todo lo que habíamos hablado en la hora anterior de “manera teórica” , lo llevamos a la práctica. La profesora, María Jesús, sacó todos los juguetitos que había traído para enseñarnos un montón de formas para explicar conceptos, teorías, definiciones… viendo cómo funcionan esos juguetitos. Una de las mejores maneras de motivar es causar curiosidad por saber cómo funciona algo, en este caso, ciertos juguetes , como podrían ser el tippe-top, el pájaro bebedor (para explicar conceptos de presión y temperatura), el pájaro carpintero (Ley de Hooke y 3ª Ley de Newton), el muñeco saltarín (energía cinética y potencial), la bola flotante (Principio de Bernouilli), la piedra celta…
Gracias a estas demostraciones he aprendido que se pueden explicar muchos conceptos y teorías de forma muy fácil y divertida, y además con seguridad de que van a ser recordados y difíciles de olvidar.
Gracias por esta clase María Jesús, ¡HA SIDO GENIAL!
Aún no hay comentarios.