En un artículo de Pilar Jericó aparecido hoy en El País, según los estudios realizados por el investigador Jack Zenger, ”las mujeres tenemos un índice de efectividad media en el liderazgo del 53% frente al 49% de los hombres. Si observamos bajo la lupa la efectividad de ambos sexos veremos que de un total de dieciséis habilidades analizadas las mujeres salen mejor valoradas en todas, excepto en un único caso: la perspectiva estratégica, en la que los hombres han sido mejor puntuados. Los datos anteriores son el resultado de una encuesta realizada a 7.280 líderes a nivel mundial, de los cuales la mayor parte eran varones (64%)”.
La autora del artículo señala que, “aunque parece que queda claro que las mujeres son reconocidas en el terreno profesional, si nos ceñimos a los datos antes comentados, solo el 21% de los directivos y el 32% de los mandos medios son mujeres (con respecto a 2.012 el porcentaje de mujeres directivas en empresas de más de 100 empleados ha descendido del 24% al 21%). Entonces, ¿a qué se debe esta divergencia?, ¿dónde está el problema? Algo ocurre”. Parece ser que ”las mujeres tenemos unas dificultades añadidas para el ascenso que están directamente relacionadas con nuestras habilidades personales y, como no, con nuestros miedos.” Esas dificultades añadidas, segun Jericó, son que a las mujeres:
1) Nos cuesta “vender” nuestro trabajo
2) No sabemos gestionar adecuadamente nuestra red de contactos
3) Nos cuesta ser asertivas en la defensa de nuestros propios intereses
Para resolver estas dificultades la autora propone estas recetas que cito literalmente a continuación:
- Saber poner en valor lo que haces, es decir, aprovecha las oportunidades que tengas para relatar tu desempeño, tus éxitos… desde la humildad pero también desde la seguridad y la satisfacción personal.
- Dedicar tiempo a la gestión de tu red de contactos. De algún modo, haz que las personas que tienen poder de decisión sepan de ti. Incluye en tu agenda comer con determinadas personas o asistir a eventos, reuniones, donde acudan personas que sean influyentes en tu entorno. Cuidar la red de contactos es un trabajo en sí.
- Expresar abiertamente tus intereses y necesidades, es decir, sé asertiva y si deseas aspirar a un puesto, no esperes que nadie de tu ámbito lo imagine, simplemente exprésalo de manera efectiva. Y por supuesto, si en tu entorno hay una persona que es capaz de hacerlo, aprende de ella pero sin juzgar. Es un flaco favor que nos hacemos.
Para ver artículo completo pincha aquí.