El País 05/04/2022 [Noticia seleccionada y comentada por Marta Valle Villalón estudiante Grado en Sociología]
Actualmente el mundo mira de cerca el conflicto entre Ucrania y Rusia, con más de cuatro millones de personas que se han visto obligadas a huir de Ucrania. Sin embargo, la ruta entre África y las islas Canarias dejó en el 2021 a uno de cada cinco migrantes muertos, con un total de 5795 personas de las cuales se incluye a 93 niños y adolescentes, siendo la ruta con mayor tasa de mortalidad en proporción al número de llegadas. De hecho, según la Organización Internacional para las Migraciones, la ruta canaria supuso en el pasado año casi el 20% de todas las rutas migratorias que se produjeron, aumentando considerablemente comparado a los años anteriores. Respecto a las muertes de niños en esta misma ruta el aumento es mucho más desgarrador, con 93 niños frente 7 o 6 de los años anteriores. Sin embargo, apenas se tiene conocimiento de estos catastróficos acontecimientos por lo que se les ha denominado como los “naufragios invisibles”. Es curioso desde un punto de vista sociológico, cómo en el pasado año, respecto a los años anteriores se han incrementado de forma muy notable las muertes, esto podría deberse en parte, por un aumento de flujos migratorios desde África hacia las islas debido a la Covid19, que podría haber hecho pensar a estas personas en tener una mayor facilidad para acceder al país. Además, la OIM en 2018, reclamó que se desarrollen procedimientos y acuerdos sobre la búsqueda y el acuerdo de migrantes para garantizar de esta forma la asistencia humanitaria a los mismos. Esto nos puede hacer replantear la visión etnocéntrica occidental que tenemos, dejando como invisibles conflictos y desastres humanitarios que tenemos todos los días en las mismas fronteras de nuestro país, sin restar importancia a la complicada situación que todos conocemos que presenta Ucrania.