El País 24/04/2020 [Noticia seleccionada y comentada por Lidia Pérez González. Grado en Sociología]
En las últimas décadas, España ha pasado por un proceso de concienciación ciudadana sobre ser un país de inmigración y que este fenómeno constituye un hecho social. Frente a la novedad de este suceso, la emigración en países del norte de África se erige históricamente como un estado social. Estas dos categorizaciones se ven alteradas como consecuencia directa de la situación de paralización creada por la expansión del COVID-19. De esta manera, los flujos migratorios afianzados con el paso de los años se invierten: las llegadas a España se reducen mientras se incrementan los intentos de vuelta al país de origen.
Los pasos por el Mediterráneo controlados por mafias se han visto ampliamente beneficiados. Resulta interesante atender a la flexibilidad de estos grupos en cuanto a la satisfacción de las necesidades de sus demandantes, si bien con un coste elevado tanto económico como de riesgo humano. Aparece aquí una jerarquía en función de los recursos económicos de los inmigrantes, quedando en clara desventaja las clases más desfavorecidas. La huida a los países de origen ante un posible colapso en el sistema económico español es causa de la incertidumbre generalizada. La situación de crisis afectará de manera diferente a estos grupos debido a su gran heterogeneidad, si bien los denominados “trabajos de inmigrantes” se verán damnificados en mayor medida por sus condiciones de base y características.
Unido a lo económico, la situación actual hace que sea necesaria una mirada hacia lo sanitario. Los flujos irregulares de personas son una puesta en peligro del propio individuo, al mismo tiempo que se constituyen como un riesgo para la seguridad sanitaria global, pudiendo ser focos de contagio. La importancia de esta noticia radica en la necesidad de alcanzar un acuerdo entre el país emisor y el receptor en el que ambas partes salgan beneficiadas, primando el sentimiento humanitario. Es imprescindible una regulación de los flujos favoreciendo la llegada a los países en una situación de seguridad. En un momento en el que se está dando prioridad a las estructuras sanitarias y a la salud de los ciudadanos, aparece como fundamento ético la ampliación de horizontes e inclusión de estos grupos poblacionales.
https://elpais.com/espana/2020-04-23/mas-de-5000-euros-por-escapar-de-espana-en-patera.html
